Formalismo kantiano ética

3. FORMALISMO Ético Ó MORAL. ( Poner lo mismo tanto si cae la pregunta 3 o la 6 ).
6. CarácterÍSTICAS DE LA ÉTICA DEONTOLÓGICA O DEL DEBER.
El formalismo moral hay que situarlo en el s. XVIII, en el momento de la Ilustración,
donde se sitúa Kant (1724-1804), el ámbito gnoseológico del idealismo; que surge como
respuesta al Empirismo y Racionalismo.
La ética deontológica o ética del deber (del griego deon deber), fue instaurada por Kant.
Este autor pretendíó situar el fundamento de la moral no en el contenido de las acciones,
ni en el fin de las mismas, sino en el cumplimiento del deber que nace de la razón (las
normas deben ser cumplidas puesto que se consideran buenas en sí mismas). Esto es lo
que se califica como formalismo moral. Igualmente, al situar en la subjetividad esas
condiciones presentará Kant las bases de una ética autónoma.
Según Kant, todas las éticas habidas hasta entonces eran éticas materiales: establecían
un bien supremo para el ser humano y las normas que conducían a su consecución, la
experiencia es la que instruye para alcanzar dicho bien y son heterónomas, esto es, el
sujeto no obra a partir de su propia razón. Una conducta buena sería en ese contexto la
que nos acerca a ese fin y mala la que nos aleja.
Lo que propone Kant es justamente lo contrario a esto: una ética racional y universal no
puede depender de la experiencia, debe ser a priori. No puede ser condicional o
hipotética, sino incondicional o categórica. Tampoco puede ser heterónoma,
determinada por la inclinación, la naturaleza, la voluntad de los dioses, etc.,
sino autónoma, donde el individuo se determine a sí mismo por su voluntad. En resumen,
no debe ser una ética material, sino formal.
Una ética formal no establecerá ningún bien supremo y qué debemos hacer para
conseguirlo. Se tratará de una ética que establezca no qué debemos hacer sino
cómo debemos actuar: La forma en que debemos actuar cuando nuestro
comportamiento es moral es la siguiente: actuar por deber. Tan solo pueden
considerarse acciones morales las que se encuentran motivadas por el respeto al
deber, al margen de la utilidad o las consecuencias que nos reporte su cumplimiento.
Kant parte del análisis de los juicios morales , a los que denomina imperativos, que
pueden ser hipotéticos o categóricos. Frente al imperativo hipotético o condicional
carácterístico de la ética material, el imperativo propio de la ética formal es incondicional
o categórico que no concreta la norma, sino la forma que ha de caracterizar a cualquier
norma concreta. Una norma moral ha de tener el carácter de una ley universal. Así
formula Kant la máxima del imperativo categórico: Obra de tal manera que tu norma
pueda conviertirse en ley universal.
Además el imperativo categórico se justifica en los postulados metafísicos: la
condición de libertad, la inmortalidad (que superta los condiconantes del mundo físico) y
Dios (garante y referente de moralidad), sin los cuales no tendría sentido la moralidad en
el hombre.
Crítica al formalismo kantiano: es muy importante la intención, el imperativo categórico
de moralidad, pero no puede justificarse la acción moral remitíéndola únicamente al
principio interno. La acción moral debe estar justificada en virtud de múltiples


Una ética formal no establecerá ningún bien supremo y qué debemos hacer para
conseguirlo. Se tratará de una ética que establezca no qué debemos hacer sino
cómo debemos actuar: La forma en que debemos actuar cuando nuestro
comportamiento es moral es la siguiente: actuar por deber. Tan solo pueden
considerarse acciones morales las que se encuentran motivadas por el respeto al
deber, al margen de la utilidad o las consecuencias que nos reporte su cumplimiento.
Kant parte del análisis de los juicios morales , a los que denomina imperativos, que
pueden ser hipotéticos o categóricos. Frente al imperativo hipotético o condicional
carácterístico de la ética material, el imperativo propio de la ética formal es incondicional
o categórico que no concreta la norma, sino la forma que ha de caracterizar a cualquier
norma concreta. Una norma moral ha de tener el carácter de una ley universal. Así
formula Kant la máxima del imperativo categórico:
Obra de tal manera que tu norma
pueda conviertirse en ley universal.
Además el imperativo categórico se justifica en los postulados metafísicos: la
condición de libertad, la inmortalidad (que superta los condiconantes del mundo físico) y
Dios (garante y referente de moralidad), sin los cuales no tendría sentido la moralidad en
el hombre.
Crítica al formalismo kantiano: es muy importante la intención, el imperativo categórico
de moralidad, pero no puede justificarse la acción moral remitíéndola únicamente al
principio interno. La acción moral debe estar justificada en virtud de múltiples

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