Razón vital y razón histórica

2.- RACIOVITALISMO

Frente al Racionalismo kantiano y al vitalismo de Nietzsche, Ortega propone el raciovitalismo como una teoría del conocimiento enraizada en la vida, esto es, como una íntima imbricación entre razón y vida, razón e historia.

2.1.- EL TEMA DE NUESTRO TIEMPO

Al igual que Nietzsche, Ortega rechaza el excesivo Racionalismo iniciado por Sócrates, y trata de reinsertar la cultura en la vida. Los seres humanos somos animales culturales, pero lo auténticamente humano no es cultura, sino espontaneidad, vida espontanea a la cual debe remitir todo constructo cultural, y no a la inversa. En ello radica el tema de nuestro tiempo: la vida presenta ahora exigencias a la cultura, debemos pues ordenar el mundo desde la perspectiva de la vida. La espontaneidad de la vida es la base de la cultura.

Hoy vemos claramente que, aunque fecundo, fue un error el de Sócrates y los siglos posteriores. La razón pura no puede suplantar a la vida: la cultura del intelecto abstracto no es, frente a la espontanea, otra vida que se baste a si misma y pueda

desalojar a aquella. (…) La razón es solo una forma y función de la vida. La cultura es

un instrumento biológico y nada mas. Situada frente y contra la vida, representa una subversión de la parte contra el todo. Urge reconducirla a su puesto y oficio. El tema de nuestro tiempo consiste en someter la razón a la vitalidad (…) La razón pura tiene que ceder su Imperio a la razón vital.
El tema de nuestro tiempo, VI.

2.2.- LA VIDA COMO REALIDAD RADICAL

Realidad radical es aquella en la que radican o arraigan las restantes realidades. La realidad radical no es la materia, los objetos, el mundo externo, como defiende el Realismo. Pero tampoco es el espíritu, la conciencia, el yo pensante, como postula el idealismo. Estas realidades solo son interpretaciones o fragmentos de la autentica realidad radical que es la vida concreta e individual, la vida como actividad dinámica, no como algo que es, sino que se hace mediante la coexistencia del yo subjetivo con su propio mundo: El dato radical no es mi existencia -yo existo- , sino mi existencia con el mundo. Qué es Filosofía.

En consecuencia, vivir es:

A) Un modo de ser radical. Ya que la propia vida es la realidad radical a la cual remiten todas las demás

B) Encontrarse a sí mismo, encontrarse con el mundo propio de cada cual, verlo, pensarlo, amarlo u odiarlo, transformarlo o padecerlo, desenvolverse en el ocupándose de algo: Vivir es una realidad extraña, única, que tiene el privilegio de existir para sí misma. Todo vivir es vivirse, sentirse vivir, saberse existiendo. Lecciones de Metafísica.

C) Un continuo quehacer, actividad, ocupación, y un constante problema por resolver puesto que nada se nos da hecho, nos encontramos viviendo sin saber con certeza como ni por qué. Este ocuparse de algo está siempre presidido por una finalidad, de acuerdo con nuestras emociones, sentimientos y voliciones, pre-ocupándonos y anticipándonos para prefigurar el futuro: Yo consisto en ocuparme con lo que hay en el mundo y el mundo consiste en todo aquello de que me ocupo, y nada más. Que es Filosofía.

D) Es un proyecto de innumerables posibilidades entre las que hemos de decidir haciendo uso de la libertad, en coexistencia y convivencia. Cada cual tiene que proyectar y decidir aquello que va a ser, como autor y a la vez como actor del papel de su propia vida. Pero la voluntad de propósito y decisión se encuentra limitada por la circunstancia.

2.3.- LA CIRCUNSTANCIA

La circunstancia es lo que no soy yo, la realidad que me rodea, mi horizonte de totalidad: los otros, las cosas, los usos sociales, las ideas y creencias, opiniones, etc. Es inseparable de mi Yo, soy Yo viviendo con, entre, en función de mis circunstancias: Yo soy yo y mis circunstancias. Cada ser humano debe obrar en función de sus circunstancias, eligiendo o desechando las posibilidades que estas le presentan.

La circunstancia es, pues, todo aquello que interviene en la vida de cada ser humano, y que este utiliza para hacerse a sí mismo. Incluye tanto el tiempo pasado como el futuro, pero ambos únicamente tienen sentido y realidad en cuanto se hacen presentes. La vida se define en términos de presente, y la circunstancia es, fundamentalmente, el tiempo presente.

2.4.- RAZÓN VITAL Y RAZÓN HISTÓRICA

Razón vital y razón histórica no son dos razones distintas, porque la vida es esencialmente temporalidad que comprende la realidad en su devenir: La razón histórica no acepta nada como mero hecho, sino que fluidifica todo hecho en el ‘ fieri’ de que proviene: ver como se hace el hecho. Historia como sistema.

La razón histórica no consiste en una mera descripción superficial de los acontecimientos relevantes acaecidos, sino la indagación de aquello que los posibilitan y los hace inteligibles en la totalidad de su ser histórico. Pero la racionalidad de la historia quedará siempre como problema, ya que no se trata de una razón a priori que permita acomodar la interpretación al hecho, sino que por el contrario, la razón histórica es una razón a posteriori, que indaga la racionalidad de la historia de manera continua sucedíéndose los ensayos y errores:

El hombre no tiene naturaleza, lo que tiene es historia; por que historia es el modo de ser de un ente que es constitutivamente, radicalmente, movilidad y cambio (…) Por eso, hasta ahora, el hombre ha sido un desconocido. Pues la historia es el modo de ser de un ente radicalmente variable y sin identificar.(…)

El hombre es un desconocido, y no es en los laboratorios donde se le va a encontrar. ¡Ha empezado la hora de las ciencias históricas! La razón (…) pura tiene que ser sustituida por una razón narrativa. El hombre es hoy lo que es porque ayer fue otra cosa. ¡Ah! Entonces, para entender lo que es hoy basta con que nos cuenten lo que ayer fue. Basta con eso, y aparece transparente lo que hoy estamos haciendo. Y esa razón narrativa es la razón histórica. Sobre la razón histórica.

2.5.- EL HISTORICISMO

El ser humano vive en un determinado momento, en una época histórica, en un tiempo que hay que abordar, no solo con la razón, sino también con y desde la vida, pues el tiempo no es aquello que miden los relojes, sino tarea, misión, innovación. La tarea de nuestro tiempo está siempre orientada al futuro, porque la vida se hace en la historia.

En cada época hay una forma de vida (creencias, ideas, usos, problemas,…) que perdura unos 15 años. Por eso, en una misma época coexisten varias generaciones de manera espontánea, compuestas por personas coetáneas o de la misma edad. En la diferenciación entre contemporáneo y coetáneo se fundamenta la posibilidad de innovación, pues si todos fuéramos coetáneos la historia se detendría al no haber generaciones polémicas.

Cada generación recibe lo vivido por otras, pero también ha de fluir en su propia espontaneidad. Cuando estas dos dimensiones no coinciden, cuando el fluir espontáneo se rebela contra lo vivido por generaciones precedentes, se produce la polémica y la innovación. Cada generación tiene su propia vocación y tarea histórica.

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