Marxismo: Ideología, Clases Sociales y Estructura Económica

El Conocimiento

La Ideología Marxista

En sus Tesis sobre Feuerbach, Marx afirma que ya es hora de que los filósofos dejen de contemplar el mundo y se dediquen a transformarlo. Las teorías científicas y filosóficas tienen que pasar una prueba fundamental para ser válidas: su contraste con la realidad práctica, su verificación histórica. Toda teoría debe realizar su verdad en la praxis, en la sociedad y en la historia.

El ataque a la filosofía idealista anterior, sobre todo al hegelianismo, es una constante del marxismo. La filosofía, el derecho y la cultura de la época en general, piensa Marx, no eran sino la expresión ideológica de ocultación y falseamiento de los verdaderos intereses de la clase dominante, la legitimación y justificación de un orden económico, político y social injusto.

El conocimiento que todo ser humano tiene de la realidad social e histórica está determinado por su situación económica, por su ubicación en el proceso productivo y por las relaciones de producción en las que se halla inserto. Para el marxismo, las ideas y los valores que el ser humano va adquiriendo a lo largo de su vida no son algo neutral e independiente de la situación económica en la que ha crecido; son el reflejo de la realidad material (económica y social) en la que vive. Es “la realidad la que determina la conciencia”, no al revés, como pretendía la filosofía racionalista e idealista.

Marx no desarrolló una teoría del conocimiento en sentido estricto, ni una epistemología del conocimiento humano en todas sus vertientes, pero sí existen en su obra elementos conceptuales para hablar de una “crítica marxista de las ideologías”, una desmitificación de ese idealismo ingenuo que considera que las ideas y los valores proceden de una burbuja inmaterial de los filósofos y de sus vidas inmaculadas. Defiende que las ideologías son formas sistemáticas de crear falsa conciencia de la realidad, de deformación consciente de la verdad y de legitimación engañosa de un orden político, económico, jurídico y social injusto.

La “estructura” económica de la sociedad determina las demás esferas o estructuras sociales, políticas y culturales que constituyen la “superestructura ideológica”. Su función es tratar de legitimar la situación de explotación y de alienación de las clases trabajadoras de cada sociedad en cada momento histórico. La conciencia, en Marx, está determinada social e históricamente por las estructuras económicas y no es autónoma.

“En la producción social de su vida, los hombres contraen determinadas relaciones necesarias e independientes de su voluntad, relaciones de producción, que corresponden a una determinada fase de desarrollo de sus fuerzas productivas materiales. El conjunto de estas relaciones de producción forman la estructura económica de la sociedad, la base real sobre la que se levanta la superestructura jurídica y política y a la que corresponden determinadas formas de conciencia social. El modo de producción de la vida material condiciona el proceso de la vida social, política y espiritual, en general. No es la conciencia la que determina su ser, sino al revés.” (La ideología alemana).

Componentes de la Ideología

Los componentes más importantes son: la religión, el Estado, la filosofía, el derecho, la economía política y la organización social que comporta. Su supresión está supeditada a la desaparición de la alienación económica; únicamente cuando desaparezca la situación de alienación en las relaciones de producción, el reflejo de la estructura económica será un reflejo real, puesto que ya no será necesaria la ocultación y el enmascaramiento de la realidad.

Las funciones de las ideologías (Althusser ofrece un estudio más completo) más importantes son:

  • Representar de forma imaginaria la relación de los individuos con sus condiciones de existencia reales.
  • Reproducir deformadamente la realidad.
  • Cohesionar una estructura social.
  • Servir a la clase dominante en el ejercicio de sometimiento de la clase dominada.

Algunos autores marxistas del siglo XX (por ejemplo, Karl Mannheim en Ideología y utopía) afirman que la ideología es una posición inevitable en todo ser humano, en cualquier lugar social y económico que ocupe; insisten en que la supresión de la “ideología” como fruto de la superestructura burguesa del capitalismo no anula los peligros de una nueva “ideología falseadora” en nombre del socialismo o de cualquier otra nueva forma de pensar.

La Sociedad y la Acción

Niveles Objetivos de Toda Sociedad

Para el materialismo histórico, toda sociedad es una estructura compuesta por una serie de niveles específicos, cada uno de los cuales posee una eficacia y una autonomía relativas. Estos niveles son: el económico, el político y el ideológico.

El nivel económico está constituido por las relaciones entre los hombres y la naturaleza en la producción material. Se trata, pues, de relaciones de producción y no de consumo, entendiendo por tales las que los agentes de producción, los hombres, mantienen con los medios de producción y así son dialécticamente también relaciones de los hombres entre sí. A lo largo de toda la historia, las relaciones de los hombres con los medios de producción han sido siempre dobles: unos pocos han sido los propietarios de los medios de producción, mientras que otros, los trabajadores directos, la mayoría, no han sido propietarios de esos medios y han tenido que trabajar al servicio de los propietarios.

Estas diferentes relaciones de los hombres con los medios de producción son las que han hecho que los hombres hayan estado siempre divididos en clases, y son también las que han hecho que los hombres piensen de una determinada manera y se organicen políticamente de un modo concreto. Este es el motivo por el que el nivel económico posee siempre el papel determinante de los niveles político e ideológico. Sin embargo, el nivel económico no siempre tiene el papel dominante.

En todas las sociedades, divididas en clases por las diferentes relaciones de los hombres con los medios de producción, se produce la explotación, la apropiación por parte de los poseedores de los medios de producción del sobretrabajo de los productores directos. Y esto ha ocurrido a lo largo de toda la historia. Sin embargo, el camino que los propietarios han seguido para apropiarse del sobretrabajo de los trabajadores (y eso es lo que hay que entender por poseer un papel predominante) ha sido distinto.

En las sociedades esclavistas, por ejemplo, el propietario de los medios de producción se hacía con el sobretrabajo del productor simplemente por el hecho de que este era de su propiedad, le pertenecía. La organización política bastaba para que se produjera la apropiación del sobretrabajo y, por eso, en ese tipo de sociedades, era el nivel político el que poseía el papel predominante.

En las sociedades feudales, el papel dominante lo poseía, sin embargo, el nivel ideológico, ya que era este el camino que utilizaba el propietario para explotar al trabajador.

En la sociedad capitalista, el nivel económico posee, al mismo tiempo, el papel determinante y el papel predominante, ya que, en el modo de producción capitalista, la explotación del trabajador tiene lugar por el mero hecho de introducirse este en el proceso mediante un contrato de trabajo.

Las Clases Sociales

Según Marx, las clases sociales han existido siempre, porque siempre se han relacionado los hombres con los medios de producción, unos poseyéndolos y otros trabajando a su servicio. Las clases sociales se definen por los lugares y funciones que los hombres ocupan en el proceso de producción. No es, pues, la cuantía de los ingresos lo que determina la pertenencia a una clase social. No se trata de la simple división entre pobres y ricos. Las diferencias de ingresos no son más que un efecto de los lugares y funciones que los hombres ocupan y ejercen en el proceso de producción y, por lo mismo, no se puede pretender abolir las clases mediante una política fiscal o cualquier otra medida de un Estado providencia.

Aunque Marx no elaboró una teoría sistemática y precisa de las clases sociales, proporcionó una serie de criterios que permiten entender su concepto de clase social y su importancia en los cambios históricos y sociales. Se puede afirmar que existen tres notas conceptuales que la actual sociología marxista considera esenciales para definir una clase social y también una pertenencia a una u otra clase social.

Esas tres notas son: la propiedad de los medios de producción, el comportamiento ante el mercado y la dominación. La burguesía capitalista, por ejemplo, es un grupo organizado en torno a la propiedad privada de los medios de producción y a la defensa de sus intereses económicos. Pero esto no basta para definir la existencia de una determinada clase social. Es preciso añadir la referencia a su comportamiento ante el mercado: la clase capitalista burguesa compra la fuerza de trabajo que la clase obrera tiene que vender obligatoria y necesariamente. El tercer elemento necesario para hablar de una clase social es la relación de dominio que la burguesía capitalista ejerce, tomando todas las decisiones en la empresa donde los obreros se limitan a obedecer y cobrar sus salarios.

Sin embargo, la evolución de la sociedad capitalista occidental ha hecho mucho más compleja la división social e internacional del trabajo y, consecuentemente, ha obligado a revisar la noción de clase social, que ya no es tan precisa. Hoy en día se habla de “clases altas”, “medias” y “bajas”, y a la hora de determinar las clases se atiende a múltiples variables económicas y sociales.

Diferentes Manifestaciones de las Clases Sociales

Las clases sociales son el resultado de la división social del trabajo tomado en su totalidad. Y como en toda sociedad hay tres niveles —el económico, el social y el ideológico—, la predominancia de cualquiera de ellos explica por qué las clases sociales no adoptan la misma forma en todos los modos de producción. La forma de las clases sociales depende de cuál sea el nivel predominante en cada modo de producción.

En las sociedades feudales, por ejemplo, al ser el nivel predominante el ideológico en su forma religiosa, las clases sociales adoptan la forma de estamentos muy jerarquizados de carácter religioso o sagrado. Solo en el modo capitalista, cuando el nivel económico desempeña al mismo tiempo el papel determinante y el predominante, las clases sociales aparecen como tales clases sociales.

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