Corrientes Historiográficas Clave: Microhistoria, Mentalidades, Historia Social y Marxismo

Este tipo de historia, que carece de una sólida base teórica y presenta ambigüedades, ha sido progresivamente sustituida por la historia cultural.

Microhistoria: Un Enfoque Detallado del Pasado

La Microhistoria es una tendencia historiográfica de gran popularidad, muy accesible y cercana a la experiencia humana. Nace de la historiografía italiana, con fundadores destacados como Carlo Ginzburg y Giovanni Levi.

Su surgimiento en la década de 1970 se enmarca en un contexto de profundos cambios globales, como la descolonización, el auge del «mito del Tercer Mundo», la crisis del petróleo y el descontento social derivado de los movimientos de 1968. En esta escuela, la historia transforma su enfoque, comenzando a integrar lo cultural y adaptándose a las peculiaridades regionales.

La Microhistoria propone un modelo histórico que trasciende la historia centralizada, buscando una comprensión más profunda de las particularidades y su conexión con una cosmovisión global, a menudo explorando aspectos previamente ignorados. Se produce una crítica a los modelos rígidos y se abordan nuevos temas, como el estudio de las culturas subalternas.

Un papel fundamental de la Microhistoria es el entendimiento del pasado en relación con el presente. La historia se convierte en una vía social para comprender el pasado, interesándose especialmente por los conflictos sociales. La Microhistoria busca conectar lo singular con lo general, y pretende establecer un marco teórico y práctico para la investigación histórica a través de diversos paradigmas.

Historia de las Mentalidades: La Vida Cotidiana en el Centro

La Historia de las Mentalidades surge con la creación de la escuela homónima, cuando historiadores como Lucien Febvre y Marc Bloch se plantearon la importancia de los aspectos cotidianos de la vida humana, considerándolos un «tercer factor» fundamental junto a la economía y la sociedad. Esta corriente se desarrolla a partir de los años 60.

Historia Social: El Estudio de la Sociedad a Través del Tiempo

Desde el siglo XIX, se plantea el estudio de la sociedad como objeto de la historia. Algunos de los padres de la historia, así como el historicismo marxista, comenzaron a explorar esta vía, lo que eventualmente dio origen a la sociología. La historia, entonces, empezó a preocuparse por las bases sociológicas.

Después de la Primera Guerra Mundial, la historia social recibió influencias significativas de la Escuela de los Annales y del marxismo. Uno de los padres de la sociología, Max Weber, afirmó que «la historia social es la base para entender las leyes y comportamientos de la sociedad.»

La preocupación por los cambios sociales surge como una necesidad para la sociedad tanto en Europa como en Estados Unidos, teniendo esta última una gran influencia y una estrecha conexión con la historia. El marxismo en Alemania tuvo gran influencia, postulando que la historia social debía centrarse en las estructuras y procesos que subyacen a los eventos superficiales, es decir, en la historia de las masas y las relaciones de producción, más allá de la narrativa tradicional.

Se busca definir qué es la sociedad y cómo puede abordarse su historia, existiendo distintas formas de acercamiento. En Estados Unidos, por ejemplo, se tendió a excluir la política, la economía y las ideas en ciertos enfoques. En el contexto europeo, el estudio se centró en las clases bajas y el «mito obrero».

Historia Social en Francia

En Francia, la historia social mantuvo una estrecha conexión con la sociología del pasado. El concepto de historia social se extendió ampliamente a través de la Escuela de los Annales. Esta corriente estudia los grupos sociales, los define, y busca comprender su funcionamiento y desarrollar su jerarquía. Además, propicia una revisión global de sus bases. Dentro de la historia social francesa, comenzaron a desarrollarse subdisciplinas como la historia de la familia o la historia de género. En el siglo XXI, estas subdisciplinas se han consolidado como campos de estudio independientes.

Historia Social en Alemania

La historia social en Alemania se consolida a finales de los años 60 y 70 del siglo XX. Empezó a agrupar a un número creciente de historiadores que daban prioridad al estudio de la sociología como base para el análisis del desarrollo urbano y social. A diferencia de otras tradiciones, no se abandonó el estudio de lo político; de hecho, algunos de sus estudios se denominan «historia social de la política».

Historia Social en Inglaterra

En Inglaterra, existe una fuerte tradición de historia social, impulsada especialmente por los historiadores marxistas. Destaca la figura de Edward P. Thompson y la emergencia de la «historia desde abajo» (history from below), una corriente significativa surgida en este país.

Marxismo: Filosofía, Método y Crítica Historiográfica

El Marxismo es otra gran tendencia historiográfica que emerge en el siglo XIX y presenta dos interpretaciones principales: el método marxista y su implicación en la historia. El marxismo y el materialismo histórico constituyen una filosofía de la historia que surge en el siglo XIX con una enorme influencia en el siglo XX. Sus máximos representantes son Karl Marx y Friedrich Engels, quienes plantearon una filosofía diferente y una profunda reflexión sobre los problemas del siglo XIX, así como sobre los cambios sociales y económicos.

El materialismo histórico, una filosofía de la historia, surge con el fin de revolucionar tanto la filosofía como la historiografía. Se desarrolla en un momento de avance económico y social, caracterizado por el éxodo del campo a la ciudad. En este contexto de transformaciones se sitúan los planteamientos marxistas y sus ideas, con el desarrollo de sus teorías.

De este contexto nace un método de estudio influyente en la sociología, que se basa en el análisis de estos cambios y el alcance de las transformaciones sociales y sus implicaciones. Muchos de estos planteamientos quedaron inacabados, lo que propició divisiones dentro del marxismo, transformándolo de una teoría unificada a un método diverso para analizar la historia.

Aportaciones del Marxismo a la Historiografía

  • En la lucha de la historia por mantenerse como ciencia, el marxismo ha contribuido significativamente a la explicación de la realidad social.
  • Defiende una historia de la sociedad que rechaza la perspectiva neutral, vinculada a la dialéctica (entendiendo la realidad como un todo en constante movimiento).
  • El marxismo y la Escuela de los Annales son dos planteamientos que coexistieron y se influyeron mutuamente en el siglo XX, con el marxismo inspirando a numerosos historiadores.

Historiografía Marxista del Siglo XX: Características Supranacionales

  • Análisis prioritario de lo económico y social, caracterizado por categorías estructurales.
  • Los conflictos sociales como objeto central de estudio.
  • Estudio de las transiciones en los modelos de producción (por ejemplo, del feudalismo al capitalismo).
  • Crítica al positivismo en cuanto a su obsesión por unificar los métodos de las ciencias naturales con los de las ciencias sociales.
  • Análisis de los cambios de larga duración.

Las contradicciones internas de la sociedad, como la burguesía que aspiraba a equipararse con la nobleza sin acceder plenamente al poder político, se reflejan en la historiografía marxista. Esta perspectiva sostiene que el estudio de estos conflictos y estructuras es fundamental para describir la historia.

Marxismo Ortodoxo y Heterodoxo: Evolución y Crítica

En Inglaterra, se produjeron importantes transformaciones en el marxismo, impulsadas por pensadores enfocados en la economía y la intensa actividad industrial del país. Sin embargo, también se cuestionaron los procedimientos del marxismo más ortodoxo.

A partir de los siglos XVII y XVIII, se encuentra más información sobre las clases sociales más bajas y populares, lo que dio origen a la historia de las clases populares y al estudio de las diferencias internas dentro de ellas. Edward P. Thompson fue un impulsor clave de este enfoque, preocupándose por las complejidades de la experiencia de clase, una preocupación que el marxismo amplió con el inicio de las revoluciones y la agudización de las diferencias sociales.

Los datos que emergen de estas fuentes, a menudo de carácter espontáneo, no son forzados ni manipulados, y revelan las costumbres compartidas y las transgresiones de las mismas. El marxismo, al corregir la visión positivista de la historia, ha permitido una mayor amplitud y el surgimiento de nuevos planteamientos, haciendo una historia más cotidiana y accesible al público.

En los tiempos modernos, esta historia ha evolucionado, variando conceptos y profundizando en la identidad del pueblo. Esta corriente, nacida del marxismo heterodoxo, ha permitido ampliar el campo de la historia en general.

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