El Problema del Conocimiento en Platón
Para Platón, el ejercicio filosófico ha de concebirse como una aspiración constante hacia el saber, esto es, a la posesión del verdadero y auténtico conocimiento, el cual versará única y exclusivamente sobre las Ideas.
El filósofo logra dicho cometido a partir de una dedicación y preparación intelectual que consiste en un avance desde un nivel de conocimiento intuitivo, pasando por los saberes científicos, especialmente el matemático, hasta alcanzar las Ideas. La disciplina que posibilita este último estado del conocimiento es la Dialéctica. La Dialéctica se divide en dos tipos de conocimiento, ya que se fundamenta en una concepción dual del ser (Mundo Sensible y Mundo Inteligible).
La Dualidad del Ser y el Conocimiento
Mundo Sensible (Doxa u Opinión)
Es aquel que experimentamos y del que tenemos noticias a través de nuestros sentidos. Está sometido a un continuo proceso de cambio y transformación que imposibilita un saber fijo y cierto acerca del mismo.
Mundo Inteligible (Episteme o Ciencia)
Su conocimiento es posible a través del adiestramiento y el ejercicio del intelecto. Está separado del Mundo Sensible. En él se hallan las Ideas, caracterizadas como inmutables, fijas, eternas e indivisibles, que solo pueden ser percibidas por la razón. Esto posibilita un saber cierto y seguro. El alma es el instrumento que nos facilita la comprensión de las Ideas.
Doctrina de la Anamnesis (Reminiscencia)
Platón, en el diálogo *Menón*, recurre a los mitos para explicar ideas abstractas. Establece la afirmación de la preexistencia del alma humana en un cosmos en el que vio directamente las Ideas, es decir, los conceptos de las cosas que conoce. De este modo, el origen de nuestro conocimiento no es obtenido por el hombre en esta vida, sino que es un recuerdo.
El Mito de la Caverna
Este mito trata de ejemplificar cómo el hombre vive inmerso en conjeturas, opiniones y creencias que son producto de los sentidos. A Platón le corresponde el conocimiento de la esencia de las cosas, de las Ideas, y no el conocimiento de las cosas particulares.
Platón sostiene que la formación intelectual del filósofo gobernante ha de basarse en una serie de materias de estudio y, finalmente, la Dialéctica, que es la ciencia suprema que corona todo el saber del filósofo. La Dialéctica es un camino cognitivo de ida o adquisición ascendente de conocimiento.
El Estado Ideal y la Ética Platónica
La ética y la política de Platón tienen como objetivo la reforma de la sociedad y del hombre. Platón concibe al hombre como un compuesto de dos realidades: Cuerpo y Alma.
Dualismo Antropológico: Cuerpo y Alma
- El Cuerpo: Es una cárcel para el alma. Es de naturaleza material y pertenece al mundo de lo sensible.
- El Alma: Es de naturaleza espiritual y procede del mundo inteligible. Define el alma como principio que se mueve a sí mismo y es fuente de movimiento.
Existe una superioridad del alma sobre el cuerpo: El alma da vida y gobierna el cuerpo. Si pensar es recordar, el alma que recuerda las Ideas tuvo que vivir fuera del cuerpo antes de esta vida. El alma es eterna, no puede corromperse ya que es inmaterial e indivisible.
Las Tres Partes del Alma
- Alma Racional (*Logistikón*): Diseñada por el Demiurgo, mediante la cual el hombre razona y domina los impulsos. Su virtud es la Sabiduría o Prudencia.
- Alma Irascible (*Thymoeidés*): Es auxiliar del principio racional y se irrita y lucha por lo que la razón considera justo. Su virtud es la Fortaleza o Valor.
- Alma Concupiscible (*Epithymetikón*): Es el principio de todos los impulsos corporales y deseos. Su virtud es la Templanza o Moderación.
Cuando hay armonía entre las tres partes o almas del individuo decimos que este posee la virtud de la Justicia.
Fuentes de la Doctrina del Alma
Esta doctrina es el resultado de la:
- Herencia Socrática: Pues concibe el alma como principio de conocimiento.
- Herencia Jónica: Pues admite como principio o *arjé* de la vida al alma.
- Herencia Órfico-Pitágorica: Concibe el alma como encerrada en un cuerpo con el que mantiene una unión violenta, de la que solo puede librarse por un proceso de purificación.
La Justicia en la Polis
El ser humano necesita vivir en sociedad para llegar a ser perfecto, y el Estado perfecto necesita estar formado por hombres virtuosos. La justicia es la condición indispensable y el objetivo máximo del Estado perfecto. La justicia es la virtud de la ciudad. El fin de la justicia no es otro que la defensa del bien común.
El Estado Platónico tratará de educar a los ciudadanos y para ello divide la sociedad en clases según el tipo de alma (ver esquema de correspondencia).
Finalmente, Platón propone que quien gobierne el Estado sea un Rey Filósofo. Platón encomienda a los filósofos la tarea de gobernar, ya que estos son los que están en contacto con las Ideas, mundo del verdadero conocimiento y de los valores supremos del Bien.
Las Formas de Gobierno (Degeneración de la Polis)
Platón establece un ciclo de degeneración política, partiendo del Estado Ideal:
- Aristocracia (Gobierno de los mejores): Es el gobierno del filósofo, basado en la sabiduría y la razón. (Modelo ideal).
- Timocracia (Gobierno de los guerreros): Dirigido por la parte irascible del alma, donde prima el honor militar sobre la razón.
- Oligarquía (Gobierno de los ricos): Su único deseo es acumular riquezas, empobreciendo al resto de la población.
- Democracia (Gobierno de todos): Pérdida total del sentido de los valores y de la estabilidad social, caracterizada por el exceso de libertad.
- Tiranía: El más astuto se hará con el poder y gobernará de forma despótica la ciudad, dominado por la crueldad y la brutalidad.
