Conclusión: Aspectos Clave de la Enseñanza de la Historia
- Para comprender la historia es fundamental adoptar una perspectiva de largo plazo. No podemos entender ni explicar los sucesos actuales sin mirar hacia el pasado.
- Las relaciones de causa-efecto son esenciales. La identificación de causas y consecuencias se considera una habilidad de tipo procedimental. Estudiar los ritmos (tempos) de la historia ayuda a comprender que las causas de muchos hechos históricos son complejas y no siempre derivan del tiempo corto o de la inmediatez.
- La historia, mediante la aproximación a otras culturas y sociedades, fomenta el respeto hacia las mismas.
- El tiempo histórico no es unívoco, ni unidireccional, ni inevitable.
El Pensamiento Histórico: Fundamentos y Dimensiones
El pensamiento histórico es una corriente didáctica que aboga por una enseñanza de la historia que ponga el acento en las tareas procedimentales propias de la disciplina. Rompe con la idea de que la historia es memorización, favoreciendo el trabajo procedimental sobre el teórico. Esta corriente surge como respuesta a la percepción de que la historia es aburrida. En las aulas, a menudo, solo se trabaja el tiempo cronológico, dejando a un lado el tiempo histórico al creer que la historia es meramente conceptual.
Por ello, en EE. UU., se inició un movimiento de renovación de la enseñanza histórica. Identifican que se pueden enseñar dos tipos de contenidos en la historia:
Tipos de Contenidos Históricos
- Contenidos de Primer Orden (Sustantivos o Conceptuales): Se corresponden con el tiempo cronológico (datos, fechas, personajes, conceptos). Son la base sobre la que construir las destrezas para dar significado.
- Contenidos de Segundo Orden (Metaconceptos u Organizativos): Conceptos metodológicos (procedimentales) que sirven para responder y dar significado a cuestiones históricas, y para entender el pasado tal como se hace en la investigación histórica.
Ambos son mutuamente necesarios para comprender la historia.
Las Dimensiones del Pensamiento Histórico (Según Peter)
Autores como Peter establecen seis habilidades clave, concretando los contenidos procedimentales asociados al tiempo histórico, conocidas como las dimensiones del pensamiento histórico:
Relevancia Histórica
Depende de múltiples factores: origen geográfico y étnico, creencias religiosas, ideas políticas, formación, edad, época, etc. Debemos destacar los contenidos del currículo que consideramos más importantes para los alumnos. Un ejercicio útil es la ucronía (ejemplo: ¿Qué hubiera pasado si no hubiera rueda?), que trabaja el tiempo y la relevancia histórica simultáneamente.
Pruebas Históricas
Toda clase de historia debe usar fuentes convenientemente. Es crucial usar fuentes primarias como pruebas, aunque también se emplean secundarias. Cuando se llevan fuentes al aula, los alumnos no deben ser pasivos; deben buscar, interpretar, seleccionar, comprobar, cuestionarlas, contextualizar y sacar inferencias (conclusiones).
Continuidad y Cambio
Implica trabajar conceptos asociados a la historia: cambio, simultaneidad, continuidad, progreso, crisis, revolución, estancamiento. Dado que es un concepto complejo, la primera aproximación para identificar los momentos de cambio es la cronología (línea del tiempo).
Causas y Consecuencias
Es necesario reflexionar sobre ellas, sin necesidad de estudiarlas de memoria.
Perspectiva Histórica
Consiste en contextualizar los hechos, entendiendo que no podemos juzgar lo que pasó en un lugar o época con nuestra mentalidad actual. No se trata de justificar la situación, sino de comprenderla, lo que requiere un pensamiento contextualizado para entender mejor a la gente del pasado.
¿Cómo fomentar la perspectiva en los alumnos?
- Considerando que las creencias, valores y motivaciones de nuestra época están a años luz de las del pasado.
- Evitando el presentismo (juzgar el pasado con ojos del presente).
- Conociendo el contexto de la época.
- Entendiendo una postura sin compartirla (no se trata de empatía).
Dimensión Ética
Implica comprender la ética de la historia, reflexionando sobre las implicaciones éticas del pasado, lo cual nos ayuda a determinar qué debe ser recordado de la historia.
Implicaciones Éticas en la Enseñanza de la Historia
En la historia debemos enfrentarnos a hechos muy duros realizados por la humanidad. La selección de estos momentos históricos puede influir en la formación de valores en los alumnos, quienes a menudo tienden a clasificar los hechos en buenos y malos, sin reconocer los matices (los «grises»).
Además, el alumno, a través de las fuentes, puede darse cuenta de que estas también tienen su propia ética, pues los historiadores, al escribir, realizan juicios de valor. Como docentes, debemos considerar que el libro de texto de nuestra institución tiene implícitos ciertos valores. Tenemos que analizarlos y elegir cómo presentarlos, aunque esto implique influir en la perspectiva del estudiante.
Aquí también es crucial tener en cuenta que los juicios sobre el pasado deben considerar el contexto y que se debe evitar el presentismo.
La afirmación de que «la historia nos condena a repetir lo mismo» es inexacta; la historia nos ayuda a ser mejores personas, ya que los contextos nunca son idénticos.
