La Filosofía de Aristóteles: Física, Metafísica, Ética y Política

La Física de Aristóteles

Aristóteles coincidió con Platón en que hay dos ámbitos de realidad: uno que corresponde con el mundo físico, que se puede ver y tocar, y otro que va más allá de lo material y solo se hace patente a través de la inteligencia. Aristóteles pensó que ambos aspectos de lo real no existen en mundos separados, sino que están juntos en el mismo mundo corpóreo y cambiante en el que vivimos. Solo hay una única realidad: la de los cuerpos que contienen en su interior unas esencias que les dan consistencia y unidad.

El movimiento y sus clases

El movimiento es algo real. Existen unos principios inmutables, a los que denominó acto y potencia, que intervienen en el cambio:

  • Por acto entendió la perfección que adquiere el sujeto que cambia; así, es el término y fin del movimiento.
  • La potencia es un «no ser todavía», que hace posible el movimiento. La potencia es capacidad real de llegar a uno o varios actos.

Según esto, Aristóteles definió el movimiento como «la actualidad de lo potencial en tanto que está en potencia» (paso de ser en potencia a ser acto).

Existen diferentes clases de movimiento:

Movimiento accidental

El sujeto que cambia adquiere o pierde perfecciones que no modifican su naturaleza. Por ejemplo, la planta de trigo cambia de color al madurar, pero no deja de ser trigo.

Movimiento sustancial

Una sustancia se transforma en otra completamente distinta, como cuando una semilla de trigo se convierte en una planta de trigo.

La estructura de los cuerpos: Hilemorfismo

Aristóteles llamó materia al sustrato que permanece en el cambio de los cuerpos, que se corresponde con la potencia y es algo indeterminado. Llamó forma a aquello que cambia, carácter de acto, y que determina a la materia. Son dos coprincipios de una misma realidad: cada uno de ellos solo puede ser en el otro.

Esto puede darse de dos maneras:

  • Sustancia-accidentes: Si nos atenemos al movimiento accidental, existe un sujeto que sufre este tipo de cambio, al que llamó sustancia o materia segunda, y unas perfecciones que pierde o adquiere, que llama accidentes o formas accidentales.
  • Materia prima-forma sustancial: La materia prima es el sujeto que permanece, mientras que lo que cambia es la forma sustancial, que es sustituida por otra nueva.

El principio de causalidad: Las cuatro causas

Aristóteles dijo que existen causas que explican el origen y el movimiento de los entes corpóreos. Se propuso investigarlas y refutó a Demócrito, a quien atribuyó la tesis de que el movimiento es una propiedad intrínseca a la materia y no necesita causas externas. En el libro VII de la Metafísica formuló el principio de causalidad: «Todo lo que llega a ser es por una causa». En su opinión, Tales y los primeros presocráticos solo habían buscado la causa material. Platón había dado un paso más. Sin embargo, para Aristóteles era preciso postular dos causas más que dieran razón completa del porqué de las cosas:

  • Causa material: Potencia o sujeto que posibilita un movimiento.
  • Causa formal: Acto formal que otorga una esencia o un modo de ser accidental a un individuo.
  • Causa motora o eficiente: Ser en acto que produce el movimiento propiamente dicho, sea este accidental o sustancial.
  • Causa final: Acto o término al que tiende el movimiento. Es la más importante; de esta dependen las demás.

Esta explicación que da primacía a la causa final recibe el nombre de teleología.

El ser humano según Aristóteles

Distinguió entre seres animados e inanimados. Los primeros son los seres vivos, que están dotados de un movimiento propio proveniente de un principio intrínseco, que denominó alma. El ser humano es un ser animado, cuyo movimiento y actividad proceden de un principio intrínseco: el alma humana. El alma, según Aristóteles, es el primer principio de la vida humana; de ella dependen los principios segundos (órganos corporales y las facultades apetitivas, etc.).

La teoría hilemórfica y el ser humano

Concibió el alma como la forma o acto de un cuerpo apto para la vida. El cuerpo es la materia o potencia a la que el alma da forma y actualiza, otorgándole un determinado modo de ser. Aristóteles sostuvo la unión sustancial entre alma y cuerpo, porque son dos coprincipios de una única realidad: el ser vivo. Propuso un monismo antropológico que resolvía el dualismo de Platón, para quien solo cabía una unión accidental entre el alma y el cuerpo humanos. Aristóteles distinguió tres clases de alma, que dan lugar a otros tantos tipos de vida:

  • Vegetativa: Sus funciones son la nutrición, el crecimiento y la generación.
  • Sensitiva: Además de las funciones anteriores, se define por el conocimiento sensible, el apetito sensible y la capacidad locomotriz.
  • Intelectiva: Añade el conocimiento intelectual y el apetito racional o voluntad. Esta vida corresponde exclusivamente al ser humano, que cuenta con una sola alma capaz de llevar a cabo todas las funciones vitales.

El origen y el destino del alma humana

Aristóteles no habló de forma explícita sobre un origen del alma humana distinto del origen del alma del resto de los seres animados, lo que parece indicar que sostenía que provenía de los padres por generación. Sobre la inmortalidad del alma humana, la interpretación más común es que, tras la muerte, solo permanece su parte intelectiva, que en el tratado Acerca del Alma redujo al intelecto agente. No dejó nada escrito sobre lo que ocurre a esa parte inmortal después de sobrevivir al cuerpo.

El conocimiento y la ciencia en Aristóteles

Para Aristóteles, conocer es poseer formas de modo intencional e inmaterial. Significa que el conocimiento remite a una realidad que trasciende al cognoscente (es intencional) y que es una acción en la que se aprehenden formas separándolas de su materia (es inmaterial). Esta postura se denomina realista. Diferenció entre conocimiento sensible e intelectual, y apoyó esta distinción en su teoría hilemórfica.

El conocimiento sensible

Es común al ser humano y a los seres irracionales, y se corresponde con la distinción entre materia segunda y forma accidental, ya que consiste en captar formas accidentales, o sensibles, que están en las cosas. El conocimiento de estas formas se realiza a través de dos tipos de sentidos:

  • Los sentidos externos: vista, oído, olfato, gusto y tacto. Captan las cualidades que se encuentran en las cosas.
  • Los sentidos internos:
    • El sentido común: Función de unificar los cinco sentidos externos de manera que se aprecie el objeto sensible en su unidad.
    • La imaginación: Permite conservar las percepciones sensibles y reproducirlas cuando no están presentes.

En algunos pasajes añadió la memoria sensible y la experiencia sensible.

El conocimiento intelectual

Es exclusivo del ser humano y se relaciona con la distinción entre materia primera (o prima) y forma sustancial, pues mediante él se obtienen formas sustanciales o inteligibles. Estas formas se adquieren por medio del intelecto, que necesita partir de los datos de los sentidos, ya que sin ellos es como un papel en blanco.

En el momento en el que el intelecto agente hace pasar la forma inteligible, potencialmente presente en la imagen, de la potencia al acto, se produce el concepto o idea universal, que no es más que la aprehensión de la forma inteligible en acto. A esta actualización se le ha denominado abstracción. Abstraer significa separar; se refiere a la acción del intelecto agente por la que separa la forma inteligible de las formas sensibles. Una vez abstraído el concepto, entra en escena el intelecto paciente. Este recibe los conceptos abstraídos por el intelecto agente y los une o separa en juicios y razonamientos. Los razonamientos enlazan juicios de acuerdo con unas leyes de la lógica. La elaboración de juicios y razonamientos hace posible el conocimiento ordenado y sistemático de la ciencia.

La ciencia y sus clases

La ciencia es un saber seguro y permanente. Aristóteles la definió como el conocimiento que es universal y necesario, que aprehende las esencias de las cosas y las explica por sus causas. Propuso dos métodos con el fin de hallar esas explicaciones causales:

  • La deducción: Por la que se obtienen conocimientos particulares a partir de su causa universal, es decir, se parte de unas premisas generales para alcanzar una conclusión particular.
  • La inducción: Que consiste en observar algunos casos particulares para llegar a verdades universales. Es un modo de obtener principios que sirvan para la deducción.

La moral aristotélica

Sócrates y Platón plantearon la moral como un saber que encamina hacia una vida plena y feliz por medio de la sabiduría y la virtud. Aristóteles siguió los pasos de su maestro, por lo que su moral se puede caracterizar también como una búsqueda de la felicidad. Sin embargo, rechazó el recurso platónico a un mundo separado de ideas. Reflexionó sobre dos conceptos:

  • El bien: Lo entiende como el fin de la conducta humana y en él funda toda su reflexión sobre la moral; de ahí que su ética se haya calificado de teleológica.
  • La virtud: Es el camino que conduce al bien propio del hombre; por ello, la ética aristotélica se puede considerar también como una ética de virtudes.

El bien y el fin último

El bien depende de la manera de ser (esencia) de cada tipo de realidad. Existe una gran variedad de bienes. Cada uno de estos bienes se identifica con la perfección de cada tipo de ente, por lo que es fin o término de sus acciones, es decir, causa final; de ahí que lo defina como aquello hacia lo que las cosas tienden. ¿Cuál es el bien que es más propio del ser humano por su manera de ser? El bien supremo o fin último propio del ser humano, para Aristóteles, es aquel que se elige por sí mismo y no es medio para otra cosa. El auténtico bien supremo para el hombre, según Aristóteles, se encuentra en el conocimiento teórico, al que denomina contemplación. Este proviene de la facultad más alta del alma, el intelecto: el ser en general y el acto puro, objeto de estudio de la metafísica.

La naturaleza de la virtud

Estimó que la virtud es algo que perfecciona al ser humano, lo hace bueno y lo encamina hacia una vida feliz. La verdadera virtud se define, según él, como un hábito bueno adquirido, operativo y voluntario:

  • La virtud es un hábito, porque es una cualidad o disposición estable que se asienta sobre alguna facultad del ser humano, como la inteligencia.
  • Es un hábito adquirido, pues se obtiene por la constante repetición de actos; no es algo, por lo tanto, con lo que se nace.
  • Es un hábito operativo, ya que posibilita la adecuada realización de los actos propios de la facultad que perfecciona.
  • Es un acto voluntario, puesto que conlleva deliberación y elección, es decir, requiere la intervención del intelecto y la voluntad.

Para que haya virtud, según Aristóteles, se deben reunir tres requisitos: que haya conocimiento (deliberación) del fin, decisión (elección) de la voluntad de los medios para alcanzarlo y una actitud firme en el obrar.

Las virtudes éticas

Se definen como hábitos voluntarios que consisten en un término medio entre dos extremos, el exceso y el defecto, a la hora de actuar. La virtud ética con respecto al bien es excelencia y plenitud.

  • La fortaleza: Constituye el medio entre los extremos de la cobardía y la temeridad; consiste en vencer el temor ante el mal y el sufrimiento.
  • La templanza: Establece el justo medio entre la insensibilidad y la intemperancia, moderando el deseo del placer.
  • La justicia: Obediencia a las leyes e instaura una relación de igualdad con los demás ciudadanos. Distinguió entre justicia legal (ciudadano con la polis), distributiva (que reparte proporcionalmente los bienes y las cargas entre los ciudadanos) y conmutativa (que regula las relaciones entre los individuos). La justicia ha de ejercerse con equidad.
  • La magnanimidad: Es el medio entre los extremos de la pequeñez de ánimo y la vanidad que exagera el propio mérito.

Las virtudes dianoéticas

Según Aristóteles, conducen al fin último y a la felicidad. De ellas, dos hacen bueno al intelecto práctico:

  • El arte (poiesis): Hace referencia a la producción de objetos.
  • La prudencia (praxis): Ayuda a realizar bien acciones que tienen un carácter inmanente y cualifican a quien las realiza. Es reguladora de las virtudes éticas, ya que es la razón del hombre prudente la que determina el término medio virtuoso.

En relación con el intelecto teórico, surgen tres virtudes:

  • La ciencia: Ayuda a razonar bien, de manera que favorece el conocimiento demostrativo de las cosas.
  • El entendimiento: Facilita conocer bien lo que es evidente.
  • La sabiduría: Perfecciona el conocimiento de las cosas superiores y divinas.

La política en Aristóteles

Ahora bien, para forjarnos un carácter y ser felices lo peor que nos puede pasar es que vivamos en una sociedad que nos lo impida. Sólo se puede ser feliz en un estado que sea justo y que permita la suficiente libertad para actuar a sus ciudadanos. Además, la política está en nuestra naturaleza, pues “el hombre es un animal político”: sólo se es hombre en sociedad, con otros individuos con logos con los que compartir la vida. De otra forma seríamos animales, pero ya hemos visto que no sólo somos eso. La polis está por encima del individuo, y es anterior a él: es nuestra casa y hay que preservarla para los que vengan. Dirá Aristóteles que la Política es la ciencia más útil de todas. Una polis injusta va contra la esencia del hombre. Además, ha de asegurar la justicia, pues sólo la puede garantizar la polis, por encima de los deseos de los particulares de la siguiente forma:

  • Justicia correctiva: Dar la misma parte a todos, o los mismos derechos, para que puedan hacer una buena vida.
  • Justicia distributiva: A cada cual según sus méritos: el que más bien haga a la ciudad ha de ser recompensado, es justo.

¿Cuál es la mejor forma de gobierno? Pues según el tipo de polis y de cultura del que estemos hablando. Podemos hablar de:

Formas de gobierno

Gobiernos “buenos”

  • Monarquía: Gobierno de uno solo.
  • Aristocracia: Gobierna un grupo reducido.
  • Democracia (politeia): Gobierno constitucional.

En este primer grupo gobiernan los mejores tratando de realizar el bien común.

Gobiernos “malos”

  • Tiranía
  • Oligarquía
  • Demagogia (democracia)

Estos tres gobiernos ejercen tales funciones en vistas a intereses individuales.

La metafísica aristotélica

Tiene como fin el estudio de las realidades permanentes y no materiales, que solo se pueden captar mediante el intelecto.

El ser y el principio de no contradicción

Parménides fue el primer filósofo que reflexionó sobre la noción del ser, pero lo concibió de modo unívoco. En el otro lado, Heráclito interpretó el ser como algo equívoco, como una multiplicidad de seres en perpetuo movimiento y sin conexión entre sí. Aristóteles aportó un nuevo enfoque al sostener que «el ente (ser) se dice en varios sentidos». De este modo mostraba que el término ser es análogo: por una parte, mantiene un significado fundamental y, por otra, se aplica a la vez a muchas realidades (ya que todas las cosas son de modos distintos). «Es imposible ser y no ser al mismo tiempo y en el mismo sentido».

Clasificación de los seres: Las categorías

Aristóteles clasificó los seres en diez categorías que corresponden con la clasificación general de los conceptos en el orden del pensamiento (lógico). Son sustancia y nueve tipos de accidentes: cantidad, cualidad, relación, tiempo, situación, posesión, acción y pasión. Por sustancia entendió aquello que es en sí, ya no se sustenta en otro sujeto, y es por sí, porque no depende de otro para existir. Aristóteles diferenció dos tipos:

  • Sustancia primera: Se corresponde con los seres individuales reales (ej. Sócrates).
  • Sustancia segunda: Se aplica al concepto universal que se forma en la mente por la abstracción a partir de los individuos (ej. el concepto de hombre).

Los accidentes, por su parte, solo existen en otro sujeto, que es la sustancia.

La sustancia divina

En el libro VIII de la Física, Aristóteles argumentó la existencia de la sustancia divina a partir de la observación del movimiento: todo lo que se mueve es movido por otro, pero es imposible una serie infinita de motores que sean, a su vez, movidos. Luego ha de existir una primera causa del movimiento, a su vez inmóvil. Lo llamó Primer Motor Inmóvil.

Por otro lado, en el libro XII de la Metafísica, razonó que en todo cambio es necesario que haya algo en acto que sea su causa, pero ese algo, en último término, solo puede ser el acto puro, ya que, de lo contrario, habría una serie infinita de actos causados por otro acto, lo cual es imposible.

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