Descartes teoría del conocimiento

El platonismo y el aristotelismo habían dominado absolutamente el pensamiento occidental hasta bien entrado el s. XVI, pero, a partir de esta fecha, debido a las consecuencias filosóficas de la Revolución Científica (abandono del finalismo y del esencialismo aristotélico, adopción de una concepción mecanicista y matematizada de la naturaleza) tendrá lugar una profunda transformación filosófica.
Pero habrá que esperar al s. XVII para que surja la nueva filosofía, la filosofía moderna, de la mano de Descartes, científico y filósofo. Esta nueva filosofía recibe el nombre de Racionalismo. La novedad y el atrevimiento de las tesis racionalistas provocaron la oposición de los filósofos escolásticos, pero, sobre todo, del Empirismo, un poderoso movimiento filosófico surgido, casi simultáneamente, en las islas Británicas.
2. SÍNTESIS DOCTRINALES
A) EL COGITO Y EL CRITERIO DE VERDAD
Decepcionado y desorientado. Este es el resultado de sus años de estudios: Comenta Descartes: «procurando instruirme no había conseguido más provecho que el de descubrir cada vez más mi ignorancia» (Discurso del Método).
La solución la encontrará Descartes en él mismo, en su razón: la razón es la «facultad de juzgar y distinguir lo verdadero de lo falso», que «es naturalmente igual en todos los hombres», pues es innata a todos ellos. Pero para alcanzar una opinión acertada, no basta con tener ingenio, sino que hay que aplicarlo bien; algo que no ha sido muy frecuente a lo largo de la historia. La razón, por tanto, es una y la misma para todos los hombres y su uso correcto, el método, será también uno y el mismo para todas las ciencias, que, en el fondo, no son sino una y la misma. La ciencia es una y la misma aunque se ocupe de diferentes objetos.
Descartes se encuentra plenamente convencido de las capacidades de la razón y de la utilidad del método racional para encontrar la verdad y la auténtica ciencia. Ahora bien ¿de dónde partir? Descartes partíó de la duda.
Se trata de rechazar como falsas todas las cosas en las que pueda existir la menor sospecha de duda.
Como resulta imposible examinar uno por uno los diferentes objetos o realidades existentes, Descartes recurríó a establecer motivos o criterios que sirvieran de norma negativa de dicha verdad, de tal modo que sólo las realidades capaces de superar cada uno de dichos criterios podrán ser establecidas de modo indudable como verdades, estos motivos o criterios son los siguientes:
a)Los sentidos. Descartes ha comprobado que los sentidos frecuentemente nos engañan; por consiguiente, no podemos fiarnos nunca de lo que ellos nos muestran.
b)El mal uso de la razón. Las razones que creemos rigurosas y verdaderas pueden ser erróneas y falsas.
c)  La no distinción entre el sueño y la vigilia. Mientras soñamos, las cosas que soñamos Lanos parecen reales y sólo al despertar descubrimos que eran falsas, en ese caso ¿cómo distinguir que ahora no estemos soñando y las cosas que percibimos no sean imaginaciones nuestras?
d)La hipótesis del genio maligno. Con los anteriores motivos quedan a salvo de la duda las verdades de la matemática. Para establecer una duda universal y absoluta y llevarla hasta el extremo, Descartes recurríó a la hipótesis del genio maligno y de esta manera las propias proposiciones matemáticas quedarán sometidas a ella. Por otra parte, los anteriores motivos de duda, aunque el relativo a la no distinción del sueño y la vigilia parezca un tanto artificioso, pueden ser considerados como naturales; ahora bien, Descartes no se conforma con ellos, recurre también a razones artificiales, y así, nos dice que supongamos la existencia de un genio maligno muy poderoso que constantemente nos engaña y que no nos permite distinguir ningún conocimiento cierto. Con esta hipótesis se hunde todo el mundo del conocimiento. ¿De qué puedo ya estar seguro? El conocimiento, para ser verdadero, debe ser indudable. Con todos los conocimientos anteriores puestos en duda, nos falta ver la aplicación y estructura del método, como único camino para alcanzar la verdad.
En cuanto al método de la razón, no es un método cualquiera, sino aquel que se funda en la estructura o proceder mismo de la razón. Descartes define el método como «reglas ciertas y fáciles cuya rigurosa observación impide que jamás se suponga verdadero lo falso, y hace que la inteligencia, sin gasto inútil de esfuerzos […] aumentando siempre la ciencia, llegue al verdadero conocimiento de todo lo que es capaz» (4ª regla de las RDM). El método es, pues, un conjunto de reglas sencillas y fáciles que aseguran (garantizan) al sujeto que las observe la verdad (=certeza) de todo aquello que es capaz de conocer.
En las Reglas para la dirección del espíritu (1628) formula 36 reglas, pero en el Discurso del método (1637) las reglas quedan reducidas a cuatro, y son las siguientes:
1ª:
Regla de la evidencia: «No admitir como verdadera cosa alguna, como no supiese con evidencia que lo es; es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presentara tan clara y distintamente a mí espíritu, que no hubiese ninguna razón de ponerlo en duda»
Explicación: Esta regla establece, por un lado, que el criterio de certeza es la «evidencia», es decir, la «percepción clara y distinta»; y, por otro, que hay que evitar tomar por verdadero lo que es falso (= evitar la «precipitación»), así como negarse a aceptar lo que es verdadero (=evitar la «prevención»).
2ª: Regla del análisis:»Dividír cada una de las dificultades que examinare, en cuantas partes fuese posible y en cuantas requiriese su mejor solución».
Explicación:  Esta regla trata de hacer posible la intuición, al establecer que, dado un problema, hay que dividirlo en sus partes más simples.

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