Teoria del conocimiento de ockham

EL CONOCIMIENTO(AQUINO):


Para Santo Tomás en el alma humana están comprendidas todas las facultades del hombre, incluido el conocimiento. Siguiendo a Aristóteles, afirma que todo nuestro conocimiento comienza por los sentidos: «nada hay en el entendimiento que antes no haya pasado por los sentidos». La novedad que introduce Santo Tomás es que el entendimiento no conoce directamente lo singular, sino únicamente lo universal. Lo singular sólo lo conoce indirectamente, volviéndose hacia la representación imaginativa. Dentro del proceso de conocimiento hay que distinguir dos fases:1.Conocimiento sensible:Es el que se obtiene a partir de los sentidos.Cualquier información que se encuentre en nuestro conocimiento ha tenido que ser recibida por alguno de los sentidos.2.Conocimiento abstracto:El entendimiento elabora conceptos gracias al proceso de abstracción, a partir de los datos suministrados por los sentidos; abstrae de esos datos lo esencial de cada objeto. El entendimiento tiene una doble actividad: por un lado es capaz de abstraer, de sacar lo esencial de cada objeto percibido; por otro lado es capaz de formular un concepto abstracto, universal. Es decir, es capaz de hacer ciencia (sin conceptos universales no es posible la ciencia). Santo Tomas hace un análisis de cómo el entendimiento formula los conceptos universales a partir del conocimiento sensible: En primer lugar, los sentidos captan el objeto sensible. Sto Tomás llama a esto la especie sensible impresa. A continuación, en la imaginación se graba la imagen propia de ese objeto. A esta imagen o fantasma la denomina especie sensible expresa. Sobre esa imagen actúa el entendimiento agente y mediante el proceso de abstracción despoja al objeto de todo aquello que lo particulariza dejando sólo lo esencial, lo universal. El resultado de esta operación es la especie inteligible impresa. Por último, los universales pasan al entendimiento pasivo donde se convierten en especies inteligibles expresas, que son los conceptos universales que hacen posible la ciencia. Así pues, el conocimiento es la transformación de un objeto en un concepto o representación mental de las cosas. Los conceptos son instrumentos del conocimiento, el medio por el cual se conocen los objetos. Por otra parte, el entendimiento conoce directamente lo universal, lo concreto se conoce de un modo indirecto.El principio de individuación de Sto. Tomás pretende resolver el problema de ¿qué es lo que hace que la esencia se multiplique, se individualice en cada uno de los miembros de la especie? Esto es posible gracias a la materia concreta que es distinta en cada uno de los miembros de la especie y sobre ella opera la abstracción.

LA ETICA Y LA POLÍTICA:

La ética de Tomás de Aquino parte de la idea de que todas las criaturas están dirigidas a Dios, y consiste en ver como se dirigen a Él, qué medios tienen para alcanzarlo.A la hora de exponer su ética parte de un hecho de experiencia: analizando la naturaleza humana ve que esta actúa siempre por un fin -la felicidad-. Ese fin ha de ser el que más perfeccione la naturaleza del hombre, por tanto, ha de ser el Bien, y el Bien supremo es Dios, luego el fin último del hombre es Dios. Es una ética ideológica, de fines (como la ética de Aristóteles). El acceso a Dios consiste en la unión o visión beatífica de ese Dios en la otra vida. Por lo tanto, el fin del hombre se alcanzará en la otra vida. Respecto al mal, Sto. Tomás opina que es carencia de bien. El hombre posee por su propia naturaleza «libre arbitrio», no está obligatoriamente dirigido hacia un fin. En él hay un hábito o una tendencia que le guía hacia las acciones buenas, pero el hombre es libre, se aleja deliberadamente e infringe aquellas leyes universales que la razón le da a conocer y la ley de Dios le revela. Su ética está basada en la ley natural, en las tendencias que se derivan de la propia naturaleza humana. De ésta se derivan ciertas normas de conducta:•Tendencia natural a conservar su propia existencia. De ahí el deber moral de conservar la vida.•Tendencia natural a procrear. Deber moral de la pareja de procrear y educar a los hijos.• Tendencia natural a conocer la verdad y a vivir en sociedad. La sociedad es la «ordenación racional de la convivencia». Hay por tanto el deber moral de buscar la verdad y respetar la justicia.(aparte).Sto.Tomás afirma que la ley natural impone la vida en sociedad y esta sólo es posible poniendo unas normas legales que regulen la convivencia humana: ley positiva. La ley positiva es una concreción de la ley natural y no puede ir en contra de ella. Es una prolongación de la ley natural. A su vez, la ley natural depende de la ley eterna o divina que es el recto orden por el que toda la naturaleza se dirige hacia Dios.

LA FILOSOFÍA DE OCKHAM COMO CRITICA:

Ockham, filósofo fundador de la coriente nominalista, es ante todo un crítico demoledor de todos los sistemas filosóficos precedentes, del Aristotelismo, del Agustinismo, de los sistemas tomistas y escotista. Su criticismo constituye una nueva manera de practicar la filosofía. El criticismo es la actitud característica y generalizada en el siglo XIV. Es, en primer lugar, una consecuencia de la nueva visión de la filosofía surgida en el siglo XIII a raíz del descubrimiento del Aristotelismo. (Tras siglos de Agustinismo, se había entrado en contacto por primera vez con un sistema que nada debía al Cristianismo ni a la Biblia, un sistema que no dependía en absoluto de la revelación judeocristiana, sino que aparecía como resultado de la Razón, funcionando por sí misma, al margen de la Fe). Esta circunstancia favoreció ampliamente la idea de que la Razón y la Filosofía son autónomas. La concepción de la Filosofía como disciplina autónoma favoreció, a su vez, el criticismo: la Filosofía es esencialmente crítica, revisa sus presupuestos y sus conclusiones. Por lo demás, la actitud crítica ante los sistemas filosóficos del siglo XIII no se vio impulsada solamente por la Filosofía sino también, y en segundo lugar, por la fe cristiana misma que, en muchos casos, vio en estos grandes sistemas un peligroso enemigo. En efecto, muchos pensaban que la asimilación del Aristotelismo, del Averroísmo, contaminaba peligrosamente la fe con adherencias extrañas de origen griego y musulmán.

LA TEORÍA DEL CONOCIMIENTO:


 El punto de partida de la nueva propuesta filosófica de Ockham es un criticismo epistemológico que le lleva a ejercer una crítica radical a todo elemento innecesario del edificio filosófico. Admitiendo que es posible conocer intuitivamente lo individual, sin recurso alguno a la abstracción y a entidades ocultas, formas o conceptos, entidades todas, a las que aplica el criterio de economía del pensamiento, conocido como navaja de Ockham construye su propia teoría del conocimiento: la base de todo conocimiento es el conocimiento intuitivo’ del singular; Para Ockham existen dos tipos de conocimiento: el abstracto y el intuitivo. El abstracto trata sobre relaciones entre ideas, aunque sin garantía de que esas relaciones se correspondan con las relaciones que en la realidad guardan entre sí las cosas.El conocimiento intuitivo es directo, inmediato y de individuos: entre la captación de un objeto por los sentidos y su conocimiento por el entendimiento no existen operaciones intermedias. Su validez se basa en la evidencia con que se nos presenta. Por lo tanto, para hablar de la realidad sólo es admitida la evidencia que es proporcionada por la intuición. Solo el conocimiento intuitivo permite hablar de existencias. Con su teoría del conocimiento intuitivo individual ha de rechazar los clásicos argumentos escolásticos para la existencia de Dios; o Dios es conocido intuitivamente, y no lo es, o sólo es posible la fe en Dios.

LOS LÍMITES DE LA RAZÓN Y EL ÁMBITO DE LA FE:

El problema de las relaciones existentes entre la Razón y la Fe continúa siendo una cuestión fundamental en el pensamiento del siglo XIV. El averroísmo había sostenido que Razón y Fe pueden ofrecer informaciones no sólo distintas sino contradictorias acerca de los mismos contenidos (inmortalidad personal, origen del mundo). Aquino rechazó que tal situación pudiera realmente producirse: puesto que la Verdad es única, la Razón y la Fe no pueden mantener afirmaciones incompatibles. En aquellos ámbitos en que se pronuncian una y otra, sus pronunciamientos han de ser, por fuerza, armónicos y coherentes.El compromiso entre ambas elaborado por Aquino incluía la afirmación esencial de que una y otra poseen contenidos comunes: Razón y Fe delimitan dos conjuntos con una zona de intersección cuyos elementos pertenecen a ambas. La tesis de que algunos contenidos son comunes a ambas implica que la Razón puede pronunciarse sobre ciertos artículos de la Fe. Esto supone, evidentemente, un riesgo: que la Razón llegue a pronunciarse en contra de los artículos de la Fe, como ocurrió con los averroístas. Sin embargo, posee una ventaja indudable y de gran alcance, que la Razón no se desvincula de la Fe, ni la Teología de la Filosofía: cabe un tratado filosófico de Dios (demostración de su existencia y atributos) en armonía con la Teología revelada; caben una antropología y una ética filosóficas (inmortalidad del alma, ley natural) acordes con la fe y la moral cristianas (el Decálogo). El pensamiento del siglo XIV elimina esta zona de intersección entre Razón y Fe. Si para Aquino una y otra son fuentes de información distintas que proporcionan, en algunos casos, informaciones comunes, para Ockham se trata de fuentes distintas con contenidos distintos también. Las proposiciones que Aquino consideraba comunes a ambas son declaradas ahora indemostrables racionalmente y, por tanto, objeto exclusivamente de fe religiosa. El ámbito al cual tiene acceso la Razón queda, de este modo, notablemente reducido. Este proceso limitador del alcance de la Razón culmina en Ockham y tiene un predecesor en Duns Escoto. a) Por lo que se refiere al tema de Dios, ya Duns Escoto niega que varios atributos divinos sean estrictamente demostrables. La Razón puede, ciertamente, demostrar la existencia de Dios, y Escoto formuló pruebas. Pero atributos divinos como la omnipotencia, la inmensidad, la omnipresencia, la justicia, la misericordia y la providencia ( entendidas en- su acepción cristiana) no pueden ser demostradas por procedimientos filosóficos, exclusivamente racionales: pertenecen al ámbito de la Fe. Ockham es más radical aún. No solamente los atributos sino la existencia misma de Dios es indemostrable por la Razón.Ockham llega a esta conclusión a partir de su modo peculiar de interpretar la causalidad, el conocimiento que el hombre tiene de las causas y los efectos. Que los fenómenos poseen causas es innegable, ajuicio de Ockham. Este principio general no basta, sin embargo, para determinar cuál es la causa en cada caso. Supóngase que apreciamos la dilatación de un metal. El principio general de que los fenómenos poseen causas nos garantiza que tal dilatación tiene una causa, pero no nos sirve para decidir cuál es la causa precisamente en este caso. Solamente la observación nos permite saber cuál es la causa concreta de cada fenómeno.(En nuestro ejemplo, la observación de que la dilatación sigue al calor nos permite saber que éste es la causa de aquélla.) Pues bien, esta interpretación de la causalidad hace imposible la demostración de la existencia de Dios:podemos estar seguros de que hay una causa primera de la cual proviene el Universo, pero, al carecer de la observación necesaria, no podemos concluir definitivamente que tal causa sea el Dios creador objeto de la fe cristiana. Con su concepción de la relación entre causas y efectos y de nuestro conocimiento de la misma, Ockham se adelanta a las teorías empiristas modernas y cabe considerarlo como un precursor de Hume.b) El mismo proceso de limitación del alcance de la Razón se observa en los temas concernientes a la antropología. Duns Escoto había afirmado que no son demostrables ciertos atributos que la antropología cristiana reconoce al alma: sea el caso de su espiritualidad y su inmortalidad. Como en el tema de Dios, Ockham va más lejos afirmando que ni siquiera la existencia del alma es demostrable por la Razón.Su valoración de lo concreto e individual y del conocimiento experimental tiene también aplicaciones en el campo de la teoría política: la separación entre fe y razón (por razones de un mayor rigor en definir la ciencia);distinción entre poder civil y religioso, según la teoría de las dos espadas; crítica a la plenitud de potestad del poder teocrático, o soberanía del papa, que ha de ser ministro, y no señor; crítica a la infalibilidad papal y concepción de la Iglesia como comunidad de fíeles y no como dominio terreno.

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