Las clases sociales según Descartes

Marx


La obra de Marx se basa en intentar explicar el origen de la propiedad privada (base del sistema capitalista)
, origen que se halla en la alienación del trabajo humano (alienación es aquello que ha perdido su propia identidad, que se encuentra ajeno). Para Marx, la concepción del hombre se basa en que:

  • El hombre es un ser concreto, sensible y corporal.
  • El hombre es un ser que transforma el mundo y a sí mismo por medio de la práctica (con el trabajo transforma a la naturaleza humanizándola y se transforma a sí mismo naturalizándose). Para Marx, los filósofos no han hecho más que interpretar diversos modos del mundo, pero para él, de lo que se trata es de transformarlo.
  • Como consecuencia de lo anterior, el hombre se autorrealiza a través del trabajo. La economía clásica hace del trabajo elemento central en la creación de valor, descubriendo los aspectos productivos del hombre. Esto considera al hombre como un animal de trabajo al servicio de la producción de mercancías, haciendo que no se vea el trabajo como el medio de autorrealización.
  • El hombre es un ser social, ya que se desarrolla en una sociedad concreta; es el producto de una determinada sociedad, de modo que el ser humano es un producto y un productor de la sociedad.
  • El hombre es un ser histórico, ya que las sociedades se transformas mediante la actividad humana (ni el ser humano ni las sociedades permanecen estables a lo largo del tiempo).

Marx critica el concepto de alienación del trabajador en la sociedad capitalista, al que encuentra víctima de una cuádruple alienación:

  1. Con respecto al producto de su trabajo: el producto debería ser la objetivación de su trabajo, pero al convertirse en capital de otros, aparece ante el trabajador como ajeno a él.
  2. Con respecto a la propia actividad: al ser su trabajo apropiado por otro, el trabajador se encuentra extrañado a su trabajo. Marx considera que el trabajo es lo que mejor define al hombre y éste se encuentra extrañado (ajeno) a él, mientras que se encuentra satisfecho en lo animal (comer, dormir, procrear…).
  3. Con respecto a la naturaleza, que aparece como ajeno al trabajador, propiedad de otro.
  4. Con respecto a otros hombres: el hombre es capaz de trabajar solidariamente esforzándose por la “especie humana”, pero el trabajo alienado corta su relación con la humanidad y cada uno trabaja para sí mismo y sus propias necesidades.

Marx concluye que la propiedad privada es la consecuencia del trabajo alienado, y la desaparición del trabajo alienado lo será de la propiedad privada. Esta es la finalidad del comunismo. Marx fue un pensador materialista (la materia es eterna y el principio fundamental de toda realidad, de la cual nace el espíritu), pero se limita a defender el materialismo histórico, que sostiene que la infraestructura de una sociedad determina la conciencia que una sociedad tiene sobre sí misma, y no al revés, y que esa infraestructura evoluciona a partir de sus contradicciones (dialécticamente). El punto de partida es la producción (la actividad material del hombre que tiende a satisfacer sus necesidades). El propio hombre está determinado por las relaciones de producción, que varían a lo largo de la historia (amo/esclavo en el mundo antiguo, campesino/señor en la Edad Media, oficial/maestro en el Renacimiento y obrero/capitalista en la sociedad moderna burguesa). La producción es el todo de las relaciones de producción; es la sociedad misma. Un modo de producción es el modo que adopta la producción en una época determinada (esclavista, feudal, renacentista y moderno-burgués). En cada modo de producción hay grupos con intereses comunes entre sí y antagónicos con los demás, estos grupos los llama clases sociales. La historia será concebida entonces como el desarrollo de los diversos modos de producción cuyo motor es la lucha de clases sociales. El paso de un modo de producción a otro se lleva a cabo siguiendo un sistema dialéctico que consta de los siguientes pasos:  (1)Tesis: partimos de una determinada forma social y, cada una, lleva dentro de sí su negación, porque cada modo de producción contiene una ruptura interna, ya que en cada uno hay intereses opuestos entre sí (clases). (2)Antítesis: esta negación (el enfrentamiento entre intereses opuestos) produce un cambio de forma social (revolución). (3)Síntesis: la revolución instaura una nueva forma social con distintas relaciones entre clases, que a su vez lleva a una ruptura interna, etc.


(1)Tesis: partimos de una determinada forma social y, cada una, lleva dentro de sí su negación, porque cada modo de producción contiene una ruptura interna, ya que en cada uno hay intereses opuestos entre sí (clases). (2)Antítesis: esta negación (el enfrentamiento entre intereses opuestos) produce un cambio de forma social (revolución). (3)Síntesis: la revolución instaura una nueva forma social con distintas relaciones entre clases, que a su vez lleva a una ruptura interna, etc.

Este proceso terminará cuando queden abolidas todas las clases sociales, con lo que no habrá tampoco lucha de clases que provoquen una nueva forma social. Este estado en el que ya no haya lucha de clases es lo que Marx llama comunismo, que viene de “comunidad de bienes”, lo que quiere decir que no habrá propiedad privada, que es la que origina la ruptura en clases sociales antagónicas.

En Marx, la dialéctica tiene que conducir al estudio de la realidad como un todo a cuya base está la infraestructura económica. La ideología (las diversas formas de conciencia justificadoras de cada forma social) disfraza las relaciones reales de producción que constituyen a la sociedad en su base sustituyéndolas por unas relaciones imaginarias.

Marx pretendía convertir la Historia en una ciencia; rigurosa y objetiva. Para ello pretendíó descubrir la estructura de la sociedad; cómo están ligadas las diversas partes de la sociedad, y descubrir el mecanismo que pone en movimiento a la sociedad para transformarla (materialismo histórico).

La estructura de la sociedad queda explicada así: en la base está la estructura económica (infraestructura), compuesta por las fuerzas productivas (herramientas, maquinaria, etc.) y las relaciones de producción (relaciones de propiedad, que dan origen a las clases sociales). Sobre esa base se mona la estructura ideológica (superestructura), compuesta por las diversas formas de conciencia (aspectos políticos, filosóficos, jurídicos, políticos, artísticos, etc.). El cambio de una forma social a otra se producirá de la siguiente manera: las fuerzas productivas adquieren en un momento dado gran desarrollo, con lo cual las antiguas relaciones de producción ya no valen. Se produce un enfrentamiento entre clases que provoca un cambio de relaciones de producción y, como consecuencia, una nueva conciencia ideológica.

Marx dedica una especial atención al estudio de la economía capitalista en su obra “El Capital”, que comienza con un análisis de la mercancía (cualquier cosa elaborada con vistas a su intercambio por cualquier otra). Toda mercancía tiene valor de uso (en virtud de sus cualidades específicas que permiten satisfacer determinadas necesidades) y valor de cambio (valor común a diverso tipo de mercancías y que permite cambiar unas por otras). El valor de cambio es cuantitativo, lo que permite, para facilitar los intercambios, medirlo en dinero. Una principal carácterística capitalista es convertirlo todo en mercancía, incluyendo la fuerza de trabajo de cada trabajador. El valor de cambio de esta mercancía se determina como cualquier otra; el valor que produce el trabajador para el capitalista y el que este le paga son diferentes, y en esto radica la ganancia capitalista. A esta diferencia Marx la llama plusvalía. El capitalista necesita competir con sus mercancías en el mercado, y para hacerlo en condiciones ventajosas necesita acelerar la producción, lo que lleva a los siguientes efectos: una concentración de capital en cada vez menos manos y una sociedad cada vez más organizada y centralizada. Llegará un momento en que esta sociedad ya perfectamente organizada podrá prescindir de la minoría dueña del capital con una simple revolución. Esta será la batalla definitiva de la lucha de clases, ya que, al ser ahora la inmensa mayoría de la población la que toma el poder en sus manos, no hay lugar para otra división en poseedores y desposeídos.

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