Byung-Chul Han: La Sociedad del Cansancio y la Autonomía en la Educación

Byung-Chul Han, filósofo surcoreano, ofrece un análisis crítico de la sociedad contemporánea. Una de sus ideas centrales es la noción de la sociedad del cansancio. Han postula que en la actualidad transitamos de una sociedad disciplinaria a una sociedad de rendimiento y logro constante, caracterizada por el agotamiento físico y mental.

El Panóptico Digital y la Presión Constante

En la sociedad del cansancio, las personas se enfrentan a una presión continua para ser productivas, exitosas y eficientes en todas las esferas de su vida. El término «Panóptico digital» alude a un sistema de vigilancia y control basado en la tecnología digital y la recopilación masiva de datos. En el contexto actual, se relaciona con el monitoreo constante y la recolección de información a través de dispositivos electrónicos, redes sociales y cámaras de seguridad. Este tipo de vigilancia digital suscita interrogantes sobre la privacidad, la libertad individual y el uso ético de la tecnología.

La tecnología y las redes sociales, que en teoría deberían facilitar la comunicación y la conexión, también contribuyen a este fenómeno. Generan una sensación de estar siempre disponibles y conectados, lo que incrementa la carga mental.

La Sociedad del Cansancio en la Institución Educativa

Un ejemplo claro de cómo se manifiesta la noción de la sociedad del cansancio en el ámbito educativo es la sobrecarga de tareas y la presión académica constante sobre los estudiantes.

En muchos sistemas educativos, especialmente en niveles superiores y en el contexto de la pandemia, los estudiantes afrontan una competencia continua y una carga de trabajo abrumadora, donde predomina su propia autoexigencia. Además de asistir a clases y realizar tareas, se espera que participen en actividades extracurriculares, obtengan buenas calificaciones, desarrollen proyectos y exámenes, y se preparen para su futuro profesional.

Esta constante autoexigencia académica puede derivar en altos niveles de estrés y agotamiento. El miedo al fracaso, sumado a la necesidad de destacar y cumplir expectativas, genera una sensación de cansancio perpetuo y la percepción de que nunca se está haciendo lo suficiente.

Las consecuencias negativas de esta presión en la institución educativa incluyen el deterioro de la salud mental, la disminución de la motivación intrínseca por el aprendizaje y una merma en la creatividad. Asimismo, puede fomentar una mentalidad orientada exclusivamente a los resultados, en detrimento del desarrollo integral de los estudiantes.

En resumen, la noción de la sociedad del cansancio de Byung-Chul Han se manifiesta en la institución educativa como una presión autoimpuesta por los estudiantes para ser exitosos y productivos. En este escenario, el estudiante se convierte en su propio «juez y verdugo» en cuanto a su autoexigencia, lo que puede resultar en agotamiento físico y mental, y en la pérdida de un enfoque equilibrado y saludable en el proceso educativo.

2. La Mayoría de Edad Kantiana y la Práctica Docente

Según la filosofía kantiana, un sujeto «mayor de edad» se caracteriza por su capacidad de autonomía moral y racional. En la ética de Kant, la «mayoría de edad» no se refiere a la edad cronológica, sino a la aptitud para actuar conforme a la razón y el deber moral, sin depender de la guía o tutela de otros. Kant señalaba que salir de la minoría de edad no es fácil, pues la cobardía y la pereza nos mantienen en ella.

Preferimos someternos al entendimiento de otro antes que asumir el trabajo de pensar. Este trabajo es arduo, pues implica esfuerzos y riesgos. Al usar nuestro entendimiento, podemos sufrir decepciones y vernos obligados a abandonar creencias cómodas y establecidas. Además, aquellos a quienes hemos sometido nuestro entendimiento no tienen interés en que nos liberemos; desean conservar el dominio que nuestra sumisión les otorga y, para ello, nos mantienen en la ignorancia, nos intimidan y nos privan de la libertad.

Como docente, considero los aspectos del trabajo que se alinean con la filosofía kantiana para fomentar la autonomía de mis estudiantes. Esto implica no solo proporcionarles conocimientos y habilidades, sino también enseñarles a pensar críticamente, a cuestionar y a tomar decisiones informadas por sí mismos.

Además, fomento la responsabilidad personal en los estudiantes, animándoles a asumir las consecuencias de sus acciones y a reconocer el impacto de sus elecciones, no solo en ellos mismos, sino también en los demás y en la sociedad. En definitiva, mi labor como docente se vincula con la filosofía kantiana, ya que el objetivo es ayudar a los estudiantes a convertirse en sujetos «mayores de edad» al potenciar su autonomía moral y racional. Les brindo las herramientas y habilidades necesarias para tomar decisiones informadas y éticas, y les guío en el desarrollo de su capacidad para actuar de acuerdo con la razón y el deber moral.

3. La Importancia del Diálogo en la Formación Ciudadana

La práctica dialógica es fundamental en el proceso formativo de los ciudadanos porque promueve el intercambio de ideas, el desarrollo del pensamiento crítico y la construcción conjunta del conocimiento. A través del diálogo, los individuos pueden compartir sus perspectivas, discutir diferentes puntos de vista y llegar a conclusiones fundamentadas.

En el marco teórico de la obra filosófica de Platón, conocida como «El diálogo socrático», la práctica dialógica adquiere especial relevancia. Platón, discípulo de Sócrates, consideraba que el diálogo era esencial para la búsqueda de la verdad y el desarrollo de la sabiduría. En sus diálogos, presenta a Sócrates empleando la técnica de la mayéutica, que consiste en hacer preguntas y estimular el razonamiento de sus interlocutores.

Platón argumentaba que el diálogo permitía a las personas cuestionar sus creencias, examinar sus propias ideas y descubrir la verdad mediante la cooperación intelectual. Al confrontar diferentes puntos de vista y debatir sobre ellos, los ciudadanos pueden expandir sus conocimientos y comprender mejor el mundo que les rodea.

Además, la práctica dialógica fomenta la empatía y el respeto hacia las opiniones de los demás, ya que implica escuchar activamente y considerar diversas perspectivas. Esto contribuye a la formación de ciudadanos más tolerantes y abiertos al diálogo, capaces de resolver conflictos de manera pacífica y construir sociedades democráticas.

En resumen, según el marco teórico de Platón, la práctica dialógica es esencial en la formación ciudadana porque:

  • Fomenta el pensamiento crítico (competencias generales utilizadas en el nuevo programa de 1° y 2° año de escuela).
  • Promueve la construcción del propio conocimiento a través del diálogo.
  • Impulsa la formación de sociedades democráticas basadas en la interacción con el otro y la tolerancia.

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