David Ricardo

David Ricardo fue una de las figuras más destacadas de la economía clásica y un continuador del pensamiento de Adam Smith. Su obra más influyente, Principios de economía política y tributación (1817), abordó de forma sistemática temas fundamentales como el valor, la renta y la distribución. Una de sus mayores contribuciones fue la teoría de la ventaja comparativa, que demuestra que dos países pueden beneficiarse del comercio internacional, aunque uno de ellos sea más eficiente en la producción de todos los bienes. Este principio se convirtió en el fundamento del comercio internacional moderno.

Ricardo también desarrolló la teoría de la renta diferencial, según la cual los ingresos de los propietarios de tierras dependen de la productividad relativa del terreno. Esta teoría ayudó a explicar cómo se distribuye la renta entre terratenientes, capitalistas y trabajadores, un tema central en su análisis.

Además, fue defensor del libre comercio y crítico del proteccionismo, argumentando que las restricciones al comercio perjudican el crecimiento económico. Su enfoque abstracto y analítico introdujo un mayor rigor en la teoría económica, sentando las bases para desarrollos posteriores. En conjunto, Ricardo consolidó la economía como una ciencia teórica centrada en la lógica y la deducción.

John Stuart Mill

John Stuart Mill fue uno de los pensadores más importantes del siglo XIX, que combinó la economía con la filosofía y la ética para desarrollar un enfoque más integral y social del liberalismo. Su obra Principios de economía política (1848) profundizó en las ideas clásicas y las adaptó a las nuevas realidades sociales de la Revolución Industrial.

Mill distinguió entre las leyes naturales de la producción, que consideraba inmutables, y las leyes de la distribución, que podían ser modificadas por la intervención política y social. Defendió la libertad individual, pero también reconoció la necesidad de que el Estado interviniera para corregir desigualdades, proteger a los más vulnerables y garantizar la educación.

Además, fue un pionero en la defensa de los derechos de las mujeres y promovió la igualdad de género como un objetivo social fundamental. Su visión utilitarista combinó la búsqueda del bienestar general con un compromiso ético y político.

Así, Mill aportó una perspectiva más flexible y humanista a la economía clásica, anticipando debates actuales sobre la justicia social, el papel del Estado y los límites del mercado.

Karl Marx

Karl Marx es uno de los pensadores más influyentes y controvertidos en la historia del pensamiento económico y social. Su obra principal, El capital (1867), analiza el funcionamiento del capitalismo desde una perspectiva crítica, centrándose en la explotación del trabajo y las contradicciones internas del sistema.

Marx desarrolló la teoría del valor trabajo, que sostiene que el valor de una mercancía proviene del trabajo socialmente necesario para producirla. Sin embargo, destacó que el capitalista obtiene ganancias apropiándose de la plusvalía, es decir, del valor generado por los trabajadores que no se les paga.

Además, Marx explicó cómo las crisis económicas cíclicas y la concentración de la riqueza son consecuencias inevitables del capitalismo, que conduce a la lucha de clases y, en última instancia, a su transformación revolucionaria hacia un sistema socialista.

Su análisis integró economía, política e historia en una teoría materialista que ha influido en la economía, la sociología y la política. A pesar de las críticas, su legado sigue vigente en el estudio de la desigualdad y el poder económico.

Joseph Schumpeter

Joseph Schumpeter fue un economista austriaco-estadounidense conocido por sus aportaciones sobre el dinamismo del capitalismo y el papel fundamental de la innovación y el empresario. En su obra Capitalismo, socialismo y democracia (1942), introdujo el concepto de destrucción creativa, que describe el proceso por el cual las innovaciones tecnológicas y los cambios empresariales destruyen estructuras económicas antiguas para dar paso a nuevas formas de producción y crecimiento.

Schumpeter destacó que el motor principal del desarrollo económico no es la acumulación pasiva de capital, sino la innovación y el espíritu emprendedor. Para él, el empresario es el agente clave que introduce nuevas combinaciones productivas, provocando ciclos económicos y transformaciones profundas.

Su enfoque rompió con la visión estática de la economía clásica y neoclásica, enfatizando la naturaleza evolutiva y dinámica del capitalismo. Además, analizó las posibles contradicciones internas del sistema capitalista, incluyendo su tendencia hacia la concentración empresarial y el cambio social.

En suma, Schumpeter aportó una visión renovada del crecimiento económico, centrada en la creatividad, el cambio y la innovación como motores esenciales del progreso.

Thorstein Veblen

Thorstein Veblen fue un economista y sociólogo estadounidense conocido por su enfoque crítico hacia el capitalismo y por ser uno de los fundadores de la economía institucional. Su obra más famosa, La teoría de la clase ociosa (1899), denuncia cómo las élites económicas emplean el consumo conspicuo —gastos ostentosos y no productivos— para demostrar su estatus social, en lugar de buscar la eficiencia económica o el bienestar colectivo.

Veblen cuestionó la visión clásica del individuo racional y maximizador, argumentando que el comportamiento económico está profundamente influenciado por factores sociales, culturales y psicológicos. Enfatizó el papel de las instituciones y las normas sociales en la configuración de la economía, anticipando desarrollos posteriores en la economía institucional.

Su crítica del consumismo y la desigualdad social sigue siendo relevante, mostrando que el sistema económico está ligado a relaciones de poder y prestigio, no solo a cálculos económicos. Veblen contribuyó a ampliar el análisis económico incorporando elementos sociológicos, lo que ayudó a entender mejor las dinámicas del capitalismo moderno.