Conocimiento neuropsicofuncional}

La filosofía, para Ortega, es algo vital, algo necesario para el ser humano. La filosofía es algo asimétrico, nada rígido ni estructurado, sino flexible, abierto, vivo, como la propia vida.
No tiene nada que ver con la utilidad. El filósofo no se pregunta para qué sirve la filosofía. Lo único que le interesa es el deseo de entender el Universo. Así, la filosofía es conocimiento del Universo. El objeto de la filosofía es el conocimiento del Universo o de todo cuanto hay. Esto abarca las cosas que acaso hay, lo sepamos o no; las cosas que creemos erróneamente que hay, pero no las hay; y las cosas que podemos estar seguros de que las hay.

El método que emplea Ortega es el asedio filosófico, el ir dando vueltas en torno a los distintos temas. Hay que tratar un tema y volverlo a tratar en contextos diferentes, profundizando en él. Este método tiene tres carácterísticas o imperativos: Autonomía, pantonomía y esencialidad. El imperativo de autonomía significa que el filósofo no parte nunca de creencias previas, que renuncia a apoyarse en nada anterior, que no es nada por sabido y que se compromete a no partir de verdades supuestas. El imperativo de pantonomía significa que el filósofo trata de conquistar el Universo entero, de abarcarlo en su totalidad. El imperativo de esencialidad significa que el filósofo tiene que buscar la raíz de todo lo que hay en el Universo, el dato esencial. Ese dato esencial es el ser de las cosas. Por eso, la filosofía para Ortega es ante todo ontología (tratado para ser).



En la filosofía de Ortega se distinguen dos períodos claramente diferenciados: El preceptivismo y el raciovitalismo. En el perceptivismo, crítica al idealismo y al Realismo. El Realismo es la actitud que supone que las cosas son independientes de mi pensar. Solo existe el mundo compuesto de cosas corporales, el mundo físico. El yo centra la atención en las cosas que le rodean y estas cosas hacen que no se dé cuenta de sí mismo. Las cosas del mundo físico son cambiantes pero, debajo de ellas, hay una sustancia que no cambia. El Realismo no duda de la existencia del mundo físico para nada. El error del Realismo está en que no le da importancia al yo, a la conciencia. La considera como algo secundario, como una cosa más del cosmos. Descartes es el primero que critica al Realismo y sienta las bases del idealismo, al mantener que las cosas no son seguras.

El raciovitalismo es el segundo período de la vida filosófica de Ortega. El raciovitalismo es la teoría del conocimiento que parte de la vida, que establece una íntima relación entre la razón y la vida. El ser humano es un ser dotado de razón. Esta razón la usa sobre todo para vivir.
En contra de Nietzsche, Ortega piensa que la vida tiene un carácter racional. Desde Grecia, se ha considerado que la razón es la facultad que capta la esencia de las cosas, lo inmutable. Esta sería la razón pura. La razón pura es incapaz de captar las realidades cambiantes y temporales de las cosas, de la vida.


Por eso han surgido los irracionalismos (como la filosofía de Nietzsche) que anteponen la vida a la razón. Para Ortega, por encima de la razón pura está la razón viral, que es una misma cosa con el vivir. La razón vital es la misma vida humana que va más allá de la pura razón. Ortega no está contra la razón sino contra el Racionalismo. Defiende la razón vital. La razón vital se hace en la historia y está en constante devenir. La razón, la vida y la historia están unidas. La razón pura debe ceder su dominio a la razón vital.

Lo primero que tenemos que hacer al filosofar es definir el sentido de mi vida. Para Ortega, la vida es la realidad radical porque a ella tenemos que referir las demás realidades. Vivir es encontrarse con el mundo, ocuparse del mundo, darnos cuenta de nosotros mismos y del mundo que nos rodea. Vivir es ocuparse de algo, decidir constantemente y tender hacia un futuro. Vivir es un quehacer. Nada se nos da hecho, necesitamos hacérnoslo cada uno. La vida es un problema que necesitamos resolver. Por eso, la vida es un proyecto. El mundo nos ofrece múltiples posibilidades y nosotros hemos de elegir qué queremos hacer, a realizar nuestro proyecto. Por eso, la vida es libertad. Vivir es un problema, es encontrarnos con cosas que siempre son problemáticas. Vivir es coexistencia y convivencia. El individuo aislado y la comunidad genérica son puras abstracciones. Tenemos que vivir en comunidad con los demás individuos. Mi vida no soy yo solo sino toda la realidad que me rodea, la circunstancia. Mi circunstancia es todo lo que no soy yo: Los demás, los usos sociales, las creencia, las ideas, las opiniones, todo lo que aparece a mi alrededor. Mi vida se va haciendo con las circunstancias. Yo soy yo y mis circunstancias. Mi vida no sólo soy yo sino toda la realidad que me rodea.


Vivimos en un determinado momento, en una época histórica. Y ese tiempo es el que tenemos que abordar. En cada época hay una forma de vida (creencias, costumbres, ideas, problemas,…) que dura cierto tiempo (quince años, según Ortega). De ahí que en el tiempo coexistan varias generaciones. Estás generaciones que coexisten en un mismo tiempo son contemporáneas. Contemporáneo no es lo mismo que coetáneo. Coetáneos son los que tienen la misma edad. Esto significa que no todos los contemporáneos son coetáneos. Si todos los contemporáneos fuesen coetáneos, la historia se detendría, no habría innovación. Cada generación tiene su misión propia, su propia tarea histórica. Cada generación está compuesta por una minoría selecta (la élite) que es la que crea un proyecto de vida y la masa, que es la mayoría de las personas y que obedece las director es de la élite.

Ortega también desarrolla una teoría del conocimiento de la realidad: El perspectivismo. Según el perspectivismo, no hay un solo punto de vista absoluto sobre la realidad, sino diversas perspectivas complementarias. Hay tantas perspectivas como individuos. Las perspectivas, los diferentes puntos de vista son infinitos y cada uno contempla la realidad que le ha tocado vivir. Por eso, cada uno tiene la misión de buscar la realidad. Nadie tiene toda la verdad. Se van uniendo las distintas visiones particulares en una visión global, en una verdad que articula componiendo el gran cuerpo de la verdad total.

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