Filosofía: Del Pensamiento Mítico a la Razón Crítica y su Impacto Actual

Del Sabio al Filósofo: El Origen del Pensamiento Racional

Hasta el siglo VIII a.C. o –si se prefiere– en la Grecia arcaica, la noción de verdad (*aletheia*) se relaciona con un don revelado en un lenguaje donde la palabra es una fuerza religiosa que opera en virtud de su propia eficacia. El sabio sería el transmisor-mediador de esa sabiduría divina (o de la propia divinidad que habla a través de él). Tanto la justicia como el poder tendrían un carácter oracular (mensaje o respuesta dada por los sacerdotes y pitonisas en nombre de los dioses). Lo sobrenatural se manifestaría desde el más allá a los hombres. Por tanto, lo que el ser humano puede saber es lo que le es revelado. Y tal saber suele tener la forma de **mito** (del griego *mythos*, cuya etimología remite a significados como «palabra», «discurso»).

Se entiende por **mito** todo relato acerca de los orígenes de cualquier tipo de realidad (desde el origen del universo y del ser humano, hasta el de un objeto cualquiera o un pueblo) que pretende explicar el sentido último de la existencia. El **saber mítico** tiene las siguientes características:

  • Narrar **anónimamente**, por ser resultado de la memoria colectiva de un pueblo o cultura.
  • Apelar a lo **sobrenatural** como elemento explicativo: con frecuencia, están protagonizados por seres sobrenaturales o dioses inmortales.
  • Entender la naturaleza como una fuerza **caótica y sagrada** en la que la generación y destrucción se suceden sin orden, por mera voluntad de los seres sobrenaturales: Zeus es el señor del rayo, Poseidón, del mar…

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  • Entender que su narración es la única verdad; por lo tanto, otras explicaciones de otros pueblos son falsas (**narraciones etnocéntricas**: el etnocentrismo es una actitud de un grupo, etnia o sociedad que presupone la propia superioridad cultural y/o moral e interpreta a los demás desde sus propios patrones).
  • Realizar afirmaciones de carácter **irracional** (Atenea nace de la cabeza de Zeus) y recurrir a un lenguaje ambivalente, lo que lleva a incurrir en contradicciones. Estas tienen una interpretación tradicional que se convierte en norma para los pertenecientes a esa tradición (**normativo**) y legitima o deslegitima sus actuaciones según se ajusten o no a la norma (**legitimatorio**).

La explicación de la realidad se hace, pues, en términos mitológicos. Sin embargo, los profundos cambios económicos a partir de los siglos VIII-VII a.C. inician nuevas estructuras sociales que potencian una nueva concepción de la justicia y de la política, entendida como lucha entre tesis alternativas. Consecuentemente, la explicación de la realidad abandona poco a poco la explicación mítica para buscar una **explicación lógica** (*logos*: palabra, pensamiento, razón). Aquí, la palabra ya no se entiende como fuerza religiosa, sino como instrumento de conocimiento de la realidad mediante la explicación en términos naturales y como instrumento de poder sobre el otro (es decir, la palabra tiene también la capacidad de errar, mentir, engañar, seducir, dominar…). Se trata de una palabra más humana; no es mera revelación divina e, como tal, irrebatible e infalible, sino más bien una búsqueda de sabiduría protagonizada por gente que ya sabe que la verdad no se posee plenamente y simplemente se revela, sino que **se debe buscar**. El sabio deja paso al **filósofo** que, sencillamente, ama la sabiduría y por eso la busca.

El Paso del Mito al Logos: El Surgimiento de la Filosofía

A partir de los siglos VIII-VII a.C., la visión del mundo griega seguirá reconociendo un ámbito divino y otro natural. Sin embargo, y aquí radica la diferencia que posibilita el surgimiento de la filosofía, tenderá a concebirlos como independientes o autónomos. La naturaleza (*physis*) todavía es el poder que produce las cosas del mundo natural (su **causa**) y el lugar al que todo retorna acabado el ciclo vital (**fin**), pero ya no está manejada por un poder caótico y sobrenatural. La **naturaleza** está ordenada en un universo entendido como el conjunto de todo lo que hay. Ese orden se expresa en unas regularidades y leyes que manifiestan el carácter cíclico de la realidad y que se pueden conocer de un modo lógico. Finalmente, el saber que cumplirá tal objetivo será la filosofía. Hay que tener en cuenta que, en estos momentos, ese nuevo saber llamado “filosofía” no se diferenciaba de la ciencia. Lo que hoy en día conocemos como “ciencias” son saberes que históricamente se han ido separando de la filosofía en un proceso que duró muchos siglos. Por eso, los primeros filósofos también son llamados los “físicos”. De ellos hablaremos en el apartado 4.

Además de comprender la naturaleza como un poder ordenado, debemos destacar los siguientes rasgos del nuevo **saber filosófico**:

  • Es un **saber racional**: sus afirmaciones deben ser lógicamente coherentes y someterse a la crítica y autocrítica de un modo permanente.
  • Es un **saber histórico**: la permanencia de la posibilidad de crítica nos coloca en una situación de diálogo permanente tanto con nuestros contemporáneos como con el pasado. Conocer las preguntas y respuestas del pasado ayuda a no repetir errores o caminos sin salida.
  • Es un **saber universal**: intenta dar cuenta de todo lo que existe y aspira a que todo ser racional reconozca la validez de sus argumentos.
  • Es un **saber radical**: intenta ir a la raíz de las cosas, buscando las explicaciones últimas.
  • Es un **saber profano**: no acepta la revelación (fuente de conocimiento del saber sacro o sagrado) como su fuente de conocimiento. Esto no significa que determinadas filosofías no entiendan que existe una causa de la realidad trascendente a ella y accesible plenamente solo por medio de la fe.

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  • Es un **saber normativo**: de sus afirmaciones se derivan consecuencias para nuestro modo de vida, tanto individual como colectivo. Su lógica nos obliga.
  • Es un **saber problemático y reflexivo**: se pregunta constantemente, incluso sobre sí misma, sin dar nada por válido definitivamente. Por ejemplo: ¿hay efectivamente una clara separación entre mito y *logos* como estamos afirmando?

La Filosofía Frente a Otros Saberes

Aunque la filosofía, en su nacimiento en la Grecia Clásica, no estaba separada de la ciencia, esta, en el sentido actual del término, se fue separando históricamente de la filosofía en un proceso que culmina con lo que se dio en llamar la “nueva ciencia” en los siglos XVI y XVII de nuestra era. Su característica más importante es una comprensión de la experiencia como fuente del conocimiento, estrictamente condicionada por un método llamado “método experimental”, que estudiaremos en el tema 4. Por lo tanto, si tenemos que caracterizar la filosofía frente al saber científico, diremos, en primer lugar, que, aunque la filosofía y la ciencia son saberes racionales –que se basan en afirmaciones lógicamente coherentes– y en la observación y experimentación, tienen concepciones distintas de la experiencia. Mientras que la ciencia emplea un método muy concreto, el método experimental, para analizar la experiencia, la filosofía entiende la experiencia en un sentido mucho más amplio que la ciencia. Es decir, la filosofía acepta como válidas y reflexiona sobre experiencias no estrictamente reducibles a los parámetros exigidos por el método científico.

Una segunda diferencia es que las ciencias tienen objetos de estudio muy delimitados, mientras que la filosofía tiende a dar una visión **sistemática y global** de la realidad analizada, integrando en ella lo aportado por diversas ciencias. Por ejemplo, si la filosofía habla de la “belleza”, tratará de integrar la reflexión de la historia del arte, pero no solo de ella, sino también de los estudios psicológicos sobre la percepción y la emoción, etc.

Las ciencias desarrollan su actividad sin preguntarse por su condición de posibilidad, sin cuestionarse a sí mismas. Por ejemplo, la biología estudia los seres vivos sin preguntarse por las condiciones que la hacen posible como ciencia. La **filosofía** es, por el contrario, una **reflexión de segundo nivel** que se pregunta cómo es posible la biología como ciencia y, así, crea una “filosofía de la biología” (o de las matemáticas, o de la historia, o de la naturaleza, etc.). La pregunta sobre cómo es posible el conocimiento científico es una pregunta filosófica.

La ciencia es un saber teórico que puede cambiar la vida del ser humano con las implicaciones técnicas de sus descubrimientos, pero las decisiones sobre los cambios no las toman los científicos, sino los políticos. El conocimiento de la energía atómica no implica el empleo de la bomba atómica sobre Hiroshima. En este sentido, se dice que la ciencia es **normativamente neutral**, mientras que la filosofía no lo es: tiene entre sus funciones extraer las consecuencias para la vida buena del ser humano y, entre ellas, las de los descubrimientos científicos. Por eso, muchos centros de investigación cuentan con comités de ética que les ayudan a reflexionar sobre las consecuencias para la vida de las líneas de investigación que desarrollan, y en los que participan filósofos y filósofas.

Si nos preguntamos ahora por las diferencias entre la filosofía y la religión como saberes, diremos que, a pesar de compartir la pretensión de normatividad y de saber radical y último, además de –en algunos casos– de universalidad, la religión es un saber:

  • **Sagrado**, en la medida en que procede de fuentes sobrenaturales que se revelan a los escogidos.
  • **Irracional**, en la medida en que la aceptación de la revelación debe estar por encima de las leyes de la lógica. Por ejemplo, en la religión católica, que Dios es un solo Dios y tres personas distintas es un misterio que se acepta por fe, no por razonamiento.
  • **Dogmático**: no hay problematización posible del conjunto de creencias fundamentales que definen una opción religiosa.

Finalmente, si buscamos las diferencias que separan la filosofía del arte –considerado por muchos como un tipo de saber–, señalaremos que la pretensión de verdad que hay en la filosofía no es el objetivo último del arte.

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En el caso de la literatura, vemos claramente cómo todo su material es ficción. Asimismo, el arte expresa la experiencia humana de una forma individual, mientras que la filosofía buscará universalizar el saber obtenido de esa experiencia, para lo que necesitará lógicamente el recurso a otras fuentes. Por ejemplo, si el arte quiere expresar el dolor y el horror, puede hacerlo mediante una obra única: una pintura (“Guernica” de P. Picasso), un poema (“Tu cabello dorado, Margarete” de P. Celan), etc. La filosofía debe afrontar el tema desde perspectivas más variadas y amplias que integren lo aportado por diversos saberes, incluido el arte, pero no solamente el arte. Deberá tener en cuenta la psicología, la medicina, la neurobiología, etc.

Disciplinas Fundamentales de la Filosofía

Las principales disciplinas o especialidades filosóficas son:

  • La **metafísica** es la parte de la filosofía que se pregunta por los principios y fundamentos últimos de la realidad. Históricamente, fue denominada también **ontología**, por estudiar los principios del ser en tanto que ser.
  • La **gnoseología** o **teoría del conocimiento** es la parte de la filosofía que se pregunta por el origen, límites y fundamento del conocimiento humano. Cuando se centra en la pregunta por los principios del conocimiento científico, se llama **epistemología**, aunque en muchas ocasiones se emplean como sinónimos los tres términos indicados.
  • Las leyes del pensamiento correcto, sin atender a su contenido, son estudiadas por la **lógica**.
  • La **antropología** es la parte de la filosofía que reflexiona sobre el ser humano.
  • La **ética** (o filosofía moral) es la parte de la filosofía que reflexiona sobre el bien y el mal de las acciones humanas para su propia vida, considerada de un modo individual.
  • La **política** (o filosofía política) es la parte de la filosofía que se encarga de pensar las condiciones de una vida buena en comunidad. Se encarga de explicar asuntos como el origen del Estado, la legitimidad de las leyes, la noción de justicia, las formas de gobierno, etc.
  • La **estética** es la parte de la filosofía que busca explicar qué es la belleza y el arte.

Por supuesto, hay que tener en cuenta que, en la reflexión filosófica habitual, las disciplinas o especialidades se solapan. Casi nunca hay una pregunta que concierna exclusivamente a una sola disciplina.

Períodos Clave en la Historia de la Filosofía

Filosofía Antigua (VII a.C. – III d.C.)

Desarrollada principalmente en Grecia y, con posterioridad, en Roma. Los temas varían, dando nombre a tres subperíodos:

  • **Período Cosmológico** (VII a.C. – V a.C.): la temática principal es la búsqueda del principio o principios explicativos de la *physis* (naturaleza). En él encontramos presocráticos diversos como los milesios (Tales de Mileto, Anaximandro y Anaxímenes), Parménides, Heráclito, etc.
  • **Período Antropológico** (V a.C. – IV a.C.): A partir de Sócrates, se tratan también y de modo importante temáticas centradas en el hombre (cuestiones éticas y políticas), aunque, como muestran las filosofías de Platón y Aristóteles, la metafísica y la teoría del conocimiento ocupan un lugar muy importante.
  • **Período Helenístico**: A partir del siglo IV a.C. y coincidiendo con la fragmentación del imperio de Alejandro Magno, se desarrollan temáticas éticas en las escuelas epicúrea, estoica, cínica, etc. Se prolonga hasta los primeros siglos de nuestra era y convive ya con el cristianismo.

Filosofía Medieval y Renacentista (Siglos III/IV-XIV y XV-XVI)

La **Filosofía Medieval** debe contextualizarse mediante los grandes problemas que surgen en torno a la necesidad de conciliar la fe, representada por las religiones monoteístas, y la razón, representada, sobre todo, por las filosofías de Platón y Aristóteles. Su tema por excelencia es el de las relaciones entre razón y fe, así como el de la relación del Creador como **ser necesario** (que es y no puede no ser) con las criaturas como **seres contingentes** (que son, pero pueden no ser).

El platonismo cristiano tiene su expresión más completa en Agustín de Hipona (siglos IV-V), en tanto que la síntesis entre cristianismo y filosofía aristotélica quedó modelada en el pensamiento de Tomás de Aquino.

A partir del siglo XIV, se inicia la crisis de la Escolástica medieval, que es consecuencia, por un lado, de la filosofía de Guillermo de Ockham y, por otro, de los desarrollos científicos del siglo XIV. El **pensamiento renacentista** supone la introducción de nuevos temas de reflexión: la matematización de la naturaleza, un nuevo concepto de hombre y la fundamentación moderna de la política (muy importante la figura de N. Maquiavelo).

Filosofía Moderna (Siglos XVII-XVIII)

El eje fundamental es el **nuevo concepto de racionalidad** que surge en los siglos XVI y XVII (muy importante será la pregunta por el origen y límites del conocimiento) y se caracteriza por la **secularización** del pensamiento, el nacimiento de la ciencia moderna, la búsqueda de una nueva antropología basada en el sujeto consciente y una nueva forma de organizar el gobierno basada en la democracia.

Aparecen las grandes corrientes constituidas por el **racionalismo** y el **empirismo**, entre cuyos representantes cabe mencionar a Descartes, Spinoza (**racionalismo**) o Locke y Hume (**empirismo**). A lo largo del siglo XVIII, el Siglo de las Luces, aparecen diferentes formas de interpretar la Ilustración. En el campo de la filosofía política, adquiere especial relevancia la fundamentación que realiza Rousseau de la democracia y Montesquieu de la división de poderes dentro del Estado. Por otro lado, aparece un **nuevo racionalismo crítico** con Kant, quien realizará una síntesis acabada y completa de los supuestos gnoseológicos y éticos de las corrientes racionalista y empirista.

Filosofía Contemporánea (Siglo XIX – Actualidad)

Entre las corrientes filosóficas del siglo XIX se pueden estudiar el **liberalismo utilitarista** de J.S. Mill, el **materialismo histórico-dialéctico** del marxismo (Marx) y el **vitalismo** de Nietzsche, que suponen una culminación de los problemas de la filosofía y, a la vez, constituyen un antecedente del pensamiento actual. Mientras que el **liberalismo utilitarista** propone una concepción individualista que legitima el sistema económico en el que todavía nos encontramos actualmente, el **marxismo** se centra sobre todo en el análisis de las contradicciones del sistema económico y político propios del capitalismo industrial. Desde otra perspectiva, el **vitalismo de Nietzsche** se ocupa del ocaso de la cultura occidental, dominada por los valores racionalistas de los griegos y los valores morales del cristianismo. Finalmente, la filosofía de la cultura de Freud, junto con su psicología psicoanalítica, pone en cuestión la dimensión racional y consciente del ser humano.

La aparente dispersión de las corrientes filosóficas del siglo XX se puede articular desde la preocupación constante por el sentido del conocimiento y de la ciencia; por el **análisis del lenguaje** en todas sus formas (naturales y artificiales) –Wittgenstein, el Positivismo Lógico y la Filosofía Analítica–. También se produce una evidente preocupación por la existencia y la esencia del ser humano, tanto en el plano ontológico como en el axiológico (valores morales) –Heidegger, Max Scheler, Sartre, etc.–. Por su relevancia y presencia en la filosofía española, deberemos tener en cuenta el **raciovitalismo** de José Ortega y Gasset.

Teoría y Praxis: La Relevancia Actual de la Filosofía

Aunque la filosofía occidental pronto separó (a diferencia de las escuelas orientales) el modo de vivir o actuar (**praxis**) de la manera de pensar o teorizar (**teoría**), la filosofía nunca perdió del todo, a lo largo de la historia, el interés por incidir en la acción humana. Ahora bien, la disociación entre teoría y praxis se produjo de un modo tan claro que el pensador y economista Karl Marx (1818-1883) la criticó, señalando que: “Los filósofos no han hecho más que interpretar de diversos modos el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo”.

De hecho, la UNESCO reconoció a la Filosofía las siguientes funciones, entre otras, en una “Estrategia Intersectorial sobre la Filosofía” en un documento que se redactó a propósito de la 171.ª reunión celebrada en el año 2005:

  • La filosofía es una “**escuela de libertad**”, pues elabora instrumentos intelectuales para analizar y comprender conceptos fundamentales como la justicia, la dignidad y la libertad. Además, crea capacidades para pensar con independencia, incrementa la facultad crítica para entender y cuestionar el mundo y fomenta la reflexión sobre valores y principios.
  • La filosofía responde a la necesidad que tienen los ciudadanos y las ciudadanas de un cierto número de **nociones filosóficas y morales mínimas**. Estas nociones están destinadas a fomentar el respeto de la personalidad humana, el amor a la paz, el rechazo de la fuerza bruta, la solidaridad y la entrega al ideal de la cultura.
  • La filosofía, dentro de su ámbito intercultural, es una “**escuela de solidaridad humana**”, sirve como base para un mejor entendimiento mutuo y promueve el diálogo entre las civilizaciones.
  • La filosofía es una forma de tratar los problemas universales de la vida y de la existencia humana, de inculcar a las personas una manera de pensar independiente; en definitiva, de atreverse a pensar por sí mismas.
  • La filosofía, al formar espíritus libres y reflexivos, contribuye a la resistencia a las diversas formas de propaganda, fanatismo, exclusión e intolerancia, mejorando la calidad de la ciudadanía y, consecuentemente, de la democracia.

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