Pensamiento de Karl Marx: Materialismo, Alienación y Transformación Social

El Ser Humano en la Filosofía de Karl Marx

Karl Marx discrepa de la visión idealista del ser humano predominante en la filosofía antigua, que priorizaba el alma o la mente, es decir, el pensamiento y la razón. Sin embargo, Marx postula que lo esencial del ser humano reside en su existencia material y concreta, en su actividad diaria para subsistir. Esta perspectiva, conocida como materialismo, se fundamenta en las siguientes ideas clave:

  • El ser humano como ser supremo:

    En contraste con la concepción religiosa que atribuye la creación del hombre a Dios, Marx sostiene que es el ser humano quien ha creado la idea de Dios. Ante condiciones de vida adversas, los individuos buscan consuelo y proyectan en una figura divina perfecta y poderosa sus anhelos de esperanza, fuerza o sentido frente al sufrimiento. Para Marx, las cualidades atribuidas a Dios son, en esencia, proyecciones magnificadas de las propias capacidades y aspiraciones humanas.

  • El ser humano como ser natural y activo:

    Es natural porque forma parte de la naturaleza y depende de ella para satisfacer sus necesidades. Es activo porque, a través del trabajo, transforma la naturaleza para obtener los medios de subsistencia.

  • El ser humano como ser social:

    El trabajo se desarrolla en sociedad, y el ser humano produce para otros, estableciendo así relaciones interpersonales constantes.

  • El ser humano como ser histórico:

    El ser humano se define por las relaciones que establece con la naturaleza y con otros individuos en diversos ámbitos. Dado que estas relaciones evolucionan históricamente, el ser humano también lo hace.

Tras definir la esencia del ser humano, Marx examina su condición en la sociedad de su tiempo, el capitalismo industrial, y observa que el individuo se encuentra alienado. Marx retoma este concepto de Hegel, pero le confiere un significado distinto:

  • Para Hegel, la alienación es un proceso de carácter mental, inherente al desarrollo de la conciencia.
  • Para Marx, la alienación es una realidad material y concreta: se produce cuando un individuo es despojado de algo que le es inherente o le pertenece.

La Alienación en el Capitalismo: Tipos de Alienación

Alienación Económica (en cuatro dimensiones)

1. Alienación respecto al producto del trabajo:

El trabajador no es dueño de lo que produce; lo que produce pertenece a otros. Lo que crea se convierte en un producto para vender, y eso genera ganancias para quienes lo venden, no para él. Incluso el propio trabajador es cosificado, tratado como una mercancía más en el mercado laboral.

2. Alienación respecto a la actividad productiva:

El trabajador no encuentra satisfacción ni realización en su labor; por el contrario, esta lo agota física y mentalmente. Trabaja por mera necesidad de subsistencia, no por elección. De ahí que, si le fuera posible, evitaría trabajar. Percibe que su trabajo no contribuye a su bienestar ni al progreso social, sino que únicamente sirve para perpetuar un sistema que lo oprime y lo instrumentaliza como un engranaje más de una maquinaria explotadora.

3. Alienación respecto al ser genérico:

La esencia del ser humano reside en su capacidad de crear de forma libre y consciente, trascendiendo la mera necesidad. Sin embargo, bajo el trabajo alienado del capitalismo, esta creatividad se anula. El trabajador se reduce a una existencia de subsistencia, similar a la de un animal, perdiendo así su verdadera humanidad.

4. Alienación respecto a los otros seres humanos:

El trabajador también se siente separado de los demás. En una sociedad regida por el dinero y la competencia, las relaciones humanas se desvirtúan; los individuos no se perciben como compañeros, sino como rivales, lo que fomenta una visión casi hostil del prójimo.

Marx explica que, en el sistema capitalista, los trabajadores generan un valor superior al que reciben como remuneración. El capitalista, propietario de los medios de producción, se apropia de esta diferencia, conocida como plusvalía. Este fenómeno se debe al control de los medios de producción por parte de una minoría y a la capacidad de pagar salarios bajos, aprovechando la sobreoferta de mano de obra. De este modo, el trabajo se mercantiliza y los obreros se ven forzados a competir entre sí. Esta dinámica conduce a la alienación de los individuos respecto a su propio trabajo y a la percepción de los demás como competidores en lugar de colaboradores.

Marx postula que la raíz de la alienación laboral reside en la propiedad privada de los medios de producción. Para erradicar esta injusticia, propone el comunismo, un sistema en el que los medios de producción sean de propiedad colectiva. Marx concibe el comunismo como el fin de la opresión y de las clases sociales, marcando el cese de la historia tal como la conocemos, una historia cimentada en la desigualdad. Con la abolición de la propiedad privada, desaparecerá la alienación económica y, consecuentemente, todas las demás formas de alienación:

  • Alienación Social:

    Bajo el capitalismo, los individuos, intrínsecamente iguales, se estratifican en clases sociales en función de su posesión de bienes. Esta división, con una clase dominante (burguesía) y una clase oprimida (proletariado), constituye una forma de alienación social para Marx, cuyo objetivo es la abolición de estas clases para alcanzar una sociedad justa e igualitaria.

  • Alienación Política:

    Marx argumenta que el Estado capitalista no representa el interés general, sino exclusivamente el de la clase dominante. Su función primordial es perpetuar y organizar la explotación de los trabajadores. Por consiguiente, para alcanzar una igualdad genuina, Marx propone la abolición del Estado en su forma actual.

  • Alienación Religiosa:

    Según Marx, la miseria material y social lleva a los individuos a buscar consuelo en la religión. Esta alienación religiosa es, para él, una forma de evasión de la dura realidad, que impide su transformación.

Para Marx, las ideologías son sistemas de pensamiento que perpetúan la alienación y justifican la desigualdad. Aunque se presentan como naturales o neutrales, constituyen una falsa conciencia que impide a los individuos percibir la verdad de su situación. Su función es ocultar la opresión, apaciguar a los oprimidos y defender el sistema de clases que beneficia a las élites.

Clases de Ideologías según Marx

  • Ideología Económica:

    Justifica fenómenos como los salarios bajos, el desempleo o las leyes del mercado, presentándolos como necesarios y naturales.

  • Ideología Política:

    Presenta al Estado como una entidad neutral y solidaria, cuando en realidad defiende los intereses de la clase dominante.

  • Ideología Filosófica:

    Se fundamenta en ideas abstractas y perpetúa la separación entre el trabajo intelectual y el manual, como si fueran esferas inconexas.

  • Ideología Religiosa:

    Funciona como un paliativo para los oprimidos, adormeciendo su descontento y previniendo la rebelión.

Política y Sociedad en la Teoría Marxista

Karl Marx, en colaboración con Friedrich Engels, desarrolló la teoría del materialismo histórico. Esta teoría explica la evolución de la historia y la sociedad a partir de las condiciones materiales de producción y reproducción de la vida, en contraposición a las ideas o la conciencia. Según el materialismo histórico, la historia progresa mediante transformaciones en los modos de producción.

Cada sociedad se estructura en dos componentes fundamentales:

  • La infraestructura es la base económica, que comprende las fuerzas productivas y las relaciones de producción, es decir, cómo se produce y quién controla los recursos.
  • La superestructura, por otro lado, engloba las formas de conciencia social como la religión, la política, las leyes y la moral, cuya función es mantener y justificar el sistema económico subyacente.

Para Marx, el motor de la historia no son las ideas, sino las transformaciones en la economía y en los modos de producción. La historia se desarrolla en etapas, cada una caracterizada por un modo de producción dominante: el esclavismo, el feudalismo y, finalmente, el capitalismo. Cada modo de producción se compone de dos elementos interrelacionados:

La Estructura Económica:

La estructura económica se compone de dos elementos: las fuerzas productivas y las relaciones de producción. Las fuerzas productivas incluyen a los trabajadores y los medios de producción (recursos, herramientas, maquinaria, materias primas). Las relaciones de producción son los vínculos que se establecen entre los propietarios de los medios de producción y quienes ejecutan el trabajo. La interacción de estos dos componentes define la forma de producción en cada época histórica.

La Superestructura Ideológica:

La superestructura ideológica abarca el conjunto de leyes, instituciones políticas y formas de conciencia social (derecho, religión, Estado, moral, educación) que caracterizan a una sociedad.

Marx sostiene que estas ideas son, en esencia, las de la clase dominante, y su función es justificar y perpetuar la estructura económica existente. Por ello, la superestructura tiende a distorsionar la realidad, naturalizando las injusticias económicas. El motor fundamental del cambio histórico reside en la estructura económica, y de manera crucial, en la lucha de clases. Los individuos se agrupan en clases sociales según su relación con los medios de producción: quienes los poseen (burguesía) y quienes solo poseen su fuerza de trabajo para vender (proletariado). Mientras exista conformidad con la situación, el statu quo se mantiene. Sin embargo, cuando una clase se percibe oprimida, puede desencadenar una revolución social para transformar la estructura económica. Este cambio económico, a su vez, provoca una reconfiguración de las ideas y leyes de la sociedad, dando lugar al cambio histórico. El proceso de cambio histórico culmina en la Revolución Socialista:

Fases del Cambio Histórico hacia el Comunismo:

1. La Revolución Socialista:

La revolución socialista debe ser integral y protagonizada por el proletariado (la clase trabajadora). Dado que la propiedad privada de los medios de producción es la raíz de la explotación y la división de clases, la revolución debe abolirla. Marx, en su obra cumbre El Capital, argumenta que el capitalismo está intrínsecamente condenado a su desaparición, ya que la acumulación creciente de capital agudiza la precarización de los trabajadores hasta que el propio sistema colapsa. La revolución socialista, por tanto, no hace más que acelerar este proceso histórico inevitable.

2. La Dictadura del Proletariado:

La dictadura del proletariado constituye la primera fase de la revolución socialista. Implica que la clase trabajadora se erige como clase dominante, asumiendo el poder político. Según Marx, el proletariado utilizará este poder para expropiar progresivamente el capital a la burguesía. Esta etapa tiene tres objetivos fundamentales: desarrollar las fuerzas productivas (industria), suprimir los privilegios y la resistencia de la antigua clase dominante, y educar a la población. A medida que estos objetivos se cumplan, el Estado, bajo el control del proletariado, se debilitará progresivamente hasta su eventual desaparición, ya que el Estado es concebido por Marx como una expresión de la lucha de clases.

3. La Sociedad Comunista:

En la sociedad comunista, se abolirá la división del trabajo que subyuga a los individuos. Desaparecerá la dicotomía entre trabajo intelectual y trabajo manual. El trabajo dejará de ser un mero medio de subsistencia para convertirse en una necesidad vital y una forma de autorrealización para todos. La riqueza se distribuirá de manera abundante, y cada individuo contribuirá según sus capacidades y recibirá según sus necesidades. En esta etapa final, no existirá la dominación de unos sobre otros, y la riqueza se repartirá de forma equitativa.

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