Diferencias entre Kant y Marx

 en análisis de la realidad., sobre todo de la historia, intentando buscar las leyes de su formación, desarrollo y transformación. A modo de conclusión, cabría destacar la importancia del pensamiento marxista en todo el Siglo XX. No ya sólo porque haya habido diversas escuelas de inspiración marxista (desde la Teoría crítica de la Escuela de Frankfurt hasta el existencialismo francés), sino por los diversos progresos reales que los movimientos reivindicativos lograron a lo largo del Siglo XX. A este respecto, cabría interpretar el actual estado del~ bienestar como el resultado de la interacción entre el capitalismo y los diversos movimientos obreros. No obstante, también hay que ser consciente de los errores del marxismo: si bien su análisis económico de la sociedad sigue siendo citado, sus previsiones respecto a la realización de una revolución en una sociedad industrial, y su propuesta de una sociedad comunista sin clases sociales se han visto refutados por la experiencia histórica. Todo ello no nos obliga a pensar, como han sugerido algunos, que el marxismo haya muerto. El desarrollo económico y social de las sociedades occidentales nos obligan a dirigir la mirada hacia un orden mundial, en el que la globalización y los procesos de deslocalización nos muestran cómo en algunos casos el capital sigue estando por encima del ser humano. Muchos de los movimientos antiglobalización y los críticos del capitalismo y el neoliberalismo utilizan los conceptos marxistas como herramientas indispensables. Otras relaciones de Kant: a) En cuanto al problema del conocimiento y la metafísica.
El planteamiento kantiano es crítico y novedoso en relación con lo anterior pero sobretodo con el contexto más inmediato. Racionalismo y Empirismo. Frente al Racionalismo que defendía la posibilidad de conocer y explicar toda la realidad existente (dogmatismo), haciendo de la metafísica un saber fundamental – así Wolf hablaba de organizar todo el saber en Cosmología racional, para explicar el mundo, la Psicología racional para explicar el hombre, Teología racional, para explicar a Dios- sin embargo Kant rechaza tal poder de la razón y cuestiona el carácter científico de la metafísica. Será la moral el camino que pueda dar cabida a las ideas metafísicas como “postulados” necesarios para dar sentido al hecho mora. A pesar de criticar al Racionalismo dogmático Kant admitirá cierta influencia racionalista al admitir que el sujeto no es una “tabula rasa”, un papel en blanco, sino que aporta algo determinante en proceso del conocimiento, los “a priori” del espacio y tiempo como formas de la sensibilidad y las categorías o conceptos puros del entendimiento, que en cierto modo, nos recuerda a las famosas ideas “innatas” que ya Platón propuso y Descartes, de alguna manera, recupera. Por otro lado, el Racionalismo apostaba por el poder de la razón y el pensamiento Kantiano, aunque recorte su poder, va a mantener el deseo y la necesidad de utilizar la razón para dar una explicación de todos los interrogantes que le inquietan al hombre, llegando incluso a dar sentido, desde la razón a la historia, la moral o la misma religión. En cuanto al Empirismo, cabe señalar que La filosofía crítica de Kant nace de la lectura de Hume que le hace ve que no puede haber conocimiento sin experiencia. Sin embargo, Kant superará el escepticismo empirista al añadir que, si bien, todo conocimiento arranca de la experiencia, no todo conocimiento lo genera la experiencia. La experiencia es necesaria pero no es suficiente, hay que contar con las aportaciones del propio sujeto -espacio y tiempo en la sensibilidad o categorías en el entendimiento- que darán universalidad a nuestro conocimiento. B) En cuanto a la moral. El planteamiento kantiano es igualmente novedoso y original al proponer que no es lo bueno lo que debemos hacer sino que “aquello que debo hacer” eso será bueno. Es el deber el que marca la bondad. A diferencia de Hume, que negaba la posibilidad de la razón para fundamentar la moral dando lugar al emotivismo, Kant insiste en la necesidad de usar la razón para dar respuesta al hecho moral. Desde la razón Kant rechazará todas las éticas anteriores como éticas materiales, al no poder ser universales, proponiendo, una ética formal. La idea de una “buena voluntad” como bien supremo rompe con lo que las éticas anteriores consideraban “Sumo Bien”, ya sea el bien platónico, el conocimiento aristotélico, la contemplación tomista, el placer epicúreo, la imperturbabilidad de ánimo de los estoicos… Lo importante no será lo que se hace sino la forma, lo que nos mueve a obrar, advirtiendo que sólo el respeto del “deber” hace buenas moralmente nuestras acciones. Frente a la moral tradicional que se apoyaba en Dios y en mundo transcendente, la moral kantiana se justifica desde la pura racionalidad, esto es cambio importante según Nietzsche el proceso de superación de la moral tradicional pero insuficiente par la aparición del superhombre, pues sigue defendiendo valores tradicionales (respeto, tolerancia, igualdad, solidaridad…) Además, frente a la fundamentación teológica de la moral, carácterística del medievo, Kant establecerá lo contrario: la teología tiene su fundamento en la moral ya que ésta exige la existencia de Dios como postulado de Felicidad. Igualmente, las leyes deberán justificarse atendiendo al deber, por lo que la moral es el fundamento del Derecho. Incluso la historia tiene una finalidad moral: una sociedad libre y pacífica.


LA HISTORIA, la Moral y la Metafísica) Para ambos autores la HISTORIA es un elemento clave de su pensamiento y al estar próximos en el tiempo podemos rastrear posibles semejanzas y diferencias. Semejanzas: 1.- Para ambos la historia tiene una estructura dialéctica. Kant no llega a formular los términos de tesis, antítesis y síntesis (que sí aparecen en Hegel y posteriormente en Marx), pero sí que defiende que el hombre encierra una contradicción en su propia naturaleza, es una insociable sociabilidad, lo cual genera una tensión permanente en las relaciones sociales que se recogen en la historia. La historia, tal y como Kant la concibe, es también dinámica, y los movimientos históricos podrían explicarse dialécticamente. 2.- En ambos autores aparece también una valoración positiva del conflicto o la guerra: mecanismo necesario para el perfeccionamiento de la sociedad ( similar a Heráclito y su idea de que la guerra es la “madre” y el rey de todas las cosas). Esto aparece en la obra Idea de una historia universal con propósito cosmopolita, donde Kant afirma que el antagonismo, presente ya en la misma naturaleza humana (que es insociable sociabilidad) es el mecanismo del que se sirve la naturaleza para el progreso de los asuntos humanos. Sin embargo, Kant no es impulsor de la guerra, (no hemos de olvidar su obra “La paz perpetua”~ en la que reflexiona sobre la paz como posible estado del futuro de la humanidad), como lo puede ser Marx al sugerir que sólo la revolución puede generara la desaparición de toda sociedad clasista y alienante. 3.- Finalmente, ambos autores entienden que la historia tiene una finalidad, un sentido, una meta (como ya afirmaran los estoicos y su idea del Destino, Heráclito y su idea del Logos, o la Providencia para Vico o la “astucia de la razón” para Hegel). Esta teleología de la historia les separa, sin embargo, de Nietzsche, para quien el tiempo (tanto el cosmológico como el histórico) viene definido por el eterno retorno, o de Sartre, para quien simplemente carece de sentido (la existencia humana se desenvuelve en el absurdo). Frente a estos, tanto Kant como Marx afirmarán que la historia se dirige hacia un fin, aunque esto no siempre sea directamente observable desde el presente en que nos encontramos. Diferencias: 1.- Una diferencia esencial reside en su concepción de la historia: para Marx sería el desarrollo de la materia (o de las condiciones materiales de vida), mientras que para Kant la historia es el desenvolverse a través del tiempo de los ideales ilustrados, como la libertad, la autonomía y la emancipación. Ideales que, si bien son compatibles con un hipotético estado comunista, sin embargo, no se alcanzarán para Marx por medio del desarrollo de la cultura, el conocimiento y la ciencia. No olvidemos que para Marx la superestructura (religión, ciencia, política, moral,…) es algo negativo —ideología-, que contribuye al sostenimiento de una sociedad injusta y clasista. 2.- El fin de la historia es distinto para ambos: la sociedad sin clases sociales y sin propiedad privada de la que nos habla Marx no es lo mismo que esa gran uníón cosmopolita de pueblos que describe Kant en su obra. El enfoque político e ilustrado de Kant choca con el protagonismo que el materialismo histórico de Marx le concede a la economía. 3.-Tanto la concepción del ser humano como de la cultura en que vive son bien distintas para ambos pensadores. En el caso kantiano, el hombre es esencialmente razón, y éste es el atributo que le diferencia de los animales, líberándolo del instinto y la necesidad. La cultura representa, por tanto, una oportunidad de liberación, sería el auténtico camino de desarrollo de la razón, la mayor de las oportunidades humanas. Por el contrario, la esencia del ser humano es, para Marx, el trabajo y la actividad. El hombre transforma la naturaleza en el desarrollo de su esencia. En cuanto a la cultura, es interpretada con desconfianza, pues a menudo puede asumir una función ideológica que contribuya a mantener la contradicción de base de la infraestructura. Igualmente la interpretación de las leyes y las instituciones políticas son vista negativamente por Marx, como instrumento de dominación clasista mientras que para Kant serían una herramienta necesaria para mejorar nuestra salvaje naturaleza humana. En cuanto al problema MORAL cabe admitir que ambos pensadores tienen una clara preocupación por el comportamiento humano buscando razones para orientar la acción humana de forma universal, sin embargo, Kant, que ya se habFa opuesto a todas las éticas anteriores por ser materiales (contingentes y heterónomas), sigue apostando por una ética basada en la razón (siguiendo, así, la tradición intelectualista iniciada por Sócrates) y apoyada en el deber, mientras que Marx rechazará el exceso de especulación y reflexión moral que siempre está orientado al sostenimiento de una sociedad clasista y alienante, la moral no deja de ser una parte de la superestructura (junto con el derecho, el Estado, la religión, …) construida para sostener una injusta estructura económica y social. Para Marx sobran teorías sobre la moral y hace falta una nueva realidad social cuyo imperativo exige la acción transformadora a través de la revolución. En ambos autores se deja entrever la necesidad de cumplir el deber, pero en mientras Kant guía el deber por el imperativo categórico (universalidad y concepción del hombre como fin en sí mismo) Marx guía el deber por el análisis crítico y científico de la historia, haciendo ver la necesidad de cambiar la estructura económica de la misma para liberar al hombre de todas sus alienaciones; el deber de suprimir las clases sociales y la propiedad privada se convertirían en el imperativo más valiosos par Marx. En cuanto a la Ciencia y la Metafísica, recordar que la posición de Kant es crítica tanto con el Racionalismo( que admitía el poder de la razón para conocer toda la realidad —dogmatismo-) como el Empirismo ( que rechazaba la capacidad de cualquier conocimiento seguro —escepticismo-), conviene “analizar el presupuesto” (la razón) antes de ejecutarlo. El análisis de la razón dio lugar a lo que se ha denominado “Idealismo transcendental”, punto de partida del “Idealismo Absoluto” de Hegel. El resultado será que la Metafísica no es ciencia (ideas como “yo”, “alma”, “mundo”, o “Dios”) no serán científicas, sin embargo no serán ideas inútiles o absurdas sino que muestran el horizonte deseable del conocimiento a la par que son necesarias como “postulados” para poder explicar el incuestionable hecho moral. En este sentido el pensamiento de Kant nos acerca al rechazo de la metafísica que Max propone con su visión materialista de la historia y del hombre; la idea de Dios (fundamento de la religión, elemento alienante de la superestructura), alma, inmoralidad o cualquier otra idea metafísica son pura especulación desechable, lo que define al hombre es el trabajo y la producción de bienes materiales junto con lasa relaciones sociales. La preocupación por la ciencia, sin embargo, sigue presente en Marx, para quien el marxismo se diferenciará de los socialismos utóricos ior su carácter científico

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