Rasgos de la acción moral

2.Define los términos moral y ética. ¿Por qué decimos que resulta necesaria una reflexión ética?


Ambos términos refieren al carácter o al modo de ser que las personas vamos adquiriendo a lo largo de la vida, a través de los hábitos o costumbres, así como normas o valores que nos orientan como personas. Sin embargo, debemos matizar un poco.
El término Moral (del latín, mos-moris) lo aplicamos a la conducta humana; de hecho, nuestra propia conducta está regulada -como ya hemos señalado-, por ciertos valores o normas que nos orientan en nuestras relaciones con los demás (de persona-persona) o para vivir en sociedad (como personas dentro del colectivo social). Por esta razón, decimos que la moral está presente en todas las épocas y sociedades: todas se basan en tradiciones y costumbres, establecen ciertas normas, valores y pautas de conductas que orientan a las personas hacia lo que es bueno o lo que es justo.
Aristóteles atribuye un significado bien parecido al término ética. Aplica el concepto a los hábitos, al carácter o al modo de ser que las personas van fraguando con sus vidas. Sin embargo, con el término Ética (del griego, éthos) podemos referirnos a la disciplina filosófica que tiene por objeto realizar una reflexión crítica sobre la moral en general, no sobre los casos concretos cotidianos. Es decir, podríamos decir que la ética es como una especie de teoría de la vida.
Decimos que es necesaria una reflexión ética porque la vida es muy compleja y nos podemos encontrar (muy a menudo) con dilemas morales, ya sean normas enfrentadas, o normas que pueden dar lugar a conductas injustas. Ejemplos de dilemas morales: ¿Debo decir siempre la verdad o debo mentir de vez en cuando?, ¿debo decir siempre la verdad a una persona que tiene una enfermedad terminal, aunque esto le haga sufrir?

3.Según lo que hemos estudiado, ¿cuáles son los objetivos de la reflexión ética?


Partimos de que la ética es una disciplina filosófica y que, por ello, desde la reflexión crítica, tiene por objeto general la misma conducta humana. Teniendo en cuenta esto, podríamos señalar los siguientes objetivos:
·La ética analiza cuáles son las características de la conducta moral.
Por ejemplo, qué es lo propio de la conducta religiosa, de la política, de la legal, etc.
·
Estudia los valores morales, así como las normas que derivan de ellos.
Intenta definir, por ejemplo, qué es lo bueno, qué es lo justo…, en qué se fundamentan los valores, es decir, por qué los consideramos valiosos, por qué elegimos unos normas y no otras, etc.
·
Intenta delimitar en qué consiste la responsabilidad moral,(parte del convencimiento de que no se puede hablar de conducta moral si la persona no es responsable de sus actos).
·
Investiga si el ser humano actúa con libertad, o si está determinado o condicionado. (Sólo soy responsable de mis actos si libremente he podido elegir entre realizarlos o no).
·
Analiza cuál es el alcance de la obligación moral (¿qué debo hacer?, ¿por qué?, ¿en qué ocasiones o circunstancias?).
Muchos filósofos han reflexionado sobre el comportamiento humano y han elaborado sus propias teorías éticas. Por ejemplo, Aristóteles buscaba aquellos principios que orientan al ser humano hacia la felicidad.
Kant decía que la razón práctica reflexiona sobre la libertad para conducir a la persona hacia la justicia.

4.La acción moral (como acción humana) y sus características fundamentales


Debemos comenzar considerando que la acción moral es exclusivamente humana.
Como bien sabemos, los animales siguen ciegamente sus instintos naturales. Estos instintos son heredados genéticamente. Esto quiere decir que no existe libre elección en la conducta de los animales: están programados genéticamente.
El ser humano también tiene instintos, pero éstos no son tan determinantes como en la conducta animal.
El hombre puede decidir con libertad (y desde su libertad)

Cómo actuar o comportarse en cada momento


Esta libertad presenta dos caras. Por un lado, el ser humano tiene la posibilidad de elegir su propio modo de comportarse, es decir, es dueño y señor de sus actos. Por otro lado, esta libertad le hace responsable de sus actos.
Podríamos decir que la libertad engrandece al hombre, pero -a la vez- lo pone en una situación de especial fragilidad y desamparo e inseguridad, puesto que no existe una guía que nos impulse hacia un modo específico de acción.
Nuestra libre elección (o libre albedrío) nos permite modelar nuestra propia manera de ser y de comportarnos. A través de la repetición adquirimos hábitos (o actitudes permanentes de conductas, costumbres) que van conformando nuestro carácter moral y nos convierten en malos o buenos, justos o injustos, veraces o mentirosos… Es decir, si miento una vez no me convierte en mentiroso, pero si tengo el hábito de mentir sí.
Al hilo de lo dicho, podríamos señalar las características de la acción moral:
·Ante todo, la acción moral pertenece (propia y exclusivamente) al comportamiento humano.
·Suele estar regulada por principios, normas o valores (el bien, la felicidad, etc.)
·Se da en sociedad. Regula las relaciones entre las personas que conforman una sociedad o un grupo humano determinado.
·Como hay valores y principios que son válidos para todos, la acción moral puede ser valorada o sancionada por los demás.
·Esos valores y esas normas deben ser interiorizados (asimilados por cada uno o cada una) de forma libre y consciente. El hecho de que existan determinados valores sociales no implica que éstos se impongan a la persona. (Cada uno elige su forma de comportarse).

5.Siguiendo lo que hemos estudiado, ¿por qué decimos que la vida es un proyecto moral?


Hay cosas en la vida que nunca elegimos. Se nos imponen, sea para bien o para mal. Por ejemplo, nadie nos preguntó si queríamos nacer, ni en qué lugar del planeta, ni nos dieron a elegir nuestros rasgos físicos o psicológicos. Estas cosas que no elegimos influyen -indudablemente- en nuestra forma de ser.
Ortega y Gasset afirmaba: Yo soy yo y mis circunstancias. Las circunstancias son todos aquellos elementos que se nos imponen, es decir, que no elegimos. Por esta razón, Ortega decía que las circunstancias vienen impuestas: no podemos elegir lo que nos pasa… Pero sí somos libres para responder a lo que nos pasa de diversas formas.
Cada uno y cada una es libre a la hora de elegir. Además, no existe un manual donde encontrar todas las respuestas. Por este motivo, se hace necesaria una reflexión ética, racional, sobre la vida, sobre nuestras vidas, en lo que éstas tienen de individualidad. Nadie puede responder por mí a ciertas preguntas: ¿Cuál es la finalidad de mi vida?, ¿Cómo debo ser?, ¿Qué debo hacer para lograrlo? Al responderme estas preguntas voy elaborando mi propio ideal ético, mi propio proyecto de vida. Este proyecto moral me configura como persona.

4.La acción moral (como acción humana) y sus características fundamentales


Debemos comenzar considerando que la acción moral es exclusivamente humana.
Como bien sabemos, los animales siguen ciegamente sus instintos naturales. Estos instintos son heredados genéticamente. Esto quiere decir que no existe libre elección en la conducta de los animales: están programados genéticamente.
El ser humano también tiene instintos, pero éstos no son tan determinantes como en la conducta animal.
El hombre puede decidir con libertad (y desde su libertad)

Cómo actuar o comportarse en cada momento


Esta libertad presenta dos caras. Por un lado, el ser humano tiene la posibilidad de elegir su propio modo de comportarse, es decir, es dueño y señor de sus actos. Por otro lado, esta libertad le hace responsable de sus actos.
Podríamos decir que la libertad engrandece al hombre, pero -a la vez- lo pone en una situación de especial fragilidad y desamparo e inseguridad, puesto que no existe una guía que nos impulse hacia un modo específico de acción.
Nuestra libre elección (o libre albedrío) nos permite modelar nuestra propia manera de ser y de comportarnos. A través de la repetición adquirimos hábitos (o actitudes permanentes de conductas, costumbres) que van conformando nuestro carácter moral y nos convierten en malos o buenos, justos o injustos, veraces o mentirosos… Es decir, si miento una vez no me convierte en mentiroso, pero si tengo el hábito de mentir sí.
Al hilo de lo dicho, podríamos señalar las características de la acción moral:
·Ante todo, la acción moral pertenece (propia y exclusivamente) al comportamiento humano.
·Suele estar regulada por principios, normas o valores (el bien, la felicidad, etc.)
·Se da en sociedad. Regula las relaciones entre las personas que conforman una sociedad o un grupo humano determinado.
·Como hay valores y principios que son válidos para todos, la acción moral puede ser valorada o sancionada por los demás.
·Esos valores y esas normas deben ser interiorizados (asimilados por cada uno o cada una) de forma libre y consciente. El hecho de que existan determinados valores sociales no implica que éstos se impongan a la persona. (Cada uno elige su forma de comportarse).

5.Siguiendo lo que hemos estudiado, ¿por qué decimos que la vida es un proyecto moral?


Hay cosas en la vida que nunca elegimos. Se nos imponen, sea para bien o para mal. Por ejemplo, nadie nos preguntó si queríamos nacer, ni en qué lugar del planeta, ni nos dieron a elegir nuestros rasgos físicos o psicológicos. Estas cosas que no elegimos influyen -indudablemente- en nuestra forma de ser.
Ortega y Gasset afirmaba: Yo soy yo y mis circunstancias. Las circunstancias son todos aquellos elementos que se nos imponen, es decir, que no elegimos. Por esta razón, Ortega decía que las circunstancias vienen impuestas: no podemos elegir lo que nos pasa… Pero sí somos libres para responder a lo que nos pasa de diversas formas.
Cada uno y cada una es libre a la hora de elegir. Además, no existe un manual donde encontrar todas las respuestas. Por este motivo, se hace necesaria una reflexión ética, racional, sobre la vida, sobre nuestras vidas, en lo que éstas tienen de individualidad. Nadie puede responder por mí a ciertas preguntas: ¿Cuál es la finalidad de mi vida?, ¿Cómo debo ser?, ¿Qué debo hacer para lograrlo? Al responderme estas preguntas voy elaborando mi propio ideal ético, mi propio proyecto de vida. Este proyecto moral me configura como persona.

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