La Inspiración Divina en la Escritura: Perspectivas Históricas y Teológicas

1. El Período Patrístico: La Coautoría Divino-Humana

Toda la enseñanza de los Padres de la Iglesia se puede resumir en que Dios es autor de la Escritura, pero también el hombre es su autor. Para intentar explicar cómo es posible esta dualidad de autoría, los Padres recurren a diversas analogías:

  • Instrumento

    Dios se sirve del escritor sagrado como el músico se sirve de su instrumento musical. La ventaja de estas comparaciones radica en que subrayan aspectos importantes de la función del escritor sagrado: la colaboración con Dios (como el instrumento colabora con el músico) y el condicionamiento (como el músico está condicionado por el instrumento, ya sea de madera, metal, etc.). El riesgo, sin embargo, reside en entender la función del autor humano como puramente pasiva.

  • Dictado

    La ventaja de esta analogía consiste en subrayar el carácter primario de la acción divina; el riesgo es minimizar la aportación del escritor humano, reduciéndolo a mero escribano. No se puede entender la inspiración como un dictado en el sentido moderno del término.

  • Carta-Mensaje

    El autor humano es comparado con el mensajero. Antiguamente, el mensajero podía ser solo un cartero o pregonero que recibía el tema para exponerlo y desarrollarlo según las circunstancias.

  • La Imagen del Autor

    Sostenían que Dios es el autor de ambos testamentos. El término autor entrará en la teología y el magisterio; pero, según veremos, no se ha de tomar en el sentido de Dios como autor literario.

2. La Escolástica: La Teoría Psicológica de Santo Tomás de Aquino

Esta perspectiva se centra en la sentencia de Santo Tomás de Aquino, conocida como la teoría psicológica, y se funda sobre la profecía. Para Santo Tomás, el autor principal de la Sagrada Escritura es Dios, mientras que el hombre es su autor instrumental. Las nociones principales de esta teoría son:

  • Causa Principal

    Es aquella que obra por su propia virtud.

  • Instrumento

    Se distingue una doble acción: la propia de la naturaleza del instrumento, y la instrumental, en cuanto que el instrumento es elevado por la causa principal para participar de la capacidad propia de la misma causa principal (p. ej., el pincel tiene una virtud propia de extender los colores, pero no es capaz de crear un cuadro si no es por la acción del artista). El instrumento puede ser inanimado o animado. El hombre es usado por Dios como instrumento vital y activo. Las dos causas obran en la producción (Dios y el hombre, como el pincel y el artista), pero es posible percibir en la obra las huellas de la causa (así, el cuadro será más o menos bello según la habilidad del pintor y la calidad del pincel).

La inspiración consiste en el hecho de que Dios, como agente principal, mueve sobrenaturalmente al hombre, como agente instrumental-vital, a concebir el libro, a querer este libro y a escribirlo.

3. El Magisterio Eclesiástico y la Inspiración Bíblica

Respecto a la inspiración, es indispensable hacer referencia a tres concilios clave: el Tridentino, el Vaticano I y el Vaticano II.

  • Concilio de Trento

    El Concilio de Trento confirma, respecto a la inspiración, la doctrina tradicional (Dios es autor del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento) y define la extensión total de la inspiración: están inspirados todos los libros enumerados en el canon.

  • Concilio Vaticano I

    Confirma la doctrina ya definida en Trento, pero precisa también la naturaleza de la inspiración, rechazando dos opiniones:

    1. Que un libro pueda llamarse inspirado solo en virtud de una aprobación de la Iglesia posterior a su composición.
    2. Que pueda concebirse la inspiración como pura asistencia negativa que preserve del error.
  • Concilio Vaticano II

    Según la sinopsis entre el esquema preparatorio y el texto definitivo, se puede observar lo que está presente y lo que no está en el texto definitivo:

    1. No está la definición de la inspiración como en el esquema preparatorio.
    2. No está la referencia al esquema escolástico y neotomista.
    3. Está la expresión tradicional de Dios como autor de los libros sagrados, pero con una formulación que se preocupa de no dejar en la sombra la condición de autor literario que compete a los escritores sagrados.
    4. Está la referencia a la categoría de instrumentalidad de los hagiógrafos. Muestran la preocupación del Concilio por no minimizar la aportación de los autores humanos y por no usar, en el misterio de la inspiración, un lenguaje en cierto modo distante del de la Biblia.

4. Síntesis Teológica sobre la Inspiración: Ideas Erróneas Comunes y el Proceso Creativo

Ideas Erróneas sobre la Inspiración:

  • La inspiración como un dictado en el que Dios habría utilizado a algunos hombres como simples instrumentos materiales.
  • La inspiración en el sentido de que el autor inspirado sea un hombre aislado, que establece un coloquio solitario con Dios.
  • La inspiración no debe concebirse tampoco en el sentido de que Dios haya hecho escribir una parte de la Biblia, la más elevada, dejando la otra al hombre.
  • Lo que los autores bíblicos escriben no siempre les es revelado inmediatamente por Dios.

La Obra Literaria como Creación

La creación de una obra literaria puede esquematizarse en tres etapas:

  1. Experiencia: La materia de la que luego partirá la creación literaria procede de experiencias propias y ajenas.
  2. Intuición: Todos los hombres viven de experiencias, pero solo algunos tienen el don de la intuición poética que ilumina la materia informe de las experiencias.
  3. Expresión: Este es el verdadero nivel del escritor o poeta. Solo los verdaderos escritores saben expresar intuiciones en formas significativas.

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