Que es duda metódica en filosofía

Comentario de Descartes:

UBICACIÓN DEL AUTOR

Descartes pertenece al periodo de la filosofía moderna, concretamente al Siglo XVII en pleno Barroco europeo. Es el padre de una de las corrientes de filosofía más reconocidas de este periodo, el Racionalismo. Defendíó el proceso de la duda racional como método para encontrar la verdad sobre la que erigir  el edificio del conocimiento humano. Tomó como modelo  en su forma de proceder a la ciencia matemática por considerar que sólo ella proporcionaba verdades sólidas, eternas y universales.

TEMA DEL TEXTO:

El proceso de la duda como mecanismo para encontrar el primer principio de la filosofía que buscaba: ‘Pienso, luego existo’.

IDEAS FUNDAMENTALES:1

Puesto que los sentidos nos engañan a veces, debemos desconfiar de las imágenes que de las cosas nos transmiten.

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Debido a que hay hombres que se equivocan incluso en los razonamientos más simples de Geometría y puesto que nosotros no estamos exentos de esa posibilidad será necesario rechazar todos los razonamientos que se habían dado por demostrados.

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Ante la imposibilidad de distinguir los contenidos de nuestros pensamientos en estado de vigilia de los contenidos mientras dormimos, Descartes decide suponer que todo podría ser un sueño.

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Pero el autor se da cuenta de que al pensar que todo era falso era también necesario que él que lo pensaba fuera alguna cosa.
5.Concluye así que la verdad ‘pienso, luego existo’ es tan firme y segura que podría convertirse en el primer principio de la filosofía que buscaba.

RELACIÓN ENTRE IDEAS:

Descartes expone en su texto las tres ideas fundamentales que constituyen el proceso de la duda metódica:

  • Dudar  de la información que los sentidos nos ofrecen de las cosas puesto que a veces nos engañan.
  • Dudar de los propios razonamientos ya que erramos muchas veces incluso en las cuestiones matemáticas más básicas.
  • Dudar de la realidad al no poder distinguir el sueño de la vigilia.

Estas tres premisas le llevarán a concluir o, mejor, a la intuición intelectual de que de lo único que no puede dudar es de que duda y que, por tanto, existe. Será esta la primera verdad, el primer axioma de la Filosofía que Descartes pretende así construir.

EXPLICACIÓN DE LAS IDEAS DEL TEXTO

En este texto tan representativo de la obra de Descartes  queda expuesta  de forma plausible la esencia de la forma de proceder en el pensamiento cartesiano.

Ante la crisis de la Escolástica que ofrecía la imagen de un saber en ruinas, Descartes se propone la dura tarea de construir de nuevo el edificio del saber desde sus cimientos. Para ello tomará como referencia a la ciencia matemática y su proceder deductivo. Pensando que este modus operandi  del matemático podría ser aplicado a cualquier disciplina, decide llevar a cabo el proyecto de unificación de todas las ciencias que quedará simbolizado por la imagen de un árbol cuyas raíces serán la metafísica, el tronco la física y las ramas, la moral, la mecánica y la medicina. Pero para hacerlo habrá que comenzar construyendo la base que deberá  ser tan firme y segura como la verdad matemática.


En este texto se hace patente, pues, el proceso que el autor sigue para construir las raíces del árbol de las ciencias que deberán, como en matemáticas, partir de un axioma evidente y necesario a partir del cual se deducirán el resto de los principios que constituyen el armazón de la realidad.

Para ello Descartes decidirá dudar de todo, hasta de sus convicciones más firmes. Así, comienza en este fragmento aplicando la duda a la información que de las cosas nos ofrecen los sentidos. Si estos nos engañan a veces, ¿quién no dice que lo hagan siempre? Descartes considera que no estamos ante un conocimiento seguro y que, por tanto, hay que desecharlo.

Por otra parte, aplica la duda a los propios razonamientos matemáticos o, lo que es lo mismo, a la deducción, puesto que es posible cometer errores lógicos. Para explicar este tipo de duda el autor en otra de sus obras más afamadas ‘las Meditaciones Metafísicas’ plantea la hipótesis de la existencia de un genio maligno todopoderoso que me hace tener lo verdadero por falso y lo falso por verdadero. De esta manera tampoco podemos tener garantía de que los razonamientos o la intuición con la que percibo las verdades evidentes sean algo seguro. Esta duda hiperbólica exigirá la prueba de la existencia de Dios para garantizar que lo que se capta clara y distintamente se corresponde con la realidad.

A continuación en el texto se expone la tercera cuestión a la que Descartes aplica el proceso de la duda: la realidad que experimentamos no podría ser más que un sueño, puesto que muchas veces no puedo diferenciar los pensamientos en estado de vigilia de los que se producen durante el sueño. Con ello el autor se hace eco de una de las tendencias barrocas en la percepción del mundo y que tuvo mucha trascendencia tanto en el arte como en la literatura. En España contamos con uno de esos máximos exponentes: Calderón de la Barca con ‘La vida es sueño’.

Pero finalmente, cuando todo parecía perdido, Descartes se da cuenta de que hay algo de lo que no puede dudar y es que mientras duda, es decir, mientras piensa tiene necesariamente que existir. ‘Cogito ergo sum’ será, pues, la primera verdad, el primera axioma de la metafísica cartesiana a partir del cual construirá el nuevo edificio del conocimiento y de la realidad.

                Por otra parte, es necesario decir que este primer resto indubitable no es la conclusión de un razonamiento obtenido por deducción, sino que esta verdad nos viene dada por intuición: al dudar, el yo se da cuenta de que existe. Se trata asimismo de una verdad que resiste a toda duda ya que aunque todo fuera un sueño, el sueño sería mío y aunque me engañara en todo el genio maligno, no podría engañarme en cuanto a mi propia existencia.

A partir de esta primera verdad, nuestro filósofo establecerá el nuevo criterio de certeza y procederá a explicar otras verdades que constituirán el resto del sistema: que Dios existe y que existe el mundo.

Como vemos la duda cartesiana no constituye una duda escéptica ya que él está convencido que existe la verdad y utilizó el proceso dubitativo para encontrarla. La duda metódica, pues, es la consecuencia de la aplicación de la primera regla del método que nos indica la necesidad de encontrar verdades intuitivas, es decir, claras y distintas. Se trata así de un proceso de averiguación filosófica que tiene como objetivo avanzar de forma segura en el proceso del conocimiento, de la misma manera que el montañero se encarga de tensar y asegurar bien la cuerda antes de emprender el duro ascenso hacia la cima.

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