Contexto filosofico descartes

DESCARTES

1.CONTEXTO HISTÓRICO-CULTURAL Y FILOSÓFICO


Descartes (1596-1650) es el primer filósofo moderno y el primer representante de una de las corrientes fundamentales de la Edad Moderna: el Racionalismo.

Nace en La Haya (Francia) y estudia en el prestigioso colegio jesuita de La Fleche, aunque se siente decepcionado por la formación escolástica recibida y decide completarla por su propia cuenta, tal como nos relata en la primera parte de su Discurso del Método, libro de carácter autobiográfico al que pertenece el texto.

Tras obtener la licenciatura en Derecho por la universidad de Poitiers, se alistó en el ejército y participó como soldado en la Guerra de los Treinta Años.

Tras una serie de viajes, se establece en París y, más tarde en Holanda.

Invitado por la reina de Suecia, se traslada a Estocolmo, donde muere poco después.

Descartes es importante no solo como filósofo. También hizo destacadas aportaciones a las matemáticas y a la física.

CONTEXTO HISTORICO CULTURAL

La filosofía de Descartes se desarrolla en una época de crisis, como fue el siglo XVII.

En el plano político, se caracteriza por la vigencia de las monarquías absolutas. El poder se acumula en manos del monarca, lo que supone una centralización política cada vez mayor en los Estados. En Francia el modelo más característico es el representado por Luis XIV (el rey Sol).Es el tiempo de la decadencia del imperio español y del liderazgo de Francia e Inglaterra.

La crisis política viene desencadenada, en parte por la crisis religiosa que está teniendo lugar en toda Europa. La Guerra de los Treinta Años enfrentó a católicos y protestantes. El inicio de esta guerra estuvo marcado por el conflicto religioso que invadió toda la Europa del momento y que enfrentaba a los estados que se mostraban a favor de la Reforma luterana contra aquellos que mostraban su desacuerdo (Contrarreforma). La población sufrió un importante descenso, favorecido por la peste que asoló los territorios europeos.

Fue una época de luchas sociales, de revueltas de campesinos, de conflictos y de inestabilidad económica.

Por otro lado, en la primera mitad del siglo XVII surge un incipiente capitalismo favorecido por la expansión del comercio que contribuye al nacimiento de las grandes compañías comerciales y que promueven un impulso decisivo de la ciencia y de la técnica.

Desde el punto de vista cultural, estamos inmersos en un conflicto religioso de importantes consecuencias. Lutero comienza la Reforma dando relevancia al papel de la razón a la hora de interpretar la Biblia, por lo que el poder divino que ejercía el Papa se va mermando y llevará  a una pérdida progresiva de la autoridad del catolicismo.

Otro elemento cultural relevante y reflejo del momento es el Barroco. Frente al equilibrio y armonía renacentista, el arte Barroco exalta el exceso y la desmesura. Crea una pintura, una escultura, una literatura y una arquitectura caracterizadas por la complejidad, el movimiento, el recargamiento y el drama. La vida se representa como un sueño o como una gran farsa. Todo esto influye en Descartes, haciéndole desconfiar del conocimiento sensible. Como los sentidos nos engañan con frecuencia, es necesario construir un conocimiento basado en la razón y en las leyes de la razón, que es la única capaz de penetrar en la estructura profunda de la realidad.

Un último elemento cultural, importantísimo, es la revolución científica que se inicia con la astronomía. Desde la Antigüedad hasta el Renacimiento había estado vigente una concepción del mundo de carácter geocéntrico. Nicolás Copérnico la sustituye por otra heliocéntrica. La nueva ciencia es ya imparable. Copérnico, Galileo y Kepler asientan los pilares de la nueva ciencia experimental. Los descubrimientos científicos son fruto de la razón, que se proclama autónoma. En la defensa de la absoluta independencia de la razón coinciden científicos y filósofos. Además, se creará una conexión entre pensar científico y  pensar filosófico: las matemáticas, que pasará a convertirse en el modelo del saber, en la ciencia estricta y rigurosa por excelencia. El propio Descartes está muy unido a las matemáticas cuyo método pretendió aplicar a la filosofía.

Además, la aplicación del álgebra a la geometría dio origen a la geometría analítica, de la que fueron creadores Descartes y Fermat, aunque cada uno de manera independiente.

CONTEXTO FILOSÓFICO


 El Discurso del Método  surge como solución al escepticismo renacentista que se había originado a consecuencia de la crisis y la pérdida de referentes y que tuvo en Francia sólidos representantes como Montaigne y Charron, para los cuales el hombre no tiene posibilidades de alcanzar ninguna verdad absoluta; la duda es el motor del conocimiento porque todo es relativo. Estos principios son recogidos por Descartes en su Discurso, pero la duda cartesiana es metódica, no escéptica.

 Con ella Descartes se convierte en el padre de la filosofía moderna, siendo el primer representante del racionalismo moderno, seguido de otros filósofos, también continentales como Spinoza (holandés), Malebranche (francés) y Leibniz (alemán). El racionalismo sostiene que la fuente y el origen del conocimiento es la razón, que los conocimientos válidos y verdaderos proceden de la razón y no de los sentidos. Su confianza absoluta en el poder de la razón los distingue de la declinante escolástica y de su recurso a la fe. Y en consecuencia, el modelo del saber racionalista es el sistema deductivo de las matemáticas, donde todo conocimiento científico se infiere o deduce de principios o ideas evidentes. Pensaban que así como la aplicación del método matemático había hecho progresar a la física, se esperaba que su aplicación a la filosofía la haría avanzar con seguridad. Por lo tanto, el problema del método se convierte en una cuestión fundamental para alcanzar la verdad. Y por último, todos llegan a establecer una concepción metafísica.

Junto a esta corriente de pensamiento, aparece en Inglaterra la otra gran corriente de la modernidad, la filosofía empirista con Hobbes, Locke, Berkeley y Hume, contraponiéndose al racionalismo en aspectos fundamentales, al considerar que la experiencia es la principal fuente del conocimiento, pero también su límite, por lo que la razón no puede ambicionar ese conocimiento tan absoluto, como pretende el racionalismo (hacen una crítica al innatismo). Se preocupan también por la cuestión del método y defienden el método analítico de descomposición y análisis de las ideas, así como los mecanismos psicológicos que las originan. Llevan a cabo una crítica de la metafísica.

A pesar de que con Descartes se inaugura la filosofía moderna con un espíritu renovador, podemos concluir que en su filosofía se reflejan claras influencias de la línea más racionalista de los griegos, como Parménides, Sócrates y Platón…que se concretan en éste último en los siguientes aspectos presentes en Descartes también: innatismo de las ideas de la razón, importancia de las matemáticas y dualismo antropológico. Por otro lado, la Escolástica medieval en la que lo forman los jesuitas, aunque es muy criticada por el autor, también está algo presente en argumentos sobre la existencia de Dios (S. Anselmo) y en conceptos como el de “sustancia” (aristotelismo medieval).

 Y por último, destacar una vez más el interés antropológico (por el ser humano)
y epistemológico (por el conocimiento) que predominan desde el renacimiento y el desarrollo de la ciencia moderna, frente al teocentrismo medieval, los cuales se reflejan plenamente en toda su obra, dejándose influir plenamente por el espíritu de la modernidad al intentar con su filosofía y con la gran influencia que dejó el cartesianismo en toda Europa, dar remedio a la época de crisis en la que vivió

La obra del Discurso del Método, a la que pertenece el texto se publicó en 1637 y sirvió de prólogo a una serie de tratados sobre óptica y geometría. Constituye una obra fundamental de Descartes porque en ella se encuentra ya esbozado todo lo más importante de su pensamiento, que después desarrollará en obras como las “Meditaciones Metafísicas” (1641) o los “Principios de Filosofía” (1644). Fue escrita en francés, en vez de en latín, que todavía se consideraba la lengua culta, lo que suponía un signo más de la modernidad que inauguraba y una superación del saber tradicional 

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