El Legado de Platón: Ética, Justicia y el Estado Ideal en la Filosofía Clásica

La Ética Platónica: Virtud y Felicidad

La teoría de las Ideas de Platón implica la superación del relativismo moral de los sofistas. Las Ideas de Justicia y Bondad serán criterios fundamentales para discernir lo bueno y lo justo, ya que son valores en sí mismas.

La ética platónica busca determinar el Sumo Bien para el ser humano, un Bien cuya consecución conduce a la felicidad y al que se llega mediante la práctica de la virtud. Existen dos interpretaciones principales sobre el Sumo Bien:

  • La vida buena no puede ser solo placer ni solo sabiduría, sino una mezcla equilibrada de ambos, dado que el ser humano no es ni pura animalidad ni pura inteligencia.
  • Otros intérpretes sostienen que Platón considera que el Bien absoluto para el ser humano son las Ideas, y su contemplación es la felicidad suprema.

En este sentido, la virtud, como medio para acceder al Sumo Bien, desempeña una función análoga a la dialéctica como método para llegar al Mundo Inteligible. Mediante la práctica de la virtud se accede al Sumo Bien y, por tanto, a la suprema felicidad.

La virtud es el estado del alma que le corresponde por naturaleza. Dado que el alma tiene tres partes, habrá una virtud peculiar para cada una de ellas:

  • A la parte concupiscible le corresponde la templanza, o continencia de los placeres.
  • A la parte irascible, la fortaleza o valor.
  • A la parte racional, la virtud de la sabiduría o prudencia, que se encarga de regular la totalidad de las acciones humanas.

La virtud del alma en su conjunto es la justicia, entendida como armonía u orden entre esas tres partes. La justicia, como virtud personal, garantiza la unidad y eficacia del individuo. Sin embargo, la justicia personal solo se consigue si existe justicia social, lo que hace que la ética platónica sea inseparable de la política.

La Política Platónica: Organización del Estado Ideal

Platón y Aristóteles no concibieron la política como algo separado de la ética; esta separación surgió con el individualismo moderno. Para Platón, no existe una norma moral para el individuo y otra para el Estado, sino un sistema de principios y valores absolutos que rigen por igual a todos los seres humanos y a todas las formas de gobierno. Al determinar las condiciones bajo las cuales los individuos y los Estados son justos, es posible alcanzar la felicidad y la salvación del alma.

El origen de la sociedad se fundamenta en la necesidad humana de múltiples bienes para la vida y en la autoinsuficiencia para conseguirlos individualmente. El fin primordial de la sociedad es económico, basado en la especialización del trabajo. De esta premisa surgen tres clases sociales, una división tripartita análoga a la división del alma propuesta por Platón. A cada parte del alma le corresponde una clase social:

Las Clases Sociales en el Estado Ideal

  • La Clase de los Gobernantes (Filósofos-Reyes)

    Corresponde a la parte racional del alma. Son los filósofos, quienes deben ser los gobernantes. De entre los mejores guardianes, se seleccionarán aquellos que, tras un riguroso proceso educativo, se convertirán en «guardianes perfectos» o gobernantes. Su formación incluye:

    • 10 años de estudio de matemáticas.
    • 5 años de estudio de filosofía.
    • 15 años de servicio militar o cargos públicos, hasta los 50 años.

    Una vez superadas estas etapas, serán orientados hacia la comprensión de la Idea de Bien, lo que les permitirá asumir el rol de gobernantes.

  • La Clase de los Guardianes (Auxiliares)

    Asociada al alma irascible. Su función principal es defender la ciudad. Deben ser fuertes, rápidos y valerosos, y poseer también ciertas cualidades filosóficas. Su educación se extiende hasta los 20 años y se centra en:

    • Gimnasia, para el desarrollo físico.
    • Música, literatura y arte (formación humanística), para moldear el carácter.

    Ambas disciplinas se desarrollan de manera conjunta para lograr un equilibrio.

  • La Clase de los Productores

    Vinculada a la parte concupiscible del alma. Incluye oficios como labradores, constructores, pastores, etc., que proveen los productos más elementales para la vida humana: alimento, vivienda y vestimenta. Su objetivo es satisfacer las necesidades básicas. Para elevar el nivel de bienestar, es necesario ampliar los oficios (cocineros, médicos, etc.). Esta clase no requiere una educación especial formal, sino que aprende por experiencia práctica.

La Realización de la Justicia en el Estado Platónico

Platón asigna a cada clase social una «naturaleza» simbólica: los productores tienen naturaleza de bronce; los guardianes, de plata; y los gobernantes, de oro. Esta distinción es un reflejo de la naturaleza tripartita del alma. Si cada clase realiza correctamente sus funciones, se alcanzan las virtudes correspondientes:

  • La sabiduría o prudencia para los gobernantes.
  • La fortaleza para los guardianes.
  • La templanza para los productores.

Para lograr la justicia en el Estado, es fundamental la subordinación de los gobernados a los gobernantes y que cada individuo ocupe y cumpla su función específica dentro de la sociedad.

Condiciones para el Estado Justo

Para que esta realización sea posible, Platón establece condiciones rigurosas:

  • Abolición de la propiedad privada y de la familia en las clases superiores (gobernantes y guardianes). Si desean procrear, el Estado establecerá las parejas adecuadas para asegurar la procreación de hijos sanos, quienes serán educados por el propio Estado.
  • El gobierno de los filósofos-reyes. Son ellos quienes han contemplado el Mundo de las Ideas y, por tanto, poseen el conocimiento necesario para impartir justicia. Deben asumir esta responsabilidad, incluso si no les agrada, ya que el Estado los ha educado y están en deuda con él.

Este modelo de Estado Ideal, presentado en su obra La República, ha sido considerado la primera utopía política de la historia. Platón era consciente de la dificultad de llevarlo a cabo y, en obras posteriores como El Político y Las Leyes, sugiere que, ante la ausencia de gobernantes sabios, la mejor opción es el sometimiento de todos a las leyes.

Ciclo de Degeneración de las Formas de Gobierno

Platón también prevé una evolución cíclica y degenerativa de las formas de gobierno:

  1. Aristocracia: Gobierno de los sabios (la forma ideal).
  2. Timocracia: Gobierno de los guerreros, basado en el honor y la ambición.
  3. Oligarquía: Gobierno de los ricos, donde la riqueza es el único criterio.
  4. Democracia: Dominio de la masa, susceptible a la manipulación y al desorden.
  5. Tiranía: La ruina final del Estado, surgida del exceso de libertad democrática.

La Vigencia del Pensamiento Platónico en la Actualidad

El pensamiento platónico es de una complejidad notable, en parte debido a la evolución constante de sus ideas a lo largo de su obra. Platón es a menudo identificado con conceptos clave como la duplicación de los mundos (Mundo Sensible y Mundo Inteligible) y el célebre Mito de la Caverna.

La importancia de Platón en su época fue inmensa; no solo abordó la problemática filosófica de su tiempo, sino que también criticó el poder político y sentó las bases teóricas para gran parte de la filosofía occidental posterior. Aunque su planteamiento político pueda parecer obsoleto hoy en día, e incluso se le ha comparado con dictaduras comunistas, el nazismo o los totalitarismos, es crucial rescatar su aguda crítica a la ineptitud política y a la manipulación de la democracia.

Muchas de sus propuestas siguen siendo objeto de debate. Su búsqueda incansable de definiciones universales planteó el problema de las esencias, un tema recurrente en la historia de la filosofía que reaparecería en autores como San Agustín o Descartes.

En la actualidad, la vigencia del platonismo se sigue discutiendo en campos como la lógica y las matemáticas. Además, la división platónica de la realidad en dos mundos con características distintas sigue siendo un concepto aceptado por diversas religiones, como el cristianismo.

La pregunta fundamental «¿Qué es real?» cobra especial relevancia, con claras alusiones al tema platónico en obras cinematográficas como Matrix o El Show de Truman. En la literatura, la novela La Caverna de José Saramago, cuyo autor afirmó que «nunca como ahora hemos estado tan cerca de la caverna platónica», es un ejemplo contemporáneo de la resonancia de sus ideas.

Por todo ello, Platón es, sin duda, uno de los autores más influyentes en toda la historia de la filosofía. Sus textos continúan siendo objeto de revisión y nuevas investigaciones, lo que nos permite comprender mejor nuestro presente al interrogar su legado.

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