El símil del sol platon

Con su dualismo epistemológico Platón persigue objetivos teóricos (pasaje de la línea) pero también y sobre todo prácticos (mito de la caverna), esto es, educativos y ético-políticos, pues su mayor preocupación fue reformar radicalmente la sociedad para que fuera más justa y feliz, y sin conocimiento, según Platón, éso no era posible. Veámoslo.
Frente al relativismo de los sofistas (toda verdad depende de cada hombre en cada circunstancia por lo que verdad es lo que a cada cual le parece, es decir, toda opinión es igualmente verdadera), Platón intentó fundamentar que es posible la ciencia como conocimiento estable, objetivo, universal y eterno, por lo que afirmó que, para que existiera la ciencia tal como la había definido, ésta debía investigar algo de esas características. Ese objeto no podía ser el Mundo Físico porque es cambiante y entonces su definición también cambiaría, así es que del Mundo Sensible sólo se puede opinar. Debía ser otro: las Ideas. Estas las definió como realidades existentes en sí mismas, inmateriales, universales, eternas, inmutables, perfectas, que sirvieron al Demiurgo como modelos para formar el Mundo Visible a partir de la materia amorfa y claro, por ser material y copia, el Mundo Físico es imperfecto. Pero ¿cómo y para qué conocer las Ideas?
En el símil de la línea Platón responde que, para conocerlas, nuestra mente debe ir ascendiendo (progresando) desde la falsa opinión (ignorancia: tomar las copias por los originales) hasta el verdadero conocimiento, de modo que la mente irá sufriendo conversiones al darse cuenta de que cometía errores y obteniendo de esta manera cada vez un conocimiento más claro de objetos más reales (verdaderos). Pero para llegar al nivel o grado o clase superior de conocimiento,antes hay que haber pasado necesariamente por todos los anteriores, siendo las contradicciones que vamos encontrando las que nos hacen pasar al nivel siguiente de conocimiento para intentar resolverlas. ¿Cuáles son todos estos niveles?
Primero tenemos opinión. Se opina sobre el Mundo Físico (copia cambiante). La opinión es falible: puede ser falsa o verdadera, pero para que sea verdadera antes tendremos que tener ciencia.
Dentro de la opinión, podemos tener imaginación, que es cuando el hombre común toma la imágenes por los originales (ejemplo actual: un anuncio de un producto por el producto), o creencia, que es el estado mental propio del experto en la naturaleza que se da cuando creemos que los objetos físicos son lo más real cuando son copias de las Ideas.
En segundo lugar tenemos ciencia. Ciencia es el conocimiento infalible de las Ideas que alcanzamos con el alma racional.


Dentro de la ciencia, hay dos grados: dianoia y noesis. La dianoia es el conocimiento matemático de entes matemáticos con la Inteligencia pero con ayuda de imágenes (representaciones sensibles. Ejemplo: el dibujo de un círculo), por lo que es un pensamiento mediador. Utiliza para conocer el razonamiento deductivo (por lo que es un pensamiento discursivo): parte de hipótesis y de ellas deduce teoremas. Para Platón, este estado mental es propedéutico hacia la noesis, pues nos entrena en pensar en abstracciones, pero es insuficiente porque trata las hipótesis de las que parte como evidentes cuando necesitan demostrarse y porque hay Ideas más importantes que los entes matemáticos (sobre todo las éticas) que debemos conocer. Lo haremos con la noesis o dialéctica o filosofía: pensamiento puro pues capta las Ideas por Nous (intuición intelectual repentina y no por razonamiento) que estudia si las hipótesis del matemático son verdaderas (vienen de otras Ideas superiores) o falsas, utilizando cada Idea como trampolín hacia otras superiores hasta llegar a conocer el Bien, que es un principio que la mente capta como no hipotético (no necesita demostración) y como la Idea Suprema, es decir, la Idea sin la cual no existiría nada ni sería posible conocer nada pues es la Idea más importante que unifica, ordena y da sentido a la realidad y a nuestra vida. La noesis es así el conocimiento de todas las Ideas y sus relaciones, sobre todo con el Bien; es el arte de saber relacionar Ideas. Cuando poseemos este conocimiento, sabemos que el Mundo Físico copia las Ideas imperfectamente, y podemos tener una opinión verdadera y fundamentada sobre los asuntos humanos.
En el mito de la caverna Platón nos muestra que ese ascenso intelectual hacia la sabiduría es el camino difícil, largo y que requiere esfuerzo de la educación, que permite liberarnos de nuestras falsas opiniones (ejemplo actual: prejuicios machistas) y que llevemos una vida racional(que es la auténticamente humana), plena, basada en los verdaderos valores absolutos, eternos… que la razón ha conocido.
Pero sólo unos pocos consiguen, según Platón, superar todas las etapas educativas y conocer el Bien: son los filósofos. Sólo ellos, por ser sabios y por ende virtuosos, los que han de educar y gobernar a los ciudadanos tomando como modelo el Bien y procurando así una ciudad virtuosa (justa) que les hará felices a todos.
En conclusión, la distinción que hace Platón entre opinión y ciencia le sirve para hacer frente a los sofistas y a la crisis de valores que, dice Platón, ayudaron a desatar y que contribuyó, junto a los malos gobernantes, a la corrupción, demagogia, oportunismo, desunión de la polis, y otros males, proponiendo Platón como solución que basemos nuestra vida en valores éticos absolutos, universales y eternos que pueden conocerse mediante su sistema educativo y que originarán, a su entender, un Estado virtuoso y dichoso.

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