Principios de la democracia como sistema político

El Estado es aquella institución a la que se le reconoce el derecho de ejercer el poder político, es decir, se le reconoce la autoridad para imponer un orden y tomar decisiones que nos afectan como ciudadanos.


Legalidad significa que algo esta dictado por ley y legitimidad hace referencia a las razones para obedecer la ley.


El poder político ejercido por el estado debe estar legitimado. La legitimidad del poder político se refiere a la justificación de dicho poder y entraña, por lo tanto, un componente ético. Por ejemplo, la legitimidad de un Estado democrático se basa en la idea de la soberanía popular y en la creencia de que todos los ciudadanos deben ser iguales ante la ley, poseer los mismos derechos y obligaciones. El poder político es legitimo en tanto que respeta esos principios fundamentales.


Uno de los estudios más reconocidos sobre la legitimidad del poder político, desde una perspectiva histórica lo realizo el sociólogo Max Weber (1864-1920). Este sociólogo elaboro una clasificación de las formas posibles de legitimación del poder, que se concentran en las tres siguientes:

-PODER POLÍTICO BASADO EN LA AUTORIDAD CARISMÁTICA

Se basa en la creencia de las extraordinarias cualidades personales del dirigente. Tienen su origen en la admiración y el reconocimiento, incluso en la veneración de los valores excepcionales de una persona. La persona aparece revestida de autoridad y es obedecida por su carisma personal. El liderazgo carismático implica muy variadas concepciones de patrones de autoridad basada en diferentes cualidades: valentía, integridad, sabiduría, elocuencia, fuerte… Por ejemplo: Hitler, Stalin…

-PODER POLÍTICO DE AUTORIDAD TRADICIONAL

Se basa en la creencia establecida y aceptada de que ciertas normas, costumbres, leyes e instituciones inmemoriales deben ser respetadas por su supuesta excelencia. Las monarquías son un gran ejemplo de este tipo de autoridad. Ciertos patrones de autoridad, como el patriarcado, el vasallaje y la esclavitud, tienen también componentes tradicionalistas. Las obligaciones de obediencia están basadas en la costumbre y la tradición.

-PODER POLÍTICO BASADO EN LA AUTORIDAD LEGAL-NACIONAL

Se basa en la creencia de que la legalidad de las formas políticas debe basarse exclusivamente en el derecho, procedimientos legales cuyas normas deben ser formuladas de modo explícito. Este tipo de autoridad responde a una concepción racionalista del poder político y obedece al doble supuesto de que: La ley es la expresión de la soberanía popular, considerada la única fuente de legalidad y toda la sociedad civil debe someterse universalmente a la ley. El Estado democrático, se sustenta en este tipo de autoridad. Desde esta concepción del poder, el poder es legitimo si representa la voluntad e intereses de la mayoría de los ciudadanos.


-ÉTICA Y POLÍTICA:

La relación entre la ética y la política es un problema complejo presente desde tiempos inmemoriales (Antígonas)

-IDEALISTAS Y REALISTAS:

¿Es compatible la política con la ética? O dicho de una manera más gráfica ¿cómo nos gustaría que fuera la persona que ha de dirigir nuestro país?

En respuesta a esta cuestión caben dos posturas:

-EL Realismo POLÍTICO

Maquiavelo es el máximo representante de la corriente denominada Realismo o razón de Estado. Considera que la sociedad es un artificio humano y su producto más acabado es el Estado. Para conseguir un Estado fuerte y poderoso el “Príncipe” ha de gobernar con mano de hierro. Así, nos sugiere una serie de guerras que dan buenos resultados “un príncipe no ha de preocuparse de la forma de cruel, si con ello mantiene a sus súbditos unidos y leales”. En lo referente a la mentira y los cumplimientos de los pactos el gobernante ha de conocer las artimañas del león y tener la astucia del zorro. La bondad o la maldad de una acción política ha de medirse por el resultado, nunca por los principios que la rigen (el fin justifica los medios).

-EL IDEALISMO POLÍTICO (Erasmo de Rotterdam)

El gobernante debería de ser respetuoso con la ley y los principios morales que la legitiman. Debería pensar que el fin no justifica los medios y buscar la justicia no solo para su propio país sino también para el resto del mundo. No deja de ser una corriente minoritaria a la vista de la cruda realidad. Representante insignia de esta concepción moral fue Erasmo de Rotterdam que, en su libro la educación de un príncipe cristiano. Defiende que no puede haber oposición entre moral y política, porque el príncipe ha de comportarse como un buen cristiano y ha de cultivar las virtudes de honestidad, templanza y magnanimidad. La relación entre ética y política es compleja pues se plantea desde el ámbito deber-ser. La pregunta se puede hacer en los siguientes términos: una conducta obligatoria en el campo de la moral, ¿lo es también en la política?; o al revés, lo que es lícito en la política, ¿lo es también en la moral?

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