Hume ideas complejas

Impresiones e ideas. La teoría de las ideas de Hume coincide con la de Locke, que es el padre del Empirismo, cuya tesis principal dice que la experiencia es la única fuente del conocimiento y todas las ideas proceden de los sentidos. Hume hace algunas matizaciones respecto a Locke. Para Hume los contenidos de la mente son las percepciones. Hay dos tipos de percepciones, las impresiones y las ideas. Las impresiones son percepciones recibidas fuertemente, y constituyen el sentir. Se trata de los datos inmediatos de la experiencia y son la base del conocimiento. Las ideas son imágenes débiles de las impresiones
cuando pensamos y razonamos, y constituyen el pensar. La diferencia entre ambas percepciones consiste en la intensidad con la que inciden en la mente, ya que las impresiones son más intensas que las ideas. A su vez, las impresiones pueden ser de la sensación o de la reflexión. Las impresiones de la sensación se deben a los sentidos externos, nos proporcionan las cualidades sensibles o sensaciones, y nos permiten conocer el mundo exterior. Las impresiones de la reflexión surgen de nuestro interior. Son las pasiones, deseos y emociones, y mediante estas impresiones conocemos nuestro estado interior. Por otra parte, las percepciones pueden ser simples o complejas. Las percepciones simples no admiten distinción ni separación, y las complejas son aquellas que pueden dividirse en partes. Cada idea simple procede de una impresión simple, pero nuestra capacidad intelectual nos permite crear ideas complejas mezclando impresiones e ideas simples. De esta manera es como se elabora el conocimiento, aunque puede ser que algunas ideas complejas no tenga una impresión que le corresponda, por lo que Hume las rechazará posteriormente en su crítica a la metafísica. Por último, la mente utiliza dos facultades para crear ideas complejas: la memoria y la imaginación. La memoria nos permite evocar las ideas en el orden en que se presentaron las impresiones, y la imaginación nos permite asociar estas ideas para crear ideas más complejas y abstractas, para lo que utiliza tres principios: la contigüidad, ya que la imaginación asocia ideas con cercanía espacio-temporal, la semejanza, ya que la imaginación puede ir fácilmente de una idea a otra parecida, y la relación causa-efecto, ya que dos ideas que aparecen unidas se asocian de tal forma que una de ellas es la causa de la otra, y la otra se convierte en su efecto. Limite del pensamiento y principio de copia. Hume explica en el texto que tenemos la sensación de que nuestro pensamiento tiene un poder ilimitado, hasta el punto de que con él podemos ir más allá de las leyes humanas y naturales, e inventar cualquier ficción. Sin embargo estamos equivocados, porque en realidad nuestro pensamiento está muy ilimitado en lo que se refiere al verdadero conocimiento. Éste límite viene dado por la experiencia, que expresa la captación de datos procedentes del mundo exterior, y se da entonces el principio del Empirismo, que afirma que la experiencia es la fuente y el límite de todo conocimiento. La mente humana actúa como una página en blanco, que se va llenando de contenidos mediante la sensación, la captación de datos procedentes del los objetos del mundo exterior. Solo podemos confiar en la verdad de la sensación, ya que cuando la mente humana mezcla estos datos y forma conceptos más complejos, se acerca al territorio de la ficción, donde no hay verdad alguna. La base sobre la que se asienta esta limitación es el principio de copia, que es una ley básica del pensamiento. Este principio de copia dice que las ideas son siempre copias de impresiones, y nunca podemos pensar en algo de lo que no hemos tenido experiencia en nuestra mente. Por eso, la verdad de nuestros pensamientos viene determinada por las impresiones de las que proceden. Entonces, si un pensamiento o idea puede asociarse con su impresión correspondiente, diremos que es verdadero, mientras que si los conceptos que expresan esta idea no pueden asociarse a una impresión, esta idea o pensamiento carece de sentido. De esta manera, el principio empirista nos otorga un método sencillo para analizar estas ideas y pensamientos y confirmar su veracidad o falsedad. Éste será el método utilizado por Hume para analizar los conceptos de sustancia y de causalidad, como aspectos básicos de la metafísica.


Contextualización. El texto de Hume que comentamos pertenece a su obra Investigación sobre el conocimiento humano. Esta obra tiene 12 partes y el fragmento escogido pertenece a la sección 2, Sobre el origen de las ideas, donde Hume pretende fijar los límites del conocimiento humano. En esta obra se retoman los temas del Tratado sobre la naturaleza humana, con mayor rigor. La primera edición fue publicada en 1748 con el título de Ensayos filosóficos sobre el entendimiento humano. Hume tiene otras obras importantes como “Ensayos sobre moral y política”, “Investigación sobre los principios
de la moral”, “Historia de Gran Bretaña”, etc. David Hume (1711-1776) fue un filósofo moderno, empirista e ilustrado. Su preocupación principal fue el tema el conocimiento, y su pensamiento empirista dice que el origen del conocimiento está en la experiencia sensible. Hume formó parte del movimiento ilustrado, lo que implica que aceptó la física moderna recién formada como modelo de conocimiento, y también confió en el poder de la razón para descifrar los misterios del mundo. De hecho, a Hume se le denominó El Newton de la Antropología, porque según él había conseguido reducir la explicación de todos los comportamientos humanos a las tres leyes fundamentales de la imaginación, de la misma manera que Newton consiguió reducir la explicación del movimiento de los cuerpos físicos a la “Ley fundamental de Gravitación universa”. La época de Hume se corresponde con la Edad Moderna y con la filosofía moderna, que se extendíó por Europa y Gran Bretaña en los siglos XVII y XVIII, comenzando con Descartes en Francia y con F. Bacón en Inglaterra. Las corrientes filosóficas más importantes de la Edad Moderna fueron el Empirismo, la ilustración y la filosofía crítica de Kant.
La Edad Moderna supuso el cambio y la superación de la antigua filosofía medieval. La filosofía medieval se expresaba en latín y en forma de comentario, mientras que la filosofía moderna se expresará en lenguas propias y en forma de tratados. Por otra parte, En la Edad Media los filósofos eran profesores universitarios y se dedicaban a la enseñanza, mientras que en la Edad Moderna, los filósofos están fuera de la labor docente. Por último la filosofía moderna supondrá una separación de la teología. Hasta la Edad Media, la filosofía estaba unida a la teología cristiana y su labor era servir a esta doctrina en sus asuntos dogmáticos. Sin embargo, la filosofía moderna es autónoma, y se sirve únicamente de la razón, dejando a un lado tradición y revelación, y centrándose en la subjetividad humana. La racionalidad juzga estrictamente la actividad y el comportamiento humano, e intenta llevarse a todos los ámbitos de la realidad.

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