Fundamentos del Pensamiento Filosófico Griego: Orígenes y Conceptos Clave

¿Cuáles son las características básicas con que nació en Grecia la filosofía occidental?

La filosofía occidental nació en Grecia como un saber con las siguientes características fundamentales: racional y sistemático, crítico y autónomo, antidogmático y teórico (basado en la theoría o contemplación), además de público y abierto al debate.

¿Qué factores socioculturales pueden ayudar a comprender por qué nació en Grecia la filosofía occidental?

El nacimiento de la filosofía occidental en Grecia puede comprenderse mejor al considerar factores socioculturales como: el tiempo de ocio (scholé) disponible en la sociedad aristocrática, la ausencia de una casta sacerdotal que impusiera dogmas religiosos a través de libros sagrados y la inexistencia de un sistema educativo rígidamente organizado que limitara la libertad de pensamiento.

Explica el significado de la expresión “Del mito al logos” y qué tiene que ver con el nacimiento de la filosofía griega.

La expresión “Del mito al logos describe el tránsito intelectual fundamental que caracteriza el nacimiento de la filosofía griega. El mito (mythos) ofrecía explicaciones sobre el origen y la naturaleza de las cosas, el mundo, el ser humano y los dioses, basadas en narraciones tradicionales, a menudo personificadas y de carácter irracional o sobrenatural. Estas explicaciones eran frecuentemente arbitrarias y se aceptaban por tradición.

La filosofía surge cuando se empieza a buscar, mediante una actitud lógica y racional, los principios (arché) y causas fundamentales de la realidad. Este nuevo enfoque es el logos, que se basa en la razón, la argumentación y la observación, en lugar de la autoridad de la tradición o la revelación divina. Este paso del pensamiento mítico al pensamiento racional es consustancial al origen de la filosofía.

¿Qué sentido tenía para los primeros filósofos griegos el término “Physis”?

Para los primeros filósofos griegos (los presocráticos o physiólogoi), el término Physis (Naturaleza) se refería a la realidad fundamental, única, interna y dinámica de la cual surgen, se componen y a la que retornan todos los seres. La Physis no es solo el conjunto de seres naturales, sino el principio originario y la fuerza subyacente que lo gobierna todo, su esencia y proceso de desarrollo. Abarca la totalidad de lo existente y su orden intrínseco.

¿Qué buscaban los primeros filósofos griegos cuando buscaban el “Arjé”?

Cuando los primeros filósofos griegos buscaban el Arjé (o arché), indagaban sobre el principio o los principios constitutivos y originarios de todas las cosas existentes. El Arjé era concebido como aquello de lo cual todo procede (origen), aquello en lo que todo consiste (sustrato) y aquello que explica el orden y las transformaciones del cosmos (causa). Buscaban una explicación racional y unitaria de la multiplicidad y el cambio en el universo.

¿Qué significa “Logos” en Heráclito?

En Heráclito, el término Logos es polisémico y central en su filosofía, adquiriendo múltiples significados interconectados:

  • Sentido lingüístico: Palabra, discurso o razón expuesta. Se refiere al propio discurso filosófico de Heráclito, que no es una mera opinión personal, sino que pretende revelar una verdad universal. Su palabra filosófica, aunque temporal, busca expresar el Logos eterno y cósmico.
  • Sentido lógico o gnoseológico: Pensamiento, razón o inteligencia. Se refiere a la capacidad humana de comprender la estructura racional del mundo. El discurso de Heráclito puede traducir esta razón cósmica porque el pensamiento humano participa del Logos universal.
  • Sentido ontológico: Ley, orden o estructura intrínseca de la realidad (Physis). El Logos es la razón cósmica, la ley universal que rige todos los acontecimientos del universo, incluyendo el flujo constante y la unidad de los contrarios. Es la verdadera constitución de las cosas.

Comentario al texto de Heráclito: “La guerra es el padre de todas las cosas, a unos los hizo dioses y a otros los hizo hombres”

Este fragmento de Heráclito (“Pólemos pántōn mèn patḗr esti…”) sugiere que el conflicto (Pólemos, guerra, lucha, tensión) es el principio generador y diferenciador de todas las cosas. Las realidades existentes, con sus identidades específicas (dioses, hombres, esclavos, libres), surgen y se definen a través de la oposición y la lucha entre contrarios. Cada cosa se determina en lo que es por su relación conflictiva con su opuesto, mostrando así su esencia. Aunque todos los seres son distintos, esta tensión fundamental es, paradójicamente, lo que constituye la unidad subyacente del cosmos, regida por el Logos.

Interpretación del texto de Heráclito: “Los hombres ignoran que lo opuesto está de acuerdo consigo mismo. Es una armonía de tensiones opuestas, como las del arco y la lira”

Con esta afirmación, Heráclito quiere expresar su doctrina de la unidad de los contrarios. Aunque los opuestos parecen excluirse mutuamente, en realidad están intrínsecamente conectados y se presuponen el uno al otro. La recíproca transformación y la tensión dinámica entre ellos (como la tensión de las cuerdas de un arco o una lira, que es necesaria para su funcionamiento) originan una unidad equilibrada y una armonía oculta (harmonía aphanḗs). La mayoría de los hombres, según Heráclito, no comprenden esta profunda interconexión y ven solo la discordia, sin percibir la armonía subyacente que constituye la verdadera naturaleza de la realidad.

¿Cuáles fueron las doctrinas fundamentales de la Escuela Pitagórica?

Las doctrinas fundamentales de la Escuela Pitagórica, fundada por Pitágoras de Samos, incluyen:

  • La primacía de los números y las matemáticas: Consideraban que los números eran el Arjé, el principio constitutivo de toda la realidad. El universo está ordenado según proporciones numéricas y armonías matemáticas. La música, con sus intervalos y armonías expresables numéricamente, era un ejemplo paradigmático de esta estructura matemática del cosmos.
  • La inmortalidad y transmigración del alma (psyché): Creían en la inmortalidad del alma y en su reencarnación en sucesivos cuerpos (metempsicosis). El cuerpo era visto como una prisión para el alma.
  • La purificación del alma (kátharsis): El objetivo de la vida era la purificación del alma para liberarla del ciclo de reencarnaciones. Esta purificación se alcanzaba a través del estudio (especialmente de las matemáticas y la música), la práctica de un modo de vida ascético y rituales específicos.
  • Comunitarismo y secretismo: Los pitagóricos formaban una comunidad con reglas estrictas de vida, y sus enseñanzas a menudo se mantenían en secreto para los no iniciados.

¿Cuál es la vía de la verdad, según Parménides? ¿En qué consiste?

Según Parménides de Elea, la vía de la verdad (hodos aletheias) es la única vía de investigación filosófica válida y se fundamenta en el principio de que «el Ser es, y el no-Ser no es». Consiste en el reconocimiento, a través de la razón (logos), de que solo el Ser (tò eón) es real, cognoscible y expresable.

Parménides afirma que lo real solo puede provenir de lo real; por lo tanto, el Ser es eterno, ingénito, imperecedero, inmutable, inmóvil, uno, continuo y homogéneo. Si esto es así, no se puede afirmar lógicamente la existencia del movimiento, la pluralidad o el cambio, ya que implicarían la existencia del no-Ser (lo que no es) o una mezcla contradictoria de Ser y no-Ser. La vía de la verdad se opone a la vía de la opinión (doxa), que se basa en los sentidos y acepta la apariencia del cambio y la multiplicidad, conduciendo al error.

¿Por qué la noción de Physis desarrollada por jónicos (entre los que se incluye Heráclito) y pitagóricos encierra una contradicción según Parménides?

Según Parménides, la noción de Physis desarrollada por los filósofos jónicos (como Tales, Anaximandro, Anaxímenes y también Heráclito) y los pitagóricos encierra una contradicción lógica fundamental. Estos filósofos presocráticos (los physiólogoi) intentaban explicar la diversidad y el cambio en el mundo natural postulando uno o varios principios (Arjé) que se transformaban para dar lugar a todo lo existente.

Parménides critica esta concepción porque cualquier transformación implica que algo que es de una manera deja de serlo para convertirse en algo que no era, o que algo surge de lo que no es. Esto viola el principio axiomático de su filosofía: «el Ser es y el no-Ser no es», y la imposibilidad de que el Ser provenga del no-Ser o se convierta en no-Ser. Para Parménides, si el Arjé (por ejemplo, el agua de Tales) se transforma en otras cosas, significa que el agua (Ser) deja de ser agua y se convierte en algo diferente (que antes no era agua, implicando el no-Ser). Esta idea de que «el Ser es y no es, a la vez» (en el sentido de que cambia) es, para Parménides, lógicamente insostenible.

¿Cómo es el Ser para Parménides?

Para Parménides, el Ser (tò eón), revelado por la vía de la verdad, posee las siguientes características deducidas lógicamente:

  • Ingénito e imperecedero (Eterno): No puede haber comenzado a ser ni puede dejar de ser, ya que ello implicaría un origen desde el no-Ser o una disolución en el no-Ser, lo cual es imposible. Existe en un presente continuo, sin pasado ni futuro.
  • Inmutable e inmóvil: No puede cambiar ni moverse, ya que el cambio o movimiento implicaría que el Ser se convierte en algo que no era (no-Ser) o se mueve hacia un lugar donde no estaba (lo que implicaría el vacío, asimilado al no-Ser). Es todo lo que hay.
  • Uno, continuo y homogéneo: Es único, no puede haber múltiples seres, ya que para diferenciarlos se necesitaría el no-Ser. Es indivisible, ya que no hay nada que lo separe. Es internamente igual, sin variaciones.
  • Perfecto y completo: Es pleno, acabado y no carece de nada, semejante a la masa de una esfera bien redonda.

¿Cómo consiguió superar la filosofía pluralista la crítica de Parménides y resolver el problema de la multiplicidad de seres y el problema del movimiento?

La filosofía pluralista (representada por Empédocles, Anaxágoras y los atomistas Leucipo y Demócrito) intentó superar la aporía planteada por Parménides y reconciliar la lógica parmenídea con la evidencia sensible de la multiplicidad y el movimiento de la siguiente manera:

  • Aceptaron parcialmente el argumento de Parménides: Concedieron que el Ser verdadero (los principios fundamentales) debe ser eterno e inmutable.
  • Postularon una multiplicidad de principios (Arjé): En lugar de un único Ser, propusieron la existencia de múltiples elementos o principios originarios, cada uno de los cuales poseía las características parmenídeas de ser eterno e inalterable en su propia naturaleza (las cuatro raíces de Empédocles, las semillas de Anaxágoras, los átomos de Leucipo y Demócrito).
  • Explicaron el cambio y la multiplicidad como mezcla y separación: El nacimiento, la muerte, el cambio y la diversidad de los objetos del mundo sensible no se explican por una transformación interna de estos principios (lo que implicaría pasar del Ser al no-Ser), sino como resultado de la mezcla, combinación, separación y reorganización de estos elementos primordiales e inmutables. Así, nada se crea absolutamente ni se destruye absolutamente; solo hay agregación y desagregación de componentes eternos. El movimiento es el desplazamiento de estos elementos en el espacio (especialmente claro en los atomistas, que postulan el vacío como condición para el movimiento).

¿Por qué a la filosofía atomista se le puede denominar: “pluralismo ilimitado cuantitativo”?

A la filosofía atomista de Leucipo y Demócrito se le puede denominar «pluralismo ilimitado cuantitativo» por las siguientes razones:

  • Pluralismo: Sostiene que la realidad no se compone de un único principio, sino de una multiplicidad de entidades fundamentales: los átomos (átomon = indivisible).
  • Ilimitado: Postula que el número de estos átomos es infinito (ilimitado en cantidad). También existe el vacío (no-Ser relativo, espacio) que es infinito y permite el movimiento de los átomos.
  • Cuantitativo: Los átomos, siendo todos de la misma materia (Ser), se diferencian entre sí no por cualidades internas (como el color o el sabor, que son secundarios y surgen de la interacción), sino por características puramente cuantitativas y geométricas: forma (schema), tamaño (magnitud), posición (thesis) y orden (taxis). Todas las diferencias cualitativas del mundo sensible se reducen, en última instancia, a estas diferencias cuantitativas de los átomos y sus combinaciones.

¿En qué consiste el Arjé para Empédocles?

Para Empédocles de Agrigento, el Arjé (principio o principios constitutivos de la realidad) no es una única sustancia, sino que consiste en cuatro elementos o «raíces» (rhizómata) primordiales, eternas e inalterables: Fuego, Aire, Agua y Tierra.

  • Estos cuatro elementos son cualitativamente distintos, pasivos en sí mismos, y no se crean ni se destruyen, ni se transforman el uno en el otro.
  • La generación y corrupción de todas las cosas del mundo sensible se explican por la mezcla y separación de estas cuatro raíces en diferentes proporciones.
  • Las fuerzas activas que causan esta mezcla y separación son dos principios cósmicos opuestos: el Amor (Philía), que tiende a unir los elementos, y el Odio (Neîkos), que tiende a separarlos. El cosmos atraviesa ciclos de predominio de una u otra fuerza.

Así, para Empédocles, nada se crea de la nada ni perece en la nada; solo hay unión y disolución de estos cuatro elementos eternos bajo la influencia del Amor y el Odio.

¿Cómo entiende la Physis Anaxágoras?

Anaxágoras de Clazomene entiende la Physis (realidad) de una manera original y compleja:

  • Postula que la materia es infinitamente divisible. En todo fragmento de materia, por pequeño que sea, hay porciones de todas las demás cosas: «todo está en todo».
  • Existen innumerables partículas elementales, cualitativamente distintas, eternas e inmutables, a las que Aristóteles posteriormente llamó homeomerías (partes cualitativamente semejantes al todo que componen), aunque Anaxágoras las denominaba «semillas» (spérmata) de todas las cosas. Hay semillas de oro, carne, hueso, etc.
  • Las cosas que observamos en el mundo se forman por la agrupación y predominio de ciertos tipos de semillas. Un objeto es lo que es debido al tipo de semillas que predominan en él, aunque contenga semillas de todas las demás sustancias.
  • En el origen, todas estas semillas estaban mezcladas en una masa caótica, compacta e inmóvil (el migma).
  • La ordenación del cosmos y la formación de los objetos individuales se deben a la acción de una inteligencia externa, el Nous (Mente o Intelecto). El Nous es una sustancia sutil, pura, infinita, autónoma, conocedora de todo y la más poderosa de todas las cosas. Imprimió un movimiento de rotación a la mezcla primordial, lo que provocó la separación, diferenciación y organización de las semillas, dando lugar al mundo ordenado que conocemos.

¿Qué cambios de rumbo ocurrió en la filosofía griega a partir de la segunda mitad del siglo V a. de C. y por qué?

A partir de la segunda mitad del siglo V a.C., la filosofía griega experimentó un significativo cambio de rumbo, conocido como el «giro antropológico» o «ilustración griega». La preocupación fundamental de los filósofos se desplazó desde la investigación de la Physis (el cosmos, los fenómenos naturales y sus principios) hacia los asuntos humanos: la ética, la política, el lenguaje, la educación, el conocimiento humano y las costumbres (nomos).

Las principales razones de este cambio fueron:

  • El relativo agotamiento y las contradicciones entre las diversas teorías de los filósofos presocráticos sobre la naturaleza, lo que pudo generar un cierto escepticismo sobre la posibilidad de alcanzar un conocimiento definitivo del cosmos.
  • La nueva situación social y política, especialmente en Atenas con el auge y consolidación de la democracia. En este contexto, la participación ciudadana en la vida pública (asambleas, tribunales) se volvió crucial, demandando nuevas habilidades.
  • La necesidad de educar a los ciudadanos para la vida democrática. Surgieron los sofistas, maestros itinerantes que ofrecían enseñar la areté (virtud, excelencia, especialmente política) y habilidades como la retórica, esenciales para el éxito en la polis.
  • Esto llevó a una profunda reflexión sobre la naturaleza de las leyes y las normas (¿son por naturaleza, physis, o por convención, nomos?), la justicia, la verdad y la posibilidad del conocimiento, centrando el debate en el ser humano y la sociedad.

¿En qué consiste la naturaleza humana según la cultura griega?

La concepción de la naturaleza humana (anthropos) en la cultura griega es rica y multifacética, destacando varios aspectos:

  • El ser humano es un ser portentoso y terrible (deinón, como lo describe Sófocles en Antígona), capaz de grandes hazañas, de dominar a otros seres y transformar su entorno mediante su inteligencia y capacidad técnica (techné).
  • Al mismo tiempo, es un ser limitado y mortal. La cultura griega enfatiza la importancia de reconocer los propios límites (sophrosyne) y no caer en la desmesura (hybris). La felicidad (eudaimonía) a menudo se asocia con vivir de acuerdo con la naturaleza y cumplir el propio destino (moira).
  • Posee Logos (razón y lenguaje articulado), lo que lo distingue de otros animales y le permite pensar, comunicarse, comprender el mundo, crear cultura y tomar conciencia de sí mismo y del cosmos.
  • Es un «animal político» (zôon politikón, término acuñado por Aristóteles pero que refleja una idea extendida), es decir, un ser social por naturaleza. El ser humano solo alcanza su pleno desarrollo y realización en el seno de la comunidad política, la polis (ciudad-estado). Fuera de ella, no es plenamente humano.
  • Si esta naturaleza racional y social es común a todos los seres humanos (o al menos a los ciudadanos), se puede derivar la idea de que la sociedad debe organizarse de manera que permita el florecimiento de estas capacidades, lo que en ciertos contextos condujo a la valoración de la democracia.

¿Cuál era la función crítica que tuvo en la época de los Sofistas la distinción entre “Physis” y “Nomos”?

En la época de los Sofistas (siglo V a.C.), la distinción entre Physis (naturaleza, lo que es por sí mismo, inmutable y universal) y Nomos (ley, costumbre, convención, lo que es por acuerdo humano, variable y particular) tuvo una función crítica de enorme trascendencia:

  • Sirvió como un poderoso esquema conceptual para analizar el origen, la validez y la legitimidad de las leyes, las instituciones políticas, las normas morales y las costumbres sociales.
  • Se convirtió en un instrumento muy eficaz para la reflexión crítica sobre la cultura y la sociedad. Permitió cuestionar si las normas y valores vigentes eran inherentes a la naturaleza humana o al orden cósmico (basadas en la Physis) y, por lo tanto, absolutas e inalterables, o si, por el contrario, eran meras creaciones humanas, producto de la convención (Nomos) y, en consecuencia, relativas, contingentes y susceptibles de modificación.
  • Esta distinción alimentó intensos debates sobre la justicia (¿es natural o convencional?), la igualdad, la naturaleza del poder político y los fundamentos de la moralidad. Fue utilizada tanto para justificar el orden social existente (argumentando que ciertas leyes reflejaban la Physis) como para criticarlo y proponer reformas (argumentando que muchas normas eran solo Nomos arbitrarios o injustos).

¿Eran filósofos los sofistas? Justifica tu respuesta.

La cuestión de si los sofistas eran auténticos filósofos es compleja y ha sido objeto de debate desde la Antigüedad, en gran medida debido a las críticas formuladas por Platón y Aristóteles.

Argumentos para considerar que no eran filósofos (en el sentido tradicional o platónico):

  • Interés pragmático y remunerado: A diferencia de la imagen idealizada del filósofo que busca la verdad desinteresadamente, los sofistas fueron los primeros profesionales de la enseñanza. Cobraban por sus lecciones, enfocándose en impartir conocimientos y habilidades (especialmente la retórica y la argumentación) consideradas útiles para el éxito en la vida política y social, particularmente en la democracia ateniense.
  • Ausencia de una búsqueda sistemática del Arjé: Su interés principal no radicaba, como en los presocráticos, en la búsqueda de un primer principio (Arjé) que explicara la totalidad de la Physis.
  • Relativismo y escepticismo: Muchos sofistas prominentes, como Protágoras («El hombre es la medida de todas las cosas») o Gorgias (con sus tesis sobre el no-ser, la incognoscibilidad y la incomunicabilidad), sostuvieron posturas relativistas o escépticas respecto a la posibilidad de alcanzar una verdad absoluta y universal, lo que contrastaba con la aspiración filosófica tradicional a un conocimiento cierto y objetivo.
  • Énfasis en la persuasión sobre la verdad: Se les acusó de enseñar a hacer prevalecer el argumento más débil y de preocuparse más por la eficacia persuasiva (peithó) de un discurso que por su correspondencia con la verdad (alétheia).

Argumentos para reconocer su contribución filosófica:

  • Protagonistas del giro antropológico: Desplazaron el foco de la reflexión filosófica desde el cosmos hacia el ser humano, la sociedad, la ética, la política, el lenguaje y la educación, abriendo nuevos y fundamentales campos de investigación filosófica.
  • Desarrollo de la lógica, la retórica y la teoría de la argumentación: Sus estudios sobre el lenguaje, la estructura de los discursos y las técnicas de persuasión contribuyeron significativamente al desarrollo de estas disciplinas.
  • Fomento del pensamiento crítico: Su distinción Physis-Nomos y sus posturas relativistas, aunque controvertidas, estimularon una actitud crítica hacia las tradiciones, las normas establecidas y las pretensiones de conocimiento absoluto.

Conclusión: Si bien su enfoque, motivaciones y, en algunos casos, sus conclusiones diferían notablemente de los de filósofos como Sócrates, Platón o Aristóteles (quienes definieron en gran medida el paradigma posterior de lo que significa ser filósofo), los sofistas desempeñaron un papel crucial e innegable en la historia del pensamiento occidental. Plantearon preguntas fundamentales y desarrollaron herramientas intelectuales que influyeron profundamente en el curso posterior de la filosofía.

¿Qué significa la famosa frase de Protágoras: “El hombre es la medida de todas las cosas” y qué implicaciones tiene?

La célebre frase de Protágoras de Abdera, «El hombre es la medida de todas las cosas; de las que son, en cuanto que son, y de las que no son, en cuanto que no son» (en griego: πάντων χρημάτων μέτρον ἐστὶν ἄνθρωπος, τῶν μὲν ὄντων ὡς ἔστιν, τῶν δὲ οὐκ ὄντων ὡς οὐκ ἔστιν), es una de las afirmaciones más emblemáticas y discutidas del pensamiento sofístico. Su significado principal es que el ser humano individual (o, según algunas interpretaciones, la comunidad humana o la especie) es el criterio último para determinar la realidad, la verdad y el valor de las cosas. Lo que a cada individuo le parece ser o ser verdadero, eso es para él.

Las principales implicaciones de esta tesis (conocida como homo mensura) son:

  • Relativismo gnoseológico (del conocimiento): Niega la existencia de una verdad absoluta, objetiva y universal, válida para todos los individuos en todo tiempo y lugar. La verdad es relativa a cada sujeto perceptor o cognoscente. Lo que es verdad para una persona puede no serlo para otra, dependiendo de sus percepciones, experiencias o disposiciones.
  • Relativismo ontológico (del ser): La realidad misma (el ser de las cosas) parece depender del sujeto que la percibe o juzga. Las cosas no poseen un ser en sí mismas independientemente del ser humano, sino que «son» en la medida en que el ser humano las experimenta, las concibe o interactúa con ellas. Esto tiende a borrar la distinción tradicional entre el ser y el parecer (lo que es y lo que aparenta ser).
  • Subjetivismo: El conocimiento, la verdad y, por extensión, los valores (éticos, estéticos) dependen fundamentalmente del sujeto individual.
  • Fenomenismo: Lo que conocemos son los fenómenos, es decir, las apariencias tal como se nos presentan a través de los sentidos y la experiencia individual. No podemos acceder a una realidad trascendente a nuestra percepción.
  • Implicaciones éticas y políticas: Si no hay verdades o valores absolutos, entonces las leyes (Nomos), las normas morales y las costumbres sociales son convencionales y relativas. Lo que se considera justo, bueno o correcto puede variar entre individuos, culturas o épocas. Esto puede llevar a la idea de que el objetivo de la vida política y de la argumentación no es descubrir una verdad preexistente, sino construir consensos o lograr que la propia opinión (lo que «es para mí») sea aceptada por otros (que «sea para ti») mediante la persuasión.

Esta frase encapsula una de las tesis centrales del pensamiento sofístico y ha sido un punto de partida fundamental para los debates sobre la naturaleza de la verdad, el conocimiento y la moralidad a lo largo de toda la historia de la filosofía.

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