De la Naturaleza a la Ética: Fundamentos del Pensamiento Griego Clásico

El Pensamiento Presocrático: El Nacimiento de la Filosofía (del Mythos al Logos)

Los pensadores presocráticos fueron muchos y tuvieron ideas muy diferentes entre sí, pero también compartieron puntos en común que nos ayudan a entender su forma de pensar:

  • Del mito al logos: Dejaron de explicar el mundo a través de historias de dioses y leyendas (mythos) y empezaron a hacerlo mediante la razón (logos), buscando explicaciones lógicas y naturales para los fenómenos que ocurren en la naturaleza.
  • La naturaleza (Physis): Su tema principal era la Physis, es decir, la naturaleza como un todo, y trataban de descubrir cuál era su origen o principio básico (Arché), aquello de lo que todo proviene y que nunca cambia.
  • La verdad (Aletheia): Para ellos, la sabiduría consistía en descubrir lo que está oculto, es decir, en mostrar la verdad mediante la observación y la reflexión.
  • Los contrarios y el cambio: Pensaban que en la naturaleza existen fuerzas opuestas (como el día y la noche, el bien y el mal, la vida y la muerte) que están en constante lucha y movimiento. Este conflicto de contrarios era visto como algo trágico y esencial para entender la realidad, y de esta idea nacería también el teatro griego.

Los Físicos Milesios

Los presocráticos fueron los primeros en intentar explicar el porqué de las cosas de manera racional, sin recurrir a los mitos. Buscaban las causas en la naturaleza (Physis), y por eso se les considera los primeros pensadores que intentaron comprender la realidad de forma lógica y científica.

Tales de Mileto

Fue matemático, astrónomo y político, y se le considera el primer filósofo griego. No se conservan sus escritos, pero gracias a Aristóteles conocemos sus ideas principales:

  1. El agua es el principio (Arché) de todo, es decir, de ella surge todo lo que existe.
  2. “Todo está lleno de dioses”, lo que significa que todo tiene vida o energía, que todo “es”.

Anaxímenes de Mileto

Decía que el aire es el principio de todo. En un fragmento suyo se lee: “Así como nuestra alma es aire, el aire envuelve al mundo entero.”

Para él, todo surge del aire, que al condensarse o expandirse forma las diferentes cosas del mundo: del aire surgen las nubes, luego el agua y finalmente la tierra. Los presocráticos, como él, no creían en el vacío o la nada, sino que pensaban que todo existe y proviene de algo.

Anaximandro

Fue más allá y buscó un principio más abstracto y general. Escribió el primer texto filosófico conocido, llamado “Acerca de la Naturaleza”.

Para él, el origen de todo no podía ser algo concreto como el agua o el aire, sino algo indefinido e ilimitado, al que llamó Ápeiron (que significa “lo infinito o indeterminado”).

Según Anaximandro, en la naturaleza todo existe por oposición: lo frío y lo caliente, lo claro y lo oscuro, lo blando y lo duro. Estos contrarios están en constante lucha, pero se necesitan mutuamente para existir. Si uno desapareciera, desaparecería también el otro.

Esa tensión y equilibrio entre los contrarios es lo que da forma al mundo y representa la justicia del universo: un equilibrio natural que mantiene todo en orden.

Con esto, Anaximandro dio un paso importante hacia una explicación racional y científica de la realidad, y sus ideas ayudaron a formar las primeras teorías sobre la justicia y el equilibrio natural.

La Matematización de la Physis: Los Pitagóricos

Los pitagóricos formaron una de las primeras escuelas filosóficas, fundada por Pitágoras de Samos, quien fue aristócrata, político durante un tiempo y gran matemático.

Para ellos, los números eran la esencia de todo lo que existe en la naturaleza. Sin embargo, su idea de “número” era diferente a la de los científicos modernos como Descartes o Galileo: no veían los números como simples cantidades, sino como símbolos con un significado o cualidad especial. Cada número tenía un valor propio que lo hacía diferente a los demás, y todos estaban ordenados según la Unidad (el número uno), que representaba el principio de todo.

Pitágoras pensaba que todo lo que existe proviene de la Unidad, pero que esta solo puede existir en relación con su contrario, lo que no es unidad, es decir, la dualidad. Por eso, todo número surge de la tensión entre lo uno y lo múltiple, entre lo limitado y lo ilimitado.

Ejemplos de contrarios:

  • Luz / Oscuridad
  • Bueno / Malo
  • Cuadrado / No cuadrado

Además, para Pitágoras los números también tenían una forma espacial:

  • El 1: un punto.
  • El 2: una línea recta.
  • El 3: una superficie.
  • El 4: un volumen o cuerpo.

Al sumar 1 + 2 + 3 + 4 = 10, se obtiene el número perfecto o divino, porque reúne todos los elementos fundamentales.

Los pitagóricos también descubrieron la relación entre los números y la música. Notaron que el sonido de una cuerda cambia según su longitud: si se reduce a la mitad, el sonido es una octava más aguda. Así, la música y las matemáticas están unidas, y gracias a esto se pudo estudiar la armonía musical de manera científica.

La Metafísica: Ser y Devenir. Heráclito y Parménides

Después de los milesios (que veían el principio de todo —el arché— en elementos naturales como el agua o el aire) y de los pitagóricos (que identificaban la realidad con los números), aparecen dos pensadores muy importantes: Heráclito y Parménides.

Ellos llevaron el pensamiento más allá de la física y las matemáticas, entrando en lo que después se llamaría metafísica, es decir, la reflexión sobre el Ser, aquello que hace que las cosas existan.

Sin embargo, sus ideas fueron opuestas:

  • Heráclito decía que todo cambia constantemente, que el ser de las cosas es el movimiento y el devenir.
  • Parménides, en cambio, afirmaba que el Ser es algo fijo, eterno e inmutable, que no cambia ni se transforma.

Esta diferencia entre ambos marcó una de las discusiones más importantes de toda la historia de la filosofía. Por eso, Heráclito es conocido como el “filósofo del devenir” (porque todo fluye y cambia), mientras que Parménides es el “filósofo del Ser”, ya que defendía que el Ser verdadero está más allá del tiempo y del cambio.

Heráclito

Heráclito pensaba que todo está en continuo cambio. Decía que en el mundo existe una lucha constante de contrarios: el frío y el calor, la vida y la muerte, la luz y la oscuridad.

Para él, la guerra o el conflicto es lo que hace que las cosas existan, porque una cosa solo “es” cuando vence momentáneamente a su contrario, aunque al mismo tiempo necesita de ese contrario para existir (por ejemplo, el calor existe solo en relación con el frío).

El mundo, según Heráclito, es una unidad de contrarios en equilibrio, y su símbolo es el fuego, que representa la vida y el cambio constante: el fuego brilla y crece consumiendo lo que toca. Así, el universo (o kosmos) es como un “fuego vivo”, que se transforma sin destruirse del todo.

Heráclito también describió este proceso como un ciclo natural con dos direcciones:

  • Ascendente: de la tierra al agua, del agua al vapor, y de ahí al sol (más abstracto o espiritual).
  • Descendente: el proceso contrario, del fuego al agua y luego de nuevo a la tierra.

Parménides

Parménides escribió su doctrina en un poema filosófico, donde cuenta cómo una diosa le revela dos caminos posibles para el ser humano:

  1. El camino de la opinión (Doxa): el del mundo que percibimos, donde las cosas nacen, cambian y mueren.
  2. El camino de la verdad (Aletheia): el que muestra el Ser verdadero, que no cambia, que siempre es.

También menciona un tercer camino, el del No-Ser, pero lo rechaza, porque el no ser simplemente no puede existir. De ahí viene su famosa frase: “El Ser es y el No Ser no es”.

Según Parménides, el Ser tiene las siguientes características:

  • Eterno: no nace ni muere, porque eso implicaría que viene del “no ser”.
  • Único: no puede haber varios seres, porque entonces cada uno tendría algo que el otro no tiene, y dejaría de ser “Ser” completamente.
  • Indivisible: no se puede dividir, porque eso implicaría partes diferentes dentro de lo que debe ser uno solo.
  • Inmutable: no cambia nunca, porque cambiar sería pasar del ser al no ser, lo cual es imposible.
  • Limitado: aunque no es algo concreto, tiene que estar definido frente a lo que “no es”. Por eso Parménides lo representa con la forma de una esfera perfecta, símbolo de lo total, lo completo y lo uno.

El Giro Humanista: Los Sofistas y Sócrates

Después de la época de los presocráticos, que se centraron en buscar el origen y la esencia de la naturaleza, la filosofía griega dio un giro importante alrededor del siglo V a.C., cuando surgió la democracia en Atenas. A partir de entonces, los filósofos comenzaron a interesarse más por los problemas humanos, como la sociedad, la moral y la política, en lugar de estudiar el origen del universo.

En este nuevo contexto aparecieron los sofistas, un grupo de pensadores que cambiaron tanto la forma de enseñar como los temas sobre los que reflexionaban.

Sus Métodos de Enseñanza

  • Los sofistas fueron los primeros profesores profesionales, es decir, cobraban por enseñar. Su enseñanza estaba dirigida a ayudar a las personas a triunfar en la vida pública y política, algo muy valorado en la Atenas democrática.
  • No buscaban explicar la naturaleza como los presocráticos, sino enseñar habilidades prácticas, especialmente cómo hablar bien y convencer a los demás.
  • Por eso usaban principalmente la Retórica (el arte de hablar bien) y la Erística (el arte de discutir), que servían para defender ideas y persuadir al público, más que para buscar una verdad universal.

Sus Ideas Principales

Con los sofistas cambió también la noción de realidad.

  • Los presocráticos se centraban en la Physis (la naturaleza), mientras que los sofistas pusieron el foco en el Ethos y el Nomos, es decir, en la moral, las leyes y las normas sociales. Esto significó una separación entre naturaleza (Physis) y cultura o sociedad (Nomos).
  • Su filosofía se orientó hacia los temas éticos y sociales, como la virtud, la justicia, la felicidad y la educación cívica, dejando de lado la metafísica (la búsqueda de un principio absoluto de la realidad).
  • Creían que las cosas son tal como aparecen y que no hay una verdad escondida detrás de las apariencias. Esta postura se llama fenomenismo, y se opone a la idea presocrática de que la verdad (Aletheia) es el descubrimiento de lo oculto.
  • Los sofistas también desarrollaron la paideia, un modelo de educación que buscaba formar ciudadanos cultos, libres y capaces de participar en la vida pública, algo similar a lo que siglos después sería la Ilustración.
  • Sin embargo, al abandonar la idea de una verdad absoluta, muchos sofistas se volvieron escépticos (no creían posible conocer la verdad universal) y relativistas (pensaban que los valores morales dependen de cada cultura o persona).

Así, si no hay una verdad universal ni leyes naturales absolutas, cada pueblo puede crear sus propias normas según sus intereses. De ahí surge la idea de que “todo vale”.

Protágoras

Fue uno de los sofistas más famosos. Su frase más conocida es:

“El hombre es la medida de todas las cosas.”

Con esto quería decir que no existe una verdad absoluta, sino que cada persona juzga la realidad según su punto de vista. Lo que para uno es verdadero, para otro puede no serlo. En otras palabras, todo es relativo y el ser humano es el centro de todo conocimiento. Esta idea fue el inicio del antropocentrismo, es decir, poner al hombre como medida de la realidad.

Gorgias

Llevó las ideas de Protágoras al extremo. Fue un nihilista (negaba que existiera una verdad o realidad segura). Para él:

  1. Nada existe, porque si existiera tendría que ser algo determinado, y eso lo haría limitado o contradictorio.
  2. Aunque algo existiera, no podríamos conocerlo, ya que lo que pensamos no necesariamente corresponde con la realidad (por ejemplo, podemos imaginar un unicornio, pero eso no significa que exista).
  3. Y aunque pudiéramos conocerlo, no podríamos comunicarlo, porque las palabras no son las cosas mismas, solo las representan.

Por lo tanto, no hay una verdad absoluta y todo conocimiento es relativo o ilusorio. Para Gorgias, lo que llamamos “verdad” no es más que una construcción del lenguaje utilizada por quienes tienen poder o habilidad para convencer. En este sentido, la verdad sería solo un juego de palabras y persuasión, no algo real.

La Crítica de la Sofística: Sócrates

Sócrates fue el primer filósofo que se enfrentó directamente a las ideas de los sofistas, aunque lo hizo desde dentro de su mismo terreno: el de la reflexión sobre la moral, la sociedad y la política. De hecho, algunos de sus contemporáneos, como el comediógrafo Aristófanes, lo consideraban simplemente otro sofista más y hasta se burlaban de él.

Sócrates no escribió nada, por lo que conocemos su pensamiento gracias a sus discípulos, especialmente Platón, y también a Aristóteles, quien le atribuye la invención del método inductivo y del concepto de universal.

Similitudes con los Sofistas

  • También abandona el interés por la naturaleza (Physis) y se centra en los temas humanos, es decir, en la moral, las leyes, la política y la sociedad (Ethos).
  • Cree que el conocimiento debe tener un fin práctico, no solo teórico, y que debe servir para mejorar al ser humano y hacerlo virtuoso (bueno y justo).

Diferencias con los Sofistas

  • No cobraba por enseñar, porque no veía el conocimiento como una herramienta para ganar poder o prestigio, sino como una búsqueda desinteresada de la verdad.
  • Rechazaba el relativismo y el escepticismo de los sofistas: para Sócrates, sí es posible conocer la verdad, aunque esta verdad no sea algo absoluto, sino que surge del diálogo y del razonamiento compartido entre las personas.
  • Para él, el diálogo no era una forma de discutir o ganar debates, como en los sofistas, sino una herramienta para acercarse juntos a la verdad.

Sus Principales Aportes

El Método Dialéctico

Sócrates creó un método basado en el diálogo para alcanzar el conocimiento. Tiene dos partes:

  • Ironía: Sócrates fingía no saber nada (“solo sé que no sé nada”) para hacer que su interlocutor reconociera sus propias contradicciones y se diera cuenta de que en realidad no sabía tanto como creía.
  • Mayéutica: Una vez aceptada la ignorancia, Sócrates guiaba al otro a “dar a luz” (eso significa mayéutica) las ideas verdaderas que ya tenía dentro de sí, ayudándolo a descubrir la verdad por sí mismo.

Este proceso de pasar de lo particular a lo general se conoce como inducción y fue una de las bases más importantes del pensamiento filosófico posterior.

El Intelectualismo Moral

Para Sócrates, la virtud es lo mismo que el conocimiento. Ser virtuoso no significa tener éxito o poder, sino saber lo que es bueno y actuar de acuerdo con ello.

  • Por ejemplo, un zapatero virtuoso es aquel que sabe hacer bien los zapatos.
  • Del mismo modo, una persona buena es la que sabe lo que es justo y actúa en consecuencia.

Así, hacer el mal es resultado de la ignorancia: nadie hace el mal a propósito, sino porque no sabe lo que es realmente bueno.

De ahí su famosa frase: “Conócete a ti mismo.”

El conocimiento de uno mismo lleva a la virtud, y la virtud lleva a la felicidad.

Además, Sócrates creía que la virtud y la verdad son universales, válidas para todos los seres humanos y en cualquier época, no solo para una sociedad o cultura en particular. Por eso, se opone al relativismo de los sofistas.

Finalmente, Sócrates defendía el cuidado del alma, entendida no como algo místico o separado del cuerpo, sino como la esencia y autenticidad de cada persona. Cuidar el alma significaba buscar la verdad, la justicia y el bien, en lugar de preocuparse solo por el éxito político o material.

Sócrates no escribió nada, por lo que conocemos su pensamiento gracias a sus discípulos, especialmente Platón, y también a Aristóteles, quien le atribuye la invención del método inductivo y del concepto de universal.

Similitudes con los Sofistas

  • También abandona el interés por la naturaleza (Physis) y se centra en los temas humanos, es decir, en la moral, las leyes, la política y la sociedad (Ethos).
  • Cree que el conocimiento debe tener un fin práctico, no solo teórico, y que debe servir para mejorar al ser humano y hacerlo virtuoso (bueno y justo).

Diferencias con los Sofistas

  • No cobraba por enseñar, porque no veía el conocimiento como una herramienta para ganar poder o prestigio, sino como una búsqueda desinteresada de la verdad.
  • Rechazaba el relativismo y el escepticismo de los sofistas: para Sócrates, sí es posible conocer la verdad, aunque esta verdad no sea algo absoluto, sino que surge del diálogo y del razonamiento compartido entre las personas.
  • Para él, el diálogo no era una forma de discutir o ganar debates, como en los sofistas, sino una herramienta para acercarse juntos a la verdad.

Sus Principales Aportes

El Método Dialéctico

Sócrates creó un método basado en el diálogo para alcanzar el conocimiento. Tiene dos partes:

  • Ironía: Sócrates fingía no saber nada (“solo sé que no sé nada”) para hacer que su interlocutor reconociera sus propias contradicciones y se diera cuenta de que en realidad no sabía tanto como creía.
  • Mayéutica: Una vez aceptada la ignorancia, Sócrates guiaba al otro a “dar a luz” (eso significa mayéutica) las ideas verdaderas que ya tenía dentro de sí, ayudándolo a descubrir la verdad por sí mismo.

Este proceso de pasar de lo particular a lo general se conoce como inducción y fue una de las bases más importantes del pensamiento filosófico posterior.

El Intelectualismo Moral

Para Sócrates, la virtud es lo mismo que el conocimiento. Ser virtuoso no significa tener éxito o poder, sino saber lo que es bueno y actuar de acuerdo con ello.

  • Por ejemplo, un zapatero virtuoso es aquel que sabe hacer bien los zapatos.
  • Del mismo modo, una persona buena es la que sabe lo que es justo y actúa en consecuencia.

Así, hacer el mal es resultado de la ignorancia: nadie hace el mal a propósito, sino porque no sabe lo que es realmente bueno.

De ahí su famosa frase: “Conócete a ti mismo.”

El conocimiento de uno mismo lleva a la virtud, y la virtud lleva a la felicidad.

Además, Sócrates creía que la virtud y la verdad son universales, válidas para todos los seres humanos y en cualquier época, no solo para una sociedad o cultura en particular. Por eso, se opone al relativismo de los sofistas.

Finalmente, Sócrates defendía el cuidado del alma, entendida no como algo místico o separado del cuerpo, sino como la esencia y autenticidad de cada persona. Cuidar el alma significaba buscar la verdad, la justicia y el bien, en lugar de preocuparse solo por el éxito político o material.

Finalmente, Sócrates defendía el cuidado del alma, entendida no como algo místico o separado del cuerpo, sino como la esencia y autenticidad de cada persona. Cuidar el alma significaba buscar la verdad, la justicia y el bien, en lugar de preocuparse solo por el éxito político o material.

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