Concepción del hombre en la sociedad

  1. EL HUMANISMO MARXISTA

Se puede afirmar que la idea central de la preocupación teórica y revolucionaria de Marx es un humanismo radical. La mayoría de los hombres, los proletarios viven explotados y humillados por una minoría burguesa y capitalista, que impide a los primeros realizarlas inmensas posibilidades de su libertad. De ahí la necesidad de establecer las condiciones materiales que posibiliten que la dignidad arrebatada sea devuelta al hombre proletario.

Preocupado por devolver al hombre su dignidad, Marx plantea un análisis de la sociedad, el camino que la filosofía  debe emprender para llegar a la liberación del hombre.

Marx parte del hombre concreto en una sociedad concreta. Su análisis del hombre está íntimamente relacionado con la historia de la humanidad que, en realidad, está constituida por las distintas formas que va adoptando la alienación humana.
La historia recoge así todo el aspecto negativo de la deshumanización por la que han pasado los proletarios.

La historia humana es también, paradójicamente, la preparación paulatina de la liberación de las alienaciones. Ya está cerca el momento en que el hombre va a superar su alienación y superar de este modo su ideal humano, dando por cerrado lo que Marx llama “ La prehistoria de la sociedad humana “.

En su proceso analítico de la historia, Marx detecta tres tipos de alienación: la religiosa, la ideológica y la económica o del trabajo.

2.1- La alienación religiosa:

¿Por qué es la religión la premisa de todas las alienaciones?; porque la religión proyecta al hombre fuera del mundo real llevándolo a un mundo ficticio. De esta forma la religión es alienación, ya que provoca la escisión entre el mundo concreto en el que vive el hombre y el mundo ideal al que lo remite. El hombre queda alienado en la búsqueda de un mundo ficticio que le promete la religión. Es más, la religión no solo es alienación de cada hombre individual, sino instrumento de la clase dominadora, para oprimir a los dominados.

2.2- La alienación ideológica:

Marx admite con Feuerbach que el hombre es un producto de la naturaleza (el hombre es lo que come). La naturaleza y el hombre de ella son lo único real. Las ideologías son “formaciones nebulosas, productos del cerebro humano”; por esta razón las ideologías deben ser rechazadas, ya que no entran en un proceso empíricamente contestable y sujeto a condiciones materiales. Para Marx el hombre es un proceso, es producto no solo de la naturaleza (como decía Feuerbach) sino también de la sociedad. Por esta razón está en manos del hombre la posibilidad de cambiar las circunstancias materiales y sociales que están en la base de la alienación humana actual. ¿Cómo llevar a cabo esta tarea? < la=»» actividad=»» humana=»» debe=»» dejar=»» de=»» ser=»» actividad=»» teórica=»» y=»» contemplativa=»» y=»» convertirse=»» en=»» actividad=»» transformadora=»» de=»» la=»» realidad.=»» quedarse=»» en=»» la=»» teoría=»» aislada=»» de=»» la=»» praxis,=»» solo=»» se=»» explica=»» por=»» el=»» desgarramiento=»» y=»» contradicción=»» de=»» la=»» situación=»» actual,=»» pero=»» (esta=»» es=»» la=»» aportación=»» de=»» Marx)
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2.3- La alienación económica y del trabajo:

La alienación religiosa e ideológica son según Marx fáciles de desmenuzar, porque aparecen de forma clara, pero donde se da la forma más pura de alienación es en el trabajo. Para Marx lo que identifica al hombre con el hombre, es el trabajo, y entiende el trabajo como la capacidad de producir con sus propias manos los medios de subsistencia. La raíz última de la vida humana está en el trabajo ( con esta tesis se enfrenta Marx a la visión tradicional de la filosofía,  según la cual, la fuerza fundamental del hombre está en la reforma).

¿Por qué el trabajo aliena al hombre? La respuesta, dice Marx, está en las condiciones reales en las que se da el trabajo del hombre proletario. En el proletariado, el productor del trabajo, se opone al trabajo. El trabajo queda objetivado y se convierte en mercancía. De este modo surge el hecho curioso de que lo que cobra valor es la mercancía y no el trabajador, para quien no solo es inalcanzable el producto de su trabajo sino incluso hostil.

La razón fundamental de este hecho estriba a juicio de Marx en el sistema de trabajo que establece el capitalismo. La liberación del trabajador respecto del sistema es la base de toda recuperación. Solo cuando el proletariado se adueñe de su propia actividad volverá el hombre a ser el mismo.

2.3.2- Las clases sociales:

Marx distingue dos clases sociales significativas. La clase de los burgueses y la clase proletaria. Estas dos clases deben tener conciencia de clase porque es en ellas donde cristalizan con más fuerza las contradicciones del sistema capitalista. La clase proletaria se define como la anegación absoluta de lo que define a la clase burguesa.

La historia entera se resume en la historia de la lucha dialéctica de estas dos clases, aunque es en el sistema capitalista donde se da forma más clara la contradicción entre ambas.

Marx dedica todo su esfuerzo en conciencia a la clase proletaria, porque piensa que la historia aporta las condiciones objetivas para que se de ya, la superación de esta contradicción entre clase explotadora y explotada.

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